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"Hago las cosas de forma diferente porque no me dejo llevar por el libro de reglas, me guío por el corazón y no por la cabeza, y entiendo que ello me genere problemas en mi trabajo, pero alguien tiene que salir allí fuera, amar a las personas y mostrarlo" - Princesa Diana.
El misterio que rodea las muertes de la Princesa Diana y Dodi al-Fayed el 31 de agosto de 1997 ha sido resucitado recientemente por declaraciones de un francotirador SAS (Servicio Aéreo Especial) británico cuyo testimonio fue parte del juicio contra otro soldado SAS que fue condenado por posesión de armas.

Los suegros del francotirador SAS en cuestión, conocido como "Soldado N", dicen que él le confesó a su esposa que el "SAS estuvo detrás de la muerte de la Princesa Diana".

Como era de esperar, la reacción de los medios fue descartar la historia, aludiendo, incorrectamente, que la investigación de las muertes de Diana y Dodi fue concluyente, que fue un accidente, y que no había "evidencia de conspiración". De hecho, esta supuesta "nueva evidencia" no hizo más que proveer a los medios con la oportunidad de, una vez más, ridiculizar toda idea de que algo extraño sucedió en París aquella noche. También es interesante notar que, dentro de pocas semanas, se estrenará una nueva película sobre la vida de Diana, titulada 'Diana'.

El consenso general entre el público británico y mundial parece ser que Diana y Dodi y su chofer Henri Paul murieron como resultado de un accidente automovilístico causado por paparazzis que los perseguían. Es realmente desconcertante que este sea el caso porque el jurado en los 3 meses de investigación sobre sus muertes dio el veredicto de "Homicidio Culposo" y los paparazzis fueron exonerados. ¿Cómo sucede esto? Bueno, ¿cómo fue que el 50% de los ciudadanos norteamericanos creyeron que Saddam Hussein estuvo involucrado en los ataques del 11S, a pesar del hecho de que nadie, ni una sola persona, haya declarado eso públicamente?

Respuesta: El trabajo real de los grandes medios no es informar sino 'catapultar la propaganda' que la 'elite' espera se transforme en la nueva 'realidad' o registro histórico.

Hace dos años, el director de cine inglés Keith Allen hizo el intento de editar un documental sobre la muerte de Diana y Dodi. Sin embargo, debido al contenido de la película, a Allen se le prohibió legalmente hacerla pública. Intentos de subirla a sitios de videos como Youtube y Vimeo también han sido frustrados. El documental provee evidencia realmente condenatoria de que Diana y Dodi fueron asesinados por la 'elite' británica, con el apoyo y complicidad de sus contrapartes francesas.

Solo algunos detalles revelados en el documental incluyen:
  • Todas las cámaras de CC TV de la entrada del túnel Alma en París fueron misteriosamente apagadas en el momento del 'accidente'.
  • Los cinturones de seguridad traseros del Mercedes en el que Diana y Dodi viajaban pudieron haber sido modificados para hacerlos inoperables.
  • Los paparazzi habían quedado muy por detrás del Mercedes de Diana y de Dodi al momento de ingresar al túnel Alma. Sin embargo, en el túnel cuatro motocicletas y un Fiat Uno blanco rodearon al Mercedes. Uno de estos vehículos (o uno de los conductores) emitió un brillante destello de luz (similar a una luz estroboscópica). Luego el Fiat Uno impactó al Mercedes de costado, haciendo que impactara violentamente contra uno de los pilares del túnel.
  • El doctor francés Jean Marc Martino tomó inmediato control de la escena del accidente y de las víctimas. Sin embargo, le llevó 37 minutos extraer a Diana, todavía conciente, de la parte trasera del vehículo, a pesar de que la parte trasera no presentaba daños, por lo que no debía haber pasado un tiempo significativo para sacarla.
  • Pasaron 81 minutos antes que la ambulancia partiera de la escena del accidente hacia el hospital más cercano.
  • Pasaron 103 minutos (otros 22 minutos) antes que la ambulancia llegara al hospital (un viaje que no debía haber durado más de 5 minutos).
  • Sobre la investigación oficial, los expertos acordaron que la vida de Diana pudo haber sido salvada de haber recibido la atención médica normal y rápida.
  • El Dr. Pepin y el Profesor LeComte quienes realizaron análisis en las muestras de sangre del chofer Henri Paul parecen haber utilizado sangre de otra persona para determinar que Paul estaba borracho, cuando no lo estaba. Ambos doctores fueron citados legalmente para la investigación, pero se negaron a declarar. El ministerio de justicia francés los protegió, citando razones de "orden público" ante su negativa, y la razón oficial fue la "protección de secretos de estado e intereses esenciales de la nación". Un gobierno que retiene información por interés de la "seguridad nacional" o para "proteger secretos de estado" básicamente está diciendo que reconocen que si la información se hiciera pública, provocaría masivas perturbaciones sociales, o incluso revolución. En resumen, "proteger secretos de estado" y "seguridad nacional" son eufemismos de proteger a la 'elite' del pueblo, y lo que el pueblo pudiera hacer si supiera la verdad.
  • En el 2006, un equipo de científicos ofreció realizar pruebas en las muestras para determinar a quienes pertenecían. Sin embargo, el gobierno francés declaró que las muestras de sangre en cuestión "ya no existían". También existe clara evidencia de que la policía francesa plantó alcohol en el departamento de Paul para apoyar la afirmación de que era alcohólico.
  • La inteligencia británica había desarrollado un plan para asesinar a un político serbio haciendo que su vehículo chocara en un túnel apuntando al conductor con un destello de luz estroboscópica.
  • Varios miembros del establishment británico, incluyendo al poder judicial, la fuerza policial y políticos, conspiraron para encubrir la verdad sobre el accidente y el hecho de que Diana sospechaba que iba a ser asesinada.
  • El miembro del parlamento británico Nicholas Soames parece ser un psicópata misógino (uno entre muchos del establishment británico) que odiaba a Diana. Soames era Ministro de Defensa de la presidencia del Primer Ministro Conservador John Major (1994-97). Soames amenazó a Diana con que debería abandonar su campaña de elevado perfil para terminar con la utilización de minas terrestres en países del tercer mundo y le advirtió que "los accidentes pueden suceder". Soames es el Director de Aegis Defence Services, una empresa privada de mercenarios con oficinas internacionales en Afganistán, Bahrein, Irak, Kenya, Nepal y EEUU. Según se evidencia en imágenes de video publicadas en el 2005, mercenarios de Aegis estuvieron involucrados en el asesinato indiscriminado de civiles iraquíes durante la 'Operación Libertad Iraquí'.
  • Según el libro Women in Parliament publicado en el 2005, Soames fue nombrado como el miembro del parlamento 'más sexista', con testimonios de varias mujeres del parlamento que declararon haber recibido comentarios vulgares de su parte. En otras acusaciones de acoso sexual, se ha sugerido que Soames hace repetidos gestos con sus manos que describen el manoseo de senos, mientras las mujeres hablan en el parlamento, con el objetivo de distraerlas.
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Nicholas Soames: una repulsiva excusa de ser humano
Si existe alguna falla en el excelente documental investigativo de Keith Allen sobre el asesinato de Diana y Dodi, es el énfasis atribuido al rol de la monarquía británica en el mismo. Es poco probable que la realeza británica tuviera un papel significativo en el homicidio de Diana y Dodi, ya que la realeza no representa un poder importante en Inglaterra, y no lo hace desde hace siglos. Desde el fin de facto de la monarquía absolutista en Inglaterra a fines del siglo 18, el rol de la realeza británica ha sido el de servir a los intereses de las autoridades establecidas, es decir, de la 'la elite'.

