Un fuerte terremoto de magnitud 6,0 sacudió el miércoles el este de Indonesia, dejando a las autoridades en alerta pero sin informes inmediatos de víctimas o daños en la zona afectada.
A pesar de la fuerza del seísmo, la Agencia de Meteorología, Climatología y Geofísica de Indonesia aseguró a la población que no había peligro potencial de tsunami. Sin embargo, advirtió de la posibilidad de réplicas e instó a la población a permanecer alerta tras el seísmo.
Indonesia, un vasto archipiélago con más de 270 millones de habitantes, no es ajena a la actividad sísmica. El país está situado a lo largo del "Anillo de Fuego", un arco de fallas sísmicas que rodea la cuenca del Pacífico, lo que lo hace propenso a terremotos y erupciones volcánicas. La frecuencia de estas catástrofes naturales subraya la importancia de los sistemas de preparación y vigilancia en la región.
El seísmo recuerda la vulnerabilidad de Indonesia a los fenómenos geológicos. El año pasado, un seísmo de magnitud 5,6 sacudió la ciudad de Cianjur, en Java Occidental, cobrándose la vida de al menos 331 personas e hiriendo a casi 600. Este suceso