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El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió el jueves una "reacción adecuada" a los planes de Estados Unidos para desplegar una defensa antimisiles en Europa, antes de su primera reunión con el mandatario estadounidense, Barack Obama, desde su regreso al Kremlin en mayo pasado.

En una serie de declaraciones realizadas en una base aérea al sur de Rusia, Putin, quien también es comandante en jefe de las fuerzas armadas de su país, expresó nuevamente su oposición a los planes de misiles y se quejó del riesgo de que éstos socaven la propia capacidad de disuasión nuclear de Rusia.

"Sería mejor si nuestros socios no lo hicieran, porque estas acciones, que podrían conducir a la devaluación de nuestra capacidad nuclear estratégica, inevitablemente provocarán una reacción apropiada", dijo.

"Llámenlo como quieran. Esto tiene algunos elementos de carrera armamentística", agregó.

El tema es uno de los que más ha mermado las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.

Moscú dice que los interceptores que Estados Unidos y la OTAN están implementando como parte del sistema antimisiles son capaces de destruir sus propias ojivas en vuelo alrededor del 2018, alterando el equilibrio posterior a la Guerra Fría.

Sin embargo, Washington insiste en que el sistema -que se implementará en cuatro fases cerca del 2020- está destinado a contrarrestar una posible amenaza de Irán y no representa ningún riesgo para Rusia.

Putin, quien evitó una cumbre del G-8 en Estados Unidos el mes pasado y sostendrá su primera cita con Obama desde su regreso al poder la próxima semana en una reunión del G-20 en México, también ordenó el 14 de junio a los militares rusos acelerar el desarrollo de un nuevo bombardero estratégico.

El avión bombardero sustituirá al Tu-160 y al Tu-95, ambos de la era de la Guerra Fría.

"Yo sé lo complicado y costoso que es, pero tenemos que empezar a hacerlo. Si no empezamos, podemos perder tiempo", dijo Putin, quien inspeccionó una línea de helicópteros y se reunió con funcionarios en una carpa bajo un calor abrasador.

Putin dijo que Rusia gastaría cuatro billones de rublos (123,000 millones de dólares) para mejorar su fuerza aérea en los próximos ocho años, parte de un plan de 20 billones de rublos (614,000 millones de dólares) para modernizar las fuerzas armadas.

El 60% de los aviones existentes en la fuerza aérea rusa serán reemplazados antes del 2020, agregó Putin.