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El escándalo de la libertad dada por el expresidente Alan García a miles de presos, entre ellos 400 sentenciados por narcotráfico agravado, tiende a ser más crítico hoy en Perú, tras otras revelaciones que gravitan sobre el exmandatario.

Un programa periodístico de televisión reveló que 30 veces visitó la sede del Ejecutivo el entonces titular de la comisión de Gracias Presidenciales, Miguel Facundo Chinguel, responsable de la selección de beneficiados por más de cinco mil conmutaciones de penas dadas por García.

El registro señala como el motivo de aquellas el trabajo de la comisión, pese a que Chinguel sostiene haber tratado el tema solo con los viceministros y ministros de Justicia, nunca con el jefe de Estado, líder del Partido Aprista al que él pertenece.

Según el reporte, Chinguel tenía largas reuniones con el secretario privado de García, Luis Nava, y el secretario general de la Presidencia del Consejo de Ministros, Julio Zavala, hombres de confianza del exgobernante, y añade que no hay pruebas de que también tratara con éste.

Zavala admitió las visitas pero negó que fueran prolongadas y que hablaran sobre las reducciones de penas, una atribución que la Constitución confiere a los presidentes, y alegó que su labor era simplemente administrativa.

Similar posición planteó el dirigente aprista Javier Velásquez, quien admitió que el escándalo afecta al aprismo, aunque señaló que las responsabilidades son personales, aparente alusión a Chinguel y los ministros de Justicia que elevaron los casos de conmutaciones a García.

Insistió, sin embargo, en el alegato del exmandatario, de que la investigación parlamentaria del caso es manipulada por el Gobierno para inhabilitarlo (por irregularidades en las conmutaciones) para cumplir funciones gubernamentales, sanción que puede aplicar el órgano legislativo.

García sostiene que de esa manera se le impediría ser candidato presidencial por tercera vez en 2016 y se le limpiaría el camino a una supuesta postulación de Nadine Heredia, esposa del mandatario Ollanta Humala, maquinación que el Ejecutivo ha negado tajantemente.