Aunque a menudo se le considera el villano preferido en la historia de México por supuestamente haber cedido buena parte del territorio mexicano a Estados Unidos, el expresidente Antonio López de Santa Anna no es el enemigo público que muchos creen.
Santa Anna
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Ocupó 11 veces la presidencia de México, fue el primero en autonombrarse Su Alteza Serenísima y fue un vende patrias que traicionó al pueblo.

Esas son las versiones que la historia oficial de México ha difundido durante más de un siglo. Sin embargo, los documentos históricos indican que todo ello forma parte de una narrativa alterada de lo que en verdad sucedió.

Así lo asegura el historiador británico Will Fowler en su libro Santa Anna ¿Héroe o villano? (2018), en el cual enlista una serie de pruebas que ofrecen una versión distinta de los cuatro enemigos públicos favoritos de México (los otros tres son Agustín de Iturbide, Porfirio Díaz y Victoriano Huerta).Hace 168 años se firmó el Tratado de la Mesilla, con el cual el Gobierno mexicano vendió una parte de lo que actualmente es Arizona y Nuevo México, en Estados Unidos. Se trataba, sin embargo, de una porción de tierra, no de la mitad del territorio del país, como se le ha contado a los mexicanos en sus libros de historia de educación básica.


"Todavía hoy Santa Anna es el dirigente al que todos los mexicanos y texanos les gusta aborrecer. Para muchos es indiscutible la opinión de que él fue la causa exclusiva de todos los males de México tras haberse independizado de España", escribe Will Fowler.

En efecto, el 30 de diciembre de 1853 se vendió La Mesilla a los estadounidenses, pero cuando México perdió casi la mitad de su territorio fue antes, el 14 de mayo de 1836, cuando Santa Anna firmó el Tratado de Velasco.

Sin embargo, explica Fowler, la firma de aquel documento estuvo plagada de irregularidades. En primera, dice, se firmó cuando el expresidente mexicano estaba preso, lo cual invalida legalmente el tratado. Sin embargo, Estados Unidos estaba en ventaja: su ejército había vencido a las tropas mexicanas y amenazaba con seguir atacando. Santa Anna no tuvo más opción que firmar.


"De hecho, en este tratado no reconoce la independencia de Texas. Tuvo muchas discusiones con sus captores. Lo podemos ver por la cantidad de borradores que rechazó aún sabiendo que era un presidente preso y que, como tal, su firma no tenía validez. Lo que acordó en ese documento fue aceptar que una comisión texana fuera a México a proponer la idea de la independencia de Texas, sabiendo perfectamente que el Congreso iba a decir a rechazar la propuesta", dijo Fowler en una entrevista con el diario mexicano El Financiero. Debido a la ilegalidad del Tratado de Velasco, se puede decir que México pierde la mitad de su territorio hasta varios años después, en 1948, cuando pierde la guerra contra los norteamericanos y se firma el Tratado de Guadalupe Hidalgo, que en realidad no fue signado por Santa Anna, sino por el Gobierno liberal de Manuel de la Peña y Peña, que lo único que buscaba era detener el conflicto armado.

De hecho, Santa Anna sí quería continuar la guerra contra Estados Unidos para no perder Texas y viajó a Oaxaca para formar una nueva tropa, "pero no sucedió porque Benito Juárez no quiso apoyarlo y le prohibió la entrada. Después de este hecho, Santa Anna se va al exilio", según el historiador británico.

Desde ese momento, se comienza a construir la imagen de villano de Antonio López de Santa Anna, impulsada sobre todo por el Partido Liberal de Juárez.

Tirano sí, alteza no

De acuerdo con el libro de Will Fowler, el primero en hacerse llamar Su Alteza Serenísima fue Miguel Hidalgo, el padre de la patria de México e iniciador del movimiento de independencia.

Cuando se autonombró bajo ese mote en Guadalajara, Hidalgo se negó a colaborar con otro insurgente, Ignacio Allende, para recuperar Guanajuato, que estaba en manos de los conquistadores españoles, según se explica en el ensayo de la UNAM, El mito negativo de Antonio López de Santa Anna: replanteamientos en la historiografía, la ficción literaria y el cine.

Ese hecho desencadenó un conflicto interno entre los independentistas, principalmente entre el cura Hidalgo y Allende.

También es mentira que haya ocupado 11 veces la presidencia de la República. Un estudio del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INERHM) señala que sólo se reeligió seis veces; el resto eran licencias que pedía para irse a la guerra como general.

"Era un hombre sumamente nacionalista y patriota que defendió al país de los españoles y los franceses. Lo que pasa es que las cosas le salieron mal: perdió la guerra y, para variar, fue un corrupto. De traidor, no tiene nada", afirma Fowler.

"En una época de inestabilidad e incertidumbre, con los problemas de autoridad y legitimidad sin resolverse y aun dividiendo a la población, surgió Santa Anna, tal como surgieron tantos otros hombres fuertes en la América española, como anhelado árbitro y necesario gendarme de ese país naciente que era México", concluye el historiador.