Este mañana los enfrentamientos volvieron a concentrarse en los alrededores de la emblemática plaza y del Ministerio de Interior, donde la seguridad ha sido redoblada con un nuevo cinturón de agentes antidisturbios.
Según la corresponsal de RT, este martes la violencia alcanzó su cota máxima, después de que los agentes de seguridad atacaran a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma.
"Una mujer está llorando histéricamente, abrazada a su marido mientras yace inconsciente tendido en una manta en una clínica improvisada", comenta la corresponsal, agregando que hay voluntarios que ayudan a los médicos a atender a los heridos. "Algunos manifestantes escriben en sus brazos las señas de su familia para que puedan identificarlos si los matan", añade ella.
Decenas de miles de personas se movilizan en distintas ciudades de Egipto para participar en la denominada 'marcha del millón por la salvación nacional', convocada por organizaciones políticas para forzar una rápida y definitiva transición democrática.
"La gente grita 'abajo, el mariscal', en referencia a Mohammed Tantawi, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto", cuenta Paula Slier, cuyos tweets se puede seguir en Twitter de nuestra cadena (http://twitter.com/ActualidadRT).
Occidente no se moja en Egipto
"La difícil situación que atraviesa Egipto es una prueba del doble rasero que practica Occidente de cara al exterior", comentó a RT Jeremy Corbyn, miembro del Parlamento británico y del comité 'Paremos la guerra', subrayando la hipocresía de las potencias occidentales que queda en evidencia precisamente ahora cuando la exasperación popular en Egipto ha llegado a niveles explosivos.
De hecho, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y EE. UU. se han limitado a expresar su preocupación por los disturbios de Egipto y a pedir que se respeten los derechos humanos. Su reacción contrasta con la que mantuvieron hacia Libia, que fue invadida por las tropas de la OTAN bajo el pretexto de defender los derechos humanos de los libios, aunque sus bombardeos aéreos acabaron con la vida de muchos civiles, niños incluidos.
Jeremy Corbyn explicó que la tolerancia occidental ante la barbarie egipcia se debe al interés de Washington y de Bruselas por mantener su relación con esta nación tradicionalmente aliada. "Se trata de una provocación política, ya que la creciente tensión en el país aplazaría las elecciones, lo que permitiría a la Junta Militar mantenerse más tiempo en el poder", afirma el experto.
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