RTmar, 14 mar 2017 02:45 UTC
Un nuevo estudio internacional con importante participación rusa espera contribuir a la cura de la adicción al alcohol.La adicción al alcohol se debe a alteraciones en la producción de la dopamina, un neurotransmisor asociado con
el sistema de placer del cerebro, según un nuevo estudio elaborado por un grupo internacional de investigadores.
© Pixbay.com
Una persona abstemia cuenta con
unas 20.000 neuronas productoras de dopamina, que envían al cerebro señales de si un estímulo ocasionado por el consumo de comida, bebidas o por el sexo, entre otros ejemplos, merecen recompensa (en forma de placer) o no. Para que una persona pueda comportarse correctamente y tomar decisiones sanas,
se debe mantener cierto balance en estas señales, lo que el efecto del alcohol altera.
"
El alcohol modifica tanto la actividad de las neuronas en la corteza prefrontal como las propiedades de las mismas neuronas dopaminérgicas", reza el texto del estudio, que está a disposición de
RT.
El estímulo ocasionado por el alcohol, incluso por su anticipación, siempre es interpretado por el cerebro como merecedor de recompensa,
coincida o no con la predicción del resultado. De ahí que afecte a la motivación y el comportamiento de los humanos.
De esta manera, con el consumo de alcohol
la dopamina afecta el centro de placer del cerebro causando la sensación de placer tanto ante la oportunidad de tomar alcohol y como en el mismo proceso de consumo. En suma, la dopamina refuerza el hábito de beber esta sustancia.
Los investigadores de la Escuela Superior de Economía (Rusia), el Instituto de Física Aplicada de la Academia Rusa de Ciencias, la Escuela Normal Superior (Francia) y la Universidad de Indiana (EE.UU.) aseguran que su estudio es un paso más hacia la curación del alcoholismo. Si la ciencia logra alterar la reacción del
cerebro a los estímulos producidos por el alcohol se podrá ayudar a los adictos.
Comentario: Alterar la reacción del cerebro a los estímulos suena bastante peligroso y algo que ya ha demostrado ser nocivo, como vemos en el caso de los antidepresivos que alteran la
captación de serotonina. Estas reacciones se encuentran allí para otorgarnos con respuestas adecuadas a nuestro entorno, aunque sin duda pueden ser alteradas fácilmente en el transcurso de nuestra vida. El recibir una recompensa de dopamina no solo se genera ante sustancias o comportamientos adictivos, también sentimos recompensa cuando compartimos con seres queridos o cuando intentamos alcanzar una u otra meta. En cierto sentido, sentimos la emoción de vivir gracias a la dopamina y otros neurotransmisores que actúan en sinergia.
Es extremadamente contraproducente separar a los síntomas, como el alcoholismo, de la persona quien los sufre.
Gabor Mate establece que los seres humanos tenemos la capacidad de caer en una adicción debido a que tenemos la capacidad de sentir dolor. Cuando este dolor (que es en gran medida emocional) es insoportable, la necesidad de acallarlo se convierte en una prioridad de primer orden y es ahí donde pueden surgir los impulsos de consumir sustancias que lo silencien.
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