Un nuevo estudio internacional con importante participación rusa espera contribuir a la cura de la adicción al alcohol.

La adicción al alcohol se debe a alteraciones en la producción de la dopamina, un neurotransmisor asociado con el sistema de placer del cerebro, según un nuevo estudio elaborado por un grupo internacional de investigadores.
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Una persona abstemia cuenta con unas 20.000 neuronas productoras de dopamina, que envían al cerebro señales de si un estímulo ocasionado por el consumo de comida, bebidas o por el sexo, entre otros ejemplos, merecen recompensa (en forma de placer) o no. Para que una persona pueda comportarse correctamente y tomar decisiones sanas, se debe mantener cierto balance en estas señales, lo que el efecto del alcohol altera.

"El alcohol modifica tanto la actividad de las neuronas en la corteza prefrontal como las propiedades de las mismas neuronas dopaminérgicas", reza el texto del estudio, que está a disposición de RT.

El estímulo ocasionado por el alcohol, incluso por su anticipación, siempre es interpretado por el cerebro como merecedor de recompensa, coincida o no con la predicción del resultado. De ahí que afecte a la motivación y el comportamiento de los humanos.

De esta manera, con el consumo de alcohol la dopamina afecta el centro de placer del cerebro causando la sensación de placer tanto ante la oportunidad de tomar alcohol y como en el mismo proceso de consumo. En suma, la dopamina refuerza el hábito de beber esta sustancia.

Los investigadores de la Escuela Superior de Economía (Rusia), el Instituto de Física Aplicada de la Academia Rusa de Ciencias, la Escuela Normal Superior (Francia) y la Universidad de Indiana (EE.UU.) aseguran que su estudio es un paso más hacia la curación del alcoholismo. Si la ciencia logra alterar la reacción del cerebro a los estímulos producidos por el alcohol se podrá ayudar a los adictos.