La invención de una epidemia© Desconocido
Puede que este artículo explique muchas cosas, pero se trata de seguir una línea de razonamiento con el fin de llegar a una conclusión. Eso significa que a algunos lectores (los que no son asiduos de esta página) les puede resultar extraño. Algunos lectores quizás prefieran dirigir su atención a un espectáculo de lucha libre o a los catálogos de compra. A estos lectores les digo que persistan, ya que no estarán exentos de sorprenderse. Algo así como un choque en cadena que afecta uno tras otro hasta diez vehículos: un trama un tanto desagradable.
De repente, hace cosa de un mes, nos dijeron que había un brote de microcefalia en Brasil: más de 4.000 casos de bebés habían nacido con la cabeza pequeña y daño cerebral.
Los investigadores brasileños se pusieron manos a la obra, y encontraron que como mucho se habían producido
404 casos confirmados de microcefalia.
Pasar de 4.000 casos a 404 fue algo ya de por sí sorprendente. Eso significaba que
no había ninguna razón para hablar de una epidemia de microcefalia. Pero ahí no queda la cosa, ya que
de los 404 casos, sólo 17 tenían alguna relación con el virus Zika. Por lo tanto,
tampoco se podía establecer una relación entre este virus y los casos de microcefalia.
Incluso de esos 17 casos, por la mera presencia del virus tampoco se puede concluir que sea el virus el causante de microcefalia en los 17 bebés. Tiene que haber algo más que simplemente estar presente. Quizás tendría que haber un número muy elevado en un individuo. Y los investigadores brasileños no han presentado ninguna prueba de que el virus Zika estuviera presente en grandes cantidades en ninguno de los 17 bebés.
Pero hay más. Los esfuerzos de los investigadores se dirigieron entonces a comprobar la presencia del virus Zika en los 404 casos de microcefalia. Es decir, estaban haciendo un trabajo preliminar: la de buscar la causa de la microcefalia. Y cuando se está en esa labor, se trata de encontrar un posible factor que esté presente en la mayoría en casi todos los casos. De lo contrario, no se puede hablar de que sea la causa.
Pues bien, ese camino les llevó a un callejón sin salida.
En realidad comprobaron que el virus Zika no era la causa.
Comentario: Como lo dice el autor, es probable que el tinte histérico con el que difunden la relación entre el virus Zika y la microcefalia esté destinada a dos fines: 1) encubrir alguna otra causa más nefasta de la "epidemia de microcefalia" y 2) ofrecer una (falsa) solución al problema que genere ganancias a la industria farmacéutica.
Sin embargo, a juzgar por las declaraciones vistas hasta ahora, podría ser que el virus sí tiene algo que ver con algunos casos de malformaciones neurológicas, lo que no quiere decir que el virus en sí mismo las causa. Quizás, esos otros factores mencionados en varios medios alternativos (vacunas, pesticidas y mosquitos modificados genéticamente) forman una combinación mortífera que favorece la transmisión de mutaciones que causan dichas malformaciones.
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Comentario: Tal vez solamente somos nosotros, pero se nos ocurre que una mejor inversión de recursos y tiempo sería investigar otras posibles causas para la microcefalia. Existen indicios de que la microcefalia puede ser causadas por lesiones a la madre durante el embarazo, lo que incluye impactos tóxicos provenientes del medio ambiente, como por ejemplo, las vacunas.