OF THE
TIMES
Es propio de la naturaleza humana que sea abierta al mundo y a las cosas. En esto coinciden Max Scheler, Gehlen Portman y Allport. Su esencia yace en su autotrascendencia(1)En estas épocas estresantes e hiperactivas en la que está inmersa gran parte de la sociedad occidental, son numerosas las personas que sepultadas en el ruidoso fragor de sus múltiples actividades, buscan su propia felicidad y autorrealización en la confirmación exitosa de sus logros profesionales, en el disfrute de sus placeres sensibles o en la aceptación social de su cuidada y edulcorada imagen externa. Se incrementan sin cesar las instituciones y clínicas médicas, arropadas por insistentes mensajes publicitarios, que nos ofrecen, si seguimos dócilmente sus instrucciones, hermosos y estilizados cuerpos para adquirir un "look" personal, que se ajuste a los criterios dictatoriales de la "moda" imperante. Frankl, invirtiendo este orden de valores, sostendrá que la soñada autorrealización y la plenitud existencial del ser humano, como preámbulos de la felicidad, no se obtiene poniendo un espejo de contención frente al mundo exterior para sestear en nuestra propia y narcisista imagen refractaria, sino que se obtiene en la medida que nos entregamos a los demás y nos olvidamos de nosotros mismos. Así lo describe en diversos párrafos de su obra El Hombre Doliente:
El ser humano se realiza a sí mismo en la medida que se trasciende. Sólo es plenamente cuando se deshace por algo o se entrega a otro y se olvida de sí mismo (2)
Comentario: A continuación, recomendamos algunos artículos donde encontrará alternativas para lidiar con problemas como el splitting: