Un fuerte estruendo se sintió la madrugada del domingo en la vereda Parcelas, del municipio de Cota. (Vea cómo la ola invernal causa inundaciones en Cundinamarca).
La razón fue el desbordamiento del río Chicú, uno de los principales afluentes del río Bogotá, que provocó la ruptura del jarillón. El boquete medía 300 metros.El hecho dejó 250 hectáreas inundadas, 22 animales muertos (entre vacas y caballos) y siete fincas ganaderas completamente anegadas. (Vea detalles de las inundaciones en Cota)
Esta es la tercera vez que la familia Pasochoa, una de las damnificadas, tiene que marcharse de la vereda. "El domingo por la tarde todo estaba inundado, tuve que evacuar a mi familia", dijo Pedro Pasochoa, cuidandero de una de las fincas afectadas por el agua. El hombre se quedó sin trabajo y dice que las ayudas humanitarias no llegan.
"Es muy doloroso ver cómo se pierden sus pertenencias y que año tras año pase lo mismo", narró Argelia Correa, dedicada a las labores agrícolas. (Animales, los principales damnificados por inundaciones en Cota)
De las siete familias damnificadas, dos están en albergues temporales y las demás donde sus familias. La Secretaría de Salud atiende los temas de salubridad.
El director de la Corporación Autónoma Regional (CAR), Édgar Bejarano, dijo que ayer se empezó a trabajar en el cierre del boquete, el reforzamiento del jarillón y en el dragado del río Bogotá.
Milciades Ospina, alcalde (e.) de Cota, corroboró que esa zona es susceptible de inundaciones por estar en la ronda del río Bogotá.
Por otro lado, el lunes se registró una falsa alarma en el colegio Marie Curie, en Mosquera. "Tuvimos encharcamientos en las zonas verdes, pero el río Bogotá no se ha desbordado", dijo Germán Rodríguez, rector.
A la fecha, el invierno deja 27 municipios afectados y 2.247 familias damnificadas en Cundinamarca.
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