El año pasado, un equipo de científicos de la University of Virginia School of Medicine (UVA, EEUU) descubrió que el cerebro está conectado directamente al sistema inmunológico por unos vasos linfáticos hasta entonces desconocidos. Ahora, el mismo equipo ha encontrado que el sistema inmune afecta e incluso controla el comportamiento social de los seres vivos. Este sorprendente hallazgo podría tener implicaciones para trastornos como el autismo.
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En un descubrimiento sorprendente que plantea cuestiones fundamentales sobre el comportamiento humano, investigadores de la University of Virginia School of Medicine (UVA, EEUU) han determinado que el sistema inmunológico afecta directamente -e incluso controla- el comportamiento social de los seres vivos, por ejemplo, su deseo de interactuar con los demás.
Por tanto,
¿podrían los problemas del sistema inmune contribuir a la incapacidad de tener interacciones sociales normales? La respuesta parece ser que sí, un hallazgo que podría tener grandes implicaciones para enfermedades neurológicas como los trastornos del espectro autista y la esquizofrenia.
"Se pensaba que el cerebro y el sistema inmune adaptativo estaban aislados el uno del otro; y cada actividad inmune del cerebro era percibida como signo de patología. Ahora, no sólo estamos demostrando que ambos interaccionan estrechamente, sino también que
algunos de nuestros rasgos de comportamiento podrían haber evolucionado a causa de nuestra respuesta inmune a los patógenos", explica Jonathan Kipnis, director del Departamento de Neurociencia de la UVA, en un
comunicado de dicha universidad.
"Es una locura, pero tal vez solo seamos los campos de batalla multicelulares de dos fuerzas antiguas: los patógenos y el sistema inmunológico.
Parte de nuestra personalidad en realidad podría estar dictada por el sistema inmune", añade Kipnis.
Comentario: Resulta interesante notar que en una gran cantidad de casos, el autismo está relacionado con
enfermedades autoinmunes en la madre o incluso en la persona con autismo y también
con vacunas, que son
disruptoras del sistema inmune por excelencia.
Sin duda este es un campo de investigación muy interesante que puede llegar a acercarnos a comprender que las ciencias de la salud deben ver al ser humano de manera holística y teniendo en cuenta las complejas interacciones entre factores sociales, psicológicos, biológicos e incluso espirituales; tanto interna como externamente.
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