El síndrome de fatiga crónica (SFC), a veces también llamado síndrome de fatiga crónica y disfunción inmune (SFCDI), fue reconocido por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) tan sólo desde 1988. Afortunadamente, la mayoría de los doctores han abandonado actualmente la opinión de que el SFC es algo que sólo está "en la cabeza" y ya no lo ven como un trastorno psicológico.© Desconocido
El 10 de febrero de 2015, el Instituto de Medicina publicó un reporte
1 relevante, el cual contenía recomendaciones para el SFC, así como la sugerencia de cambiar el nombre de síndrome de fatiga crónica a enfermedad sistémica de intolerancia al esfuerzo (ESIE).
Ese nombre no ha sido adoptado formalmente por las agencias mundiales y federales de la salud, aunque podría terminar viéndolo más seguido en el futuro.
© Carlos Fernández Moreno
Señales y síntomas del síndrome de fatiga crónicaDe acuerdo con laIniciativa para Solucionar el Síndrome de Fatiga Cronica
2(SMCI, por sus siglas en inglés), cerca de un millón de personas en Estados Unidos padecen SFC y el síndrome ataca desproporcionadamente más a las mujeres que a los hombres.
El Instituto de Medicina estima
3 que la prevalencia del SFC podría ser de hasta 2.5 millones, de los cuales entre el 84 y el 91 por ciento no han sido diagnosticados. En el Reino Unido, se estima que 250,000 personas lo padecen.
4Los síntomas característicos del SFC son los siguientes. Como se podría esperar,
estos síntomas se correlacionan con muchas otras enfermedades y condiciones, por lo que es notablemente difícil obtener un diagnóstico correcto.
Ya que no hay una cura conocida para el SFC, todos los tratamientos están dirigidos actualmente a aliviar estos síntomas.
- Fatiga extrema y debilidad, dificultad para mantener una postura derecha, mareos, problemas de equilibrio y desmayos
- Malestar posterior al esfuerzo excesivo, que dura 24 horas o más
- Dolor muscular y de las articulaciones
- Dolor de garganta, glándulas inflamadas y fiebres y escalofríos periódicos
- Dolores de cabeza crónicos
- Entumecimiento y hormigueo en las extremidades
- Niebla cerebral, disfunción cognitiva o falta de concentración
- Insomnio o sueño que no es reparador, sudoración nocturna
- Perturbación de la visión (visión borrosa, sensibilidad a la luz y dolor ocular)
- Trastornos gastrointestinales
- Alergias y sensibilidad a ciertos alimentos, olores, sustancias químicas y medicamentos
- Irritabilidad, depresión y cambios de estado de ánimo
Comentario: Quizás ni siquiera podemos hablar de "defender las vacunas de siempre", ya que, existen numerosas publicaciones sobre el efecto negativo de las mismas y su ineficacia a la hora de combatir enfermedades.
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