Cada vez hay más voces que piden la prohibición total de la prostitución en Alemania y opinan que el país se ha convertido en el "burdel de Europa" que atrae a turistas sexuales de todo el mundo, informan medios locales.
El bloque opositor Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) de Alemania y su 'hermana', la Unión Social Cristiana (CSU, por sus siglas en alemán) de Baviera, consideran que la legalización de la industria del sexo en 2002, que otorgaba a las prostitutas derechos laborales y acceso a prestaciones sociales, ha acarreado consecuencias negativas.
En 2017 también entró en vigor la ley de protección de prostitutas, que establece principalmente los requisitos del derecho comercial. Desde entonces, los burdeles requieren una licencia para operar, mientras que las prostitutas están obligadas a registrar sus actividades y asistir regularmente a consultas médicas.
"Burdel de Europa"
"Alemania se ha convertido en el burdel de Europa. Cientos de miles de mujeres que se dedican a la prostitución son explotadas en condiciones deplorables y maltratadas. Sus cuerpos son tratados y vendidos como productos baratos", denunció la vicepresidenta del grupo parlamentario CDU/CSU, Dorothee Bar.
Por su parte, Elisabeth Winkelmeier-Becker, miembro de la CDU, afirmó que la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución no lo hacen por su voluntad, sino que acabaron allí como consecuencia de engaños o amenazas. "A la mayoría le gustaría irse, pero no puede", dijo, señalando que el número de clientes diarios es de dos dígitos y las "prácticas sexuales violentas" son cotidianas para las mujeres de la industria.
- Para finales de 2022, 28.280 prostitutas estaban registradas oficialmente. La mayoría de ellas tenía entre 21 y 44 años. Solo el 18 % tenía nacionalidad alemana, alrededor del 35 % eran rumanas y el 11 % búlgaras. Sin embargo, estimaciones no oficiales elevan la cifra a 200.000 o más.
- Según los expertos, "muchas mujeres que ejercen la prostitución en Alemania son pobres y tienen escasa educación". Al mismo tiempo, señalan que los llamamientos a prohibir la prostitución no tienen nada que ver con la moralidad, sino con el "derecho fundamental a la dignidad", ya que vender el propio cuerpo provoca daños físicos y psicológicos a las mujeres que lo hacen.
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