nieve NY
© SETH WENIG APUna mujer pasa junto a un autobús en Brooklyn, donde la nieve alcanzó casi un metro
Las palabras mágicas "a tiempo" comenzaron a aparecer ayer en los tableros de algunos aeropuertos, para alivio de los usuarios, tras la gigantesca nevada que paralizó el transporte en el noreste de Estados Unidos, en época de gran demanda de vuelos.

Los exhaustos pasajeros se disponían a abordar sus vuelos de regreso a sus hogares después de la Navidad.

"La verdad, no sé si querré salir de vacaciones de nuevo", dijo Tiffany Bunton, de 28 años, quien pasaba a través del puesto de revisión en el aeropuerto de LaGuardia junto con su hija Trystan, de ocho, en camino de vuelta a Fort Worth, Texas.

A decir de los expertos, tardará varios días reprogramar las salidas de todos los pasajeros varados a causa de la tormenta de nieve que azotó con fuerza el noreste del país del domingo por la noche al lunes.

A medida que los aeropuertos intentaban normalizar su funcionamiento surgió una nueva dificultad: algunos aviones se vieron obligados a permanecer varias horas en las pistas.

Un vuelo de Cathay Pacific que partió de Hong Kong y fue desviado a Toronto antes de aterrizar en Nueva York permaneció en la pista del aeropuerto Kennedy más de 10 horas el martes por la mañana, hasta que se permitió el descenso a los pasajeros. Los viajeros dijeron que les dieron magros refrigerios y recibieron versiones contradictorias sobre el porqué no podían bajar de la aeronave.

Se les dijo que el aeropuerto carecía de personal suficiente para recibir todos los aterrizajes, que las aduanas estaban operando sólo parcialmente o que no había suficientes puertas de descenso en la terminal.

"El problema es que las aerolíneas dejaron partir los aviones desde sus puntos de origen sin comprobar que tenían una puerta de desembarque asignada", explicó el portavoz de la Autoridad Portuaria, Steve Coleman.

El mal tiempo obligó a la cancelación de unos 6 mil vuelos en todo el país, por lo que más de mil 400 personas tuvieron que dormir al menos una noche en las terminales áreas.

"El JKF tiene la pinta de un campo de refugiados deprimente, con gente tirada en el suelo y mucha basura", decía ayer en su cuenta de Twitter Graham Rowat, uno de los afectados.

En Nueva York - donde se acumularon hasta 50 cm de nieve - , los residentes fuera de Manhattan se quejaron de la lenta labor de las cuadrillas para retirar la nieve de las calles.

El alcalde Michael Bloomberg dijo que cientos de autobuses y decenas de ambulancias seguían atrapados.

En Moscú, la capital rusa, miles de pasajeros quedaron ayer varados en los aeropuertos, después de que una lluvia helada y apagones interrumpieran el tráfico aéreo por tercer día consecutivo. Solamente 150 vuelos despegaron durante la noche en Domodedovo, el mayor aeropuerto de Moscú, que usualmente maneja 700 vuelos diarios, tras una lluvia helada destruyó cables eléctricos y dejó la ciudad a oscuras durante más de 10 horas el fin de semana. El presidente ruso, Dmitri Medvedev, encargó ayer mismo al fiscal general, Juri Chaika, que revise el funcionamiento de los aeropuertos moscovitas.

Desde el lunes, policías antidisturbios están apostados en Domodedovo, para evitar que los furiosos pasajeros agredan a personal aeroportuario, como ya sucedió el lunes.