Las acciones de Rusia durante la crisis ucraniana podrían provocar una escisión en la OTAN, sostiene un analista de 'Die Welt' recordando las discrepancias que han surgido dentro del bloque en cuanto a quién pagará una estrategia de respuesta.

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Las decisiones correspondientes al despliegue de fuerzas de reacción rápida de la OTAN tras la reunificación de Crimea y Rusia serían tomadas en la cumbre que tendrá lugar en septiembre en Gales, pero su adopción no es fácil, apunta el rotativo 'Die Welt', que argumenta que "la Alianza está profundamente dividida, y ningún país está realmente dispuesto a aumentar significativamente los gastos para mejorar la preparación para el combate de las fuerzas armadas y la modernización de las armas".

Se espera que la OTAN intente obligar a sus miembros europeos a aumentar los gastos de defensa, a lo que muchos países, en particular Alemania, no están dispuestos. Sin embargo, Estados Unidos, que propone aumentar en un 70% el presupuesto de la OTAN, requiere que "precisamente los Estados más ricos, como Alemania", aumenten su participación en los gastos de la Alianza.

Son sobre todo los Estados miembros de Europa del este quienes requieren "protección adecuada contra Rusia", recuerda el periódico en una clara alusión a que no serán esos países los que pagarán esta 'protección'.

Por su parte, Alemania, Francia y los Estados del sur de Europa, por el contrario, tienden a 'no provocar a Rusia' y se oponen al despliegue de las fuerzas de la OTAN en Europa oriental.

Cierta cautela en este asunto la muestra incluso el propio Washington, dice el artículo. En contra de los deseos de los países de Europa del este que participan en la Alianza, "no se prevé un estacionamiento permanente de fuerzas de la OTAN en Europa oriental", cita el articulista, Christoph Schlitz, a los portavoces de la OTAN. En lugar de ello, la OTAN tiene previsto llevar a cabo en la región ejercicios militares navales, aéreos y terrestres.

En resumen, el periodista concluye que a pesar de "toda su demostrativa unanimidad externa", los Estados de la OTAN tendrán que pasar una dura "prueba de resistencia".