Diana y Dodi fueron asesinados para "proteger a la monarquía británica" solo desde el momento en que la eternizada existencia de la monarquía británica es importante para la 'elite' civil porque legitima sus afirmaciones de superioridad 'natural' o 'divina' sobre la plebe inferior. Después de todo, es la Reina quien nombra a los gobiernos y otorga títulos de caballero, de nobleza y otros 'honores' a los elegidos, y por lo tanto les confiere legitimidad real a aquellos honrados y nombrados. Por supuesto, detrás de escena, es el 'gobierno de su majestad' (o sea, la misma 'elite' civil) quien aconseja al soberano sobre quién recibe qué y cuándo. Sin esta pompa y circunstancia de realeza, el otorgamiento de títulos por civiles a otros civiles se vería, ante el mundo, como un montón de burócratas indignos atribuyéndose beneficios más allá de lo que corresponde. Y así el pueblo no tendría intenciones de sancionarlo.

El divorcio de Diana y Carlos, su inminente casamiento con Dodi al-Fayed (un musulmán) y la posibilidad de que pudiera exponer cuestiones impropias de la realeza dentro del Castillo de Windsor perjudiciales para la imagen pública, reputación y la existencia misma del establishment de la Realeza Británica, fue la amenaza más sentida entre los segurócratas de alto nivel en Whitehall y entre los varios pedófilos que guardan celosamente sus privilegios y estilos de vida inmoderados.

Dodi al-Fayed era cineasta (produjo el múltiple ganador del Oscar, Carros de Fuego). Su padre era un hombre rico. Si él y Diana siguieran vivos, solo podemos imaginar qué clase de películas o documentales podría haber producido con Diana como esposa e inspiración. Teniendo en cuenta la abierta y compasiva naturaleza de Diana, combinada con su atractivo público internacional, ¿qué pudo haber dicho o hecho y qué podría haber logrado si le hubieran permitido vivir? Con el mundo como escenario y con miles de millones de oídos, ¿cómo podrían haber sido de diferentes los últimos 16 años que nos han traído la interminable 'guerra contra el terrorismo', las invasiones de otros países, la masacre de tantos inocentes y la institución de un estado policial mundial?

Supongo que nunca lo sabremos.

Pero, ciertamente, es una triste condena de la naturaleza y de la estructura de nuestra sociedad moderna que un corazón abierto y apasionado en combinación con una popularidad natural y generalizada sea percibida como semejante amenaza por parte de nuestros arraigados 'líderes', cuyas mentes se disparan invariablemente hacia el asesinato y el encubrimiento para 'resolver el problema'. Eso parece ser precisamente lo que sucedió en el caso de Diana, y ciertamente ella no fue la primera víctima. Esta particular historia del asesinato sumario de un héroe popular no es nada nuevo. Julio César fue uno de esos héroes, y hubo muchos otros en el curso de los últimos 2000 años. Desafortunadamente, sus vidas parecen contar la misma historia de potencial frustrado, los millones a los que pudieron haber inspirado, y a la sociedad humana en general.

Vean ustedes mismos el documental 'Asesinato Indecente', aquí:

"Los mayores pasos hacia el colapso social y destrucción planetaria incluyen cosas como los asesinatos que son aceptados por las masas. Cuando tales cosas no son objetadas, la fase siguiente está lista".