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Las fuerzas de seguridad mataron a más de 70 personas ayer al disparar contra manifestantes hostiles al régimen durante las protestas celebradas en varias ciudades de Siria, según un nuevo balance suministrado por militantes y asociaciones de derechos humanos.

Además, varias decenas de personas resultaron heridas en estas manifestaciones que reunieron a decenas de miles en todo el país, informó AFP.

El levantamiento el pasado jueves, por parte del presidente Bashar al Asad, del estado de emergencia, vigente desde 1963, no impidió una fuerte movilización: decenas de miles de manifestantes en Homs, 10.000 en Deraa, al menos 5.000 en Qamishli (noreste) y miles en Duma, cerca de Damasco, según esos testigos.

En Deraa, donde comenzó el movimiento popular de protesta contra Asad a mitad de marzo, los manifestantes habían salido de las mezquitas gritando consignas en favor de la libertad y pidiendo la disolución de los servicios de inteligencia y el procesamiento de sus miembros, indicó un militante de los derechos humanos.

Otros llevaban pancartas en las que pedían "la anulación del artículo 8" de la Constitución, que consagra la hegemonía del partido Baas sobre la sociedad y el Estado. Los manifestantes, entre los que había árabes, kurdos y cristianos siriacos, empezaron a manifestarse delante de la mezquita Qasmo, agitando banderas sirias.

Por su parte la Casa Blanca pidió poner fin a la violencia en Siria, manifestándose "muy preocupada" por la situación en el país, luego de que las fuerzas de seguridad dispararan contra manifestantes contrarias al régimen, citó AFP. "Deploramos el uso de la violencia" señaló el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien añadió que Estados Unidos está atenta de la situación que viven los sirios muy de cerca.