La Unión Europea busca una opción para dar marcha atrás en relación con las sanciones impuestas contra Rusia, prescindiendo de EEUU, afirma Leonid Bershidsky en su artículo para Bloomberg al analizar la coyuntura internacional.

La decisión de prorrogar las sanciones se mantiene por la firme posición de EEUU y de Angela Merkel. No obstante, los obstáculos objetivos en el camino hacia el levantamiento de las sanciones van disminuyendo.
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© Sputnik/ Vladimir Sergeev
"Putin no se rendirá", afirma Bershidsky, citando el discurso del presidente ruso en su reciente visita a Grecia:
"Estoy convencido de que debemos sacar las conclusiones adecuadas de los acontecimientos en Ucrania y proceder con el establecimiento en el vasto espacio, que se extiende entre el Atlántico y el Pacífico, de una zona de cooperación económica basada en la igualdad y seguridad".
"En otras palabras, Putin exige que Occidente asuma su punto de vista", aclara el autor. Es decir, que el comportamiento de los miembros de la UE se rija por el pragmatismo económico más que por los intereses coyunturales.


Comentario: Si bien ésto podría ser acertado, tal vez Putin también se refiera a que Europa se comporte de una manera que siga las reglas del sentido común, tan raro y ausente en estos tiempos. Ésto es algo que parece imposible para la UE, juzgando por su adhesión a sanciones impuestas desde afuera en contra de sus propios intereses.


Los círculos de negocios de la UE, en efecto, empiezan a ejercer más presión sobre las autoridades para que se alivien las sanciones antirrusas en el sector financiero y comercial.

"Ahora, el gobierno de Merkel puede resultar más inclinado a aliviar las sanciones bajo la presión de los círculos de negocios alemanes", puntualiza el columnista.

El evidente cambio en el balance de las fuerzas se explica por la "pérdida del capital político" de Angela Merkel como resultado de su actuación frente a la crisis de los refugiados. Las concesiones a Erdogan revelaron a los alemanes que la política de la canciller se caracteriza por los "dobles estándares que tienen poco sentido económico y político" en cuanto a la oposición a Putin, subraya el autor.

La flexible postura de la UE en cuanto a las sanciones contra Rusia es resumida en las palabras del presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker: "Considero importante que, al menos, nos acerquemos en cuestiones económicas".

Habrá lugar para negociaciones durante el Foro Económico en San Petersburgo, que se celebrará a mediados de junio y al que se propone asistir Juncker, señala el autor de Bloomberg.

El escollo es, sin duda, EEUU, más precisamente su insistencia en el cumplimiento de los acuerdo de Minsk. Sin embargo, "Washington se ha decepcionado de la intransigencia de Ucrania. (...) Esta intransigencia, junto con la permanente crisis política ucraniana, unas reformas económicas inadecuadas y la corrupción rampante, ha conducido a que el apoyo de Washington disminuya".


Comentario: Éstos es completamente falso desde un punto de vista pragmático. Si Kiev cumple con los acuerdos de Minsk (iniciados por Rusia, por cierto), ellos pierden su utilidad y todo el proyecto del Maidan se va a la basura. La única utilidad de Ucrania en este momento es: servir como pretexto para justificar acciones de expansión militar hacia el este de Europa. Si Ucrania cede y cumple los acuerdos, la OTAN se queda sin su excusa pública.


En este contexto, "los líderes y oficiales de la UE no dejan de reiterar que las sanciones no van a ser elevadas hasta que el acuerdo de Minsk sea puntualmente implementado, pero jamás han dicho que no puede ser cambiado el 'menú' de las mismas", sugiere Bershidsky.

El denominado "cambio de menú" sería una solución razonable a corto plazo, mientras que el bloque europeo no esté dispuesto a "rebelarse" contra EEUU, teniendo en cuenta otros asuntos primordiales, como la crisis de refugiados y el referéndum del Brexit. "Cierto alivio de las restricciones está a punto de comenzar en los próximos meses", concluye el columnista de Bloomberg.

En diciembre de 2015 las sanciones, incluyendo las restricciones impuestas a los oficiales y personas particulares y a ciertos participantes del sector empresarial, se prolongaron hasta el 31 de julio. En el mes de julio, la UE va a considerar la prórroga de las sanciones para los próximos seis meses.