Traducido por el equipo de SOTT.net

Un pequeño equipo de científicos planetarios del California Institute of Technology, la Université Côte d'Azur y el Southwest Research Institute informa de posibles nuevas pruebas de la existencia del Planeta 9. Han publicado su artículo en el servidor de preimpresiones arXiv, y ha sido aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal Letters.

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© arXiv (2024). DOI: 10.48550/arxiv.2404.11594Comparación de las distribuciones orbitales de las simulaciones de cuerpo N con P9 incluido (izquierda) y sin P9 (derecha). Ambos paneles muestran la distancia al perihelio frente al semi-eje mayor de las huellas orbitales de los TNO simulados con i < 40 grados. Las líneas de contorno superpuestas representan distribuciones de densidad, con colores más brillantes indicando mayores concentraciones de objetos. Mientras que los paneles muestran los datos brutos de la simulación, los histogramas a lo largo de los ejes muestran una distribución de frecuencias sesgada para las distancias del perihelio (vertical) y los semiejes mayores (horizontal), suponiendo una magnitud límite de Vlim = 24.
En 2015, un par de astrónomos de Caltech encontraron varios objetos agrupados más allá de la órbita de Neptuno, cerca del borde del sistema solar. Según su teoría, la aglomeración se debía a la atracción gravitatoria de un planeta desconocido, que más tarde recibió el nombre de Planeta 9.

Desde entonces, los investigadores han encontrado más pruebas del planeta, todas ellas circunstanciales. En este nuevo trabajo, el equipo de investigadores informa de lo que describen como pruebas adicionales que apoyan la existencia del planeta.

El trabajo consistió en rastrear los movimientos de objetos de periodo largo que cruzan la órbita de Neptuno y presentan movimientos irregulares durante su viaje. Utilizaron estas observaciones para crear múltiples simulaciones por ordenador, cada una de las cuales representaba distintos escenarios.

Además de tener en cuenta el impacto de la atracción gravitatoria de Neptuno, el equipo también añadió datos para tener en cuenta lo que se conoce como marea galáctica, una combinación de fuerzas ejercidas por los objetos de la Vía Láctea más allá del sistema solar.

El equipo de investigación descubrió que la explicación más plausible del comportamiento de los objetos era la interferencia de la gravedad ejercida por un gran planeta lejano. Desgraciadamente, las simulaciones no eran del tipo que permitiría al equipo de investigación identificar la ubicación del planeta.

El equipo reconoce que podrían intervenir otras fuerzas que explicaran el comportamiento que simularon, pero sugiere que son menos probables. También señalan que se dispondrá de más pruebas a medida que el Observatorio Vera Rubin de Chile comience a funcionar en algún momento del próximo año. Estará equipado, señalan, para buscar de nuevas formas el planeta en una evaluación rigurosa de su existencia.