Engañar es la capacidad de hacer creer algo falso como verdadero a través de una o más tácticas elaboradas para tal fin, extendiendo el concepto a burlarse de otro aprovechando su falta de conocimiento o ignorancia. Consiste en dar la apariencia de verdad a algo que es una ilusión por medio de trampas, mentiras, artimañas, artilugios: inventar historias es la magia productiva. Utilizado como domesticación de la conciencia, se refiere a un sistema de prácticas basado en el ocultamiento de hechos que no conviene a una élite, grupo o sujeto determinado.Asimismo, es factible entenderlo como una acción deliberada para enmascarar la realidad a través de técnicas que evitan comprender en su esencia lo expuesto y, más bien, incitan al equívoco de modo organizado; es decir, sin percibir de modo directo y claro, evitando corroborar a través de datos veraces.
Uno de los ejemplos más actuales en su sentido manipulador es el referente al informe elaborado por agencias de inteligencia estadounidenses culpando a productores de información rusos (incluso al presidente
Vladímir Putin) como responsables de la derrota de
Hillary Clinton en las elecciones presidenciales pasadas.
Las afirmaciones son taxativas y han sido reproducidas en miles de medios vinculados a estas, cumpliendo la orden de reiterar incansablemente dichas conclusiones. Ellas se refieren a que existió un 'hackeo' de correos y páginas oficiales del Partido Demócrata por obra del Gobierno ruso (incluyendo a la cadena
RT), cuyo único fin era debilitar la confianza en el sistema democrático representativo de dicho país, demeritar una candidatura (Clinton) y enaltecer la contraria, con el manifiesto objetivo de hacer triunfar a su propio elegido. Como se sabe, el 6 de enero de 2017 la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) emitió el documento 'Evaluación de las actividades e intenciones rusas en las recientes elecciones estadounidenses', que aseveró su participación e influencia directa, aunque advirtiendo que
muchas de las conclusiones no fueron incluidas porque es "una versión desclasificada de una evaluación altamente clasificada".
Con el objeto de imputar se utilizaron tres axiomas:1 - Desviar la atención del tema central para evitar el análisis de los mecanismos empleados.En este caso, la increíble victoria de un aspirante no apoyado por la 'corporatocracia' que desechó a aquel que representaba un proyecto neoliberal militarista (muy peligroso para la paz mundial) conducía a un estudio profundo. Sin embargo,
con el fin de impedirlo se desvió la temática agudizando contradicciones con un supuesto interventor, que presionó de tal modo que obtuvo el premio deseado: un presidente afecto a sus políticas.
2 - Reiterar en exceso una afirmación que culpe a otro de sus propios errores, atribuyéndole la máxima responsabilidad.La edificación de una sospecha es efectiva especialmente cuando se atiborra con información que parece sustentar lo dicho, pese a que no aporte prueba alguna. Identificar un culpable permite eximir de responsabilidad al afectado, con lo cual se puede lograr protagonismo nuevamente como un ente perjudicado por la actuación deshonesta de cierta parte involucrada en el conflicto. No entrar en las razones de lo ocasionado es definitivo, pues desconocer hechos y causas permite creer por fe más que por convicción.
3- Falsear la verdad distribuyendo una interpretación acorde con su interés programado.La idea es no centrarse en la veracidad de lo descubierto, como la campaña de desprestigio a Bernie Sanders por Clinton, la influencia demócrata para que el Partido Republicano escogiera a Donald Trump por ser el candidato opositor considerado más débil, la financiación de la clase pudiente y los banqueros, la manipulación extrema de los medios caracterizando a Trump como misógino-nazi- sionista-inestable, la política belicista de Hillary y la corrupción con fondos de la Fundación Clinton, entre otros. Por esta argucia se evita discutir la debilidad ética en los actos enunciados, con el fin de dirigirlos hacia acusaciones que impidieran develar la verdad.
En este caso, la idea fue ocultar los propósitos de dicha publicación pues, de conocerse, permitirían demostrar el carácter bélico y no asumido de una frustración incalculable, ya que la verdadera finalidad de la Agencia ha sido construir un clima de desconfianza en la elección del presidente electo con el fin de minar su credibilidad y legalidad, aumentar la rusofobia para denostar al 'enemigo máximo' y ampliar el presupuesto militar, justificar la errónea estrategia de la campaña que llevó a la catástrofe preferentemente por la oposición al actual mandatario y descargar de modo indirecto la inmensa frustración aún no asimilada de una pérdida que nunca se imaginó posible.
Al respecto, un análisis mínimo razonable indica que
dicho informe no ofrece prueba de 'hackeos', sino que confirma la posición pública de ciertos medios informativos respecto a los candidatos, práctica que el Gobierno de EE.UU. ha estado realizando... ¡desde hace mucho más de un siglo!Ante la exigencia de evidencias que comprobarían la infiltración cibernética rusa,
el Departamento de Estado de Estados Unidos ha manifestado que no ha mostrado las pruebas de la supuesta intervención rusa para nombrar a Donald Trump porque "los servicios de inteligencia tienen que proteger sus fuentes y métodos", un sistema acusador y criminal que empleó tanto la Inquisición en el medioevo como la Gestapo en Alemania y estuvo vigente en el temible periodo de persecución a la izquierda en el país norteamericano.
La realidad es muy clara: la fórmula aplicada por el Gobierno colonial estadounidense desde sus orígenes ha sido intervenir en otros países para poner a sus representantes o vasallos como dirigentes de numerosas naciones, a través de la violencia física y simbólica, ratificado por la existencia actual de sus fuerzas militares en más de 130 países. La incoherencia al no funcionar dicho mecanismo es culpar a otros de la errónea aplicación en la receta, típica reacción del perdedor que no acepta su fracaso como parte de un serio juego donde hizo una apuesta y fue vencido por su propia forma de encarar el debate.
Podemos predecir que el presidente Donald Trump será presionado de modo permanente para continuar la política exterior de Obama en lo concerniente a su vía militarista y que este avalará dicha ruta parcialmente, oponiéndose cuando afecte su propio pensamiento y la demanda de paz internacional, lo que generará contradicciones. Por ello, reacciones imprevisibles en determinado momento pueden ser previstas. La opción de establecer nuevas relaciones no guerreristas es una gran posibilidad.
Finalmente,
una de las formas eficaces de enfrentar con éxito estas tácticas es recurrir a categorías de salud mental, pues exigen que la comunicación armónica entre los seres humanos sea sustentada en el diálogo, la racionalidad y la búsqueda comprensiva que explique los fenómenos. Por el contrario, este documento 'desclasificado' se soporta en el principio de la excepcionalidad asociado a la sociopatología, según el cual se puede atentar contra cualquier persona simplemente basado en un derecho divino que no obliga a explicar lo sucedido. La siquiatría lo expone de modo brillante.
Emplear de modo cotidiano el análisis, la capacidad de diálogo y el espíritu de confraternidad para avanzar en los procesos de humanización es el verdadero arte a conseguir.
USA está en esta situación porque su elite ideologizada y corrupta se ha creído su propio cuento, diseminado persistentemente desde el fin de la II guerra mundial, principalmente a través del Centro de Desinformación Entretenida (Hollywood), acerca de su invencibilidad y excepcionalidad y, por supuesto, de lo mediocres, malos, humanoides, etc., que son los otros sobre todo los rusos. El no vivir la realidad les ha hecho bajar la guardia y perder la perspectiva: aun no logran comprender por qué ganó Trump, un hombre que vive la realidad a diario como empresario.
El que tengan que recurrir a contratistas (mercenarios) para sus objetivos señala que han perdido su espíritu como Nación. La codicia y corrupción imperantes, amparados en esta ceguera ideológica, ha provocado que las potencias supuestamente rivales les superen ampliamente en técnica militar, y por una fracción del presupuesto que soportan los contribuyentes norteamericanos (como se dice vulgarmente: los contratistas hace rato que les “están metiendo el dedo en el ojo” al pueblo norteamericano).
Lo más sorprendente es que las instituciones militares y de seguridad del país, que deberían ser neutras, subordinadas y no deliberantes frente al poder político hayan tomado partido. Y eso significa, entre otras cosas, que están actuando ideológicamente y no en base a la realidad, o sea, están actuando con una venda en los ojos, lo cual, con el poder que tienen, los hace demasiado peligrosos, para ellos mismos incluso.
Entonces, a menos que estén trabajando conscientemente para corporaciones apátridas, no se dan cuenta que la globalización no le conviene a EE. UU. ¿Y quienes se dan cuenta que no le conviene?: la gente que vive la realidad, o sea, un empresario como Trump y el pueblo profundo no ideologizado. Es decir la globalización unipolar se acabará no porque haya triunfado alguna “resistencia” sino porque al país, patria, nación, llamada USA no le está conviniendo, van perdiendo en la competencia global – y no porque sean unos incompetentes, sino porque los ideologizados, o “gatos de palacio”, pensaron que las demás naciones se quedarían quietas y tranquilas esperando que les pasaran por encima y apostaron por el matonaje y el saqueo, y no la competencia por un mejor desarrollo.
Y por eso ganó Trump, no porque sea un santo mesías que salvará al mundo, sino a los trabajadores y empresarios norteamericanos (y al resto de los anglos seguramente). Y eso es bueno, es lo que debería hacer todo gobernante patriota, y para nosotros porque se concentrará en su país.
Los Obama, los Clinton, los “progres”, los izquierdistas falsos y todos los ideologizados (en general, los que pertenecen al grupo de los que viven a expensas de los excedentes e impuestos de otros), no comprenden esto: No saben lo que significa construir – una casa por ejemplo, o sembrar una chacra, manejar un campo productivo, levantar una fábrica, defender las fronteras soportando climas rigurosos y los riesgos propios – en general, realizar actividades fundamentales para la existencia y sobrevivencia. No, ellos viven en edificios cerrados, en academias, en bibliotecas, etc., asociados con otros que son de su misma ralea, son autorreferentes y se aplauden unos a otros; y hacen bonitos discursos acerca de cómo debería ser la realidad, pero solo la han visto en libros. Su exagerado ego y narcisismo no les permite reconocer la realidad del peligro en que tienen al pueblo norteamericano y al mundo. Preferirían que el mundo se hundiera con ellos.
(En particular, Obama, más que un beligerante es un tonto, un “gato de palacio” que no comprende la realidad y un resentido porque las cosas no salen como lo que él cree, cosas que aprendió en alguna academia o en libros que escribieron otros ideologizados. Creo que ni siquiera comprende el porqué está en ese puesto. A diferencia de él, el presidente V. Putin si gobierna su país)