Hay
algo en los agujeros negros que atrae irremediablemente hacia ellos. Por supuesto, su gravedad es tan fuerte que ni la luz puede eludir su atracción.
Sólo podemos imaginar qué hay dentro de un agujero como éste, de la galaxia MCG-6-30-15.
Pero hay algo más; algo más difícil de precisar. Tal vez sea su absoluta oscuridad, el misterioso abismo infinito que desafía, incluso obliga, a mirarlos más de cerca.
Sin embargo, el viaje a un agujero negro
es una travesía sin retorno. Una vez que cruzaras el horizonte de sucesos, el punto en el que la luz no puede escapar, ya no habría vuelta atrás.
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