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Un periodista político ruso opina que el diálogo entre Putin y Obama sobre la natación es realmente un intercambio de señales que encierra un importante sentido político.

La semana pasada el presidente ruso, Vladímir Putin, en respuesta a la pregunta de si creía que Barack Obama le salvaría en caso de que se estuviera ahogando, hizo un cumplido al presidente estadounidense diciendo que "es un hombre decente, sin duda lo haría". Esta semana Obama, a su vez, respondió a la réplica del líder ruso: "Por supuesto salvaría al presidente Putin si se estuviera ahogando. Me gustaría creer que, si alguien se estuviera ahogando, puedo salvarlo. Soy buen nadador, crecí en Hawái y he tenido mucha práctica".

Según el periodista Piotr Akópov, este pequeño diálogo tiene un importante sentido implícito. "Putin hace saber a Obama que no lo considera el principal responsable del empeoramiento de las relaciones entre los dos países", cuenta al periódico 'Vzglyad'. El presidente ruso sabe muy bien cómo funciona el sistema político estadounidense, donde "Obama es solo una parte de la elite política que realmente controla EE.UU., y en la política exterior el senador sin experiencia desde el principio está rodeado de hombres fuertes como Biden y Kerry", explica Akópov.

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El experto sostiene que Putin no tiene reclamos personales contra Obama, ya que no es el líder de la nación ni tampoco el jefe de la elite. Es un "administrador contratado por la elite", que consiste en unos cientos de familias que a lo largo de muchas generaciones determinan la política de EE.UU. "Obama no va a tratar de romper las reglas del juego en el Olimpo norteamericano, y Putin es consciente de ello", afirma el periodista. Con lo cual, con el cumplido Putin quiere dar un apoyo moral a su rival estadounidense que es, efectivamente, "un rehén de Biden y Kerry", y no un presidente autónomo.

Obama, por su parte, hizo saber con su réplica que está dispuesto a una colaboración, aunque "lo máximo que puede hacer en los dos años de presidencia que le quedan es frenar un poco el ritmo del crecimiento de la confrontación entre EE.UU. y Rusia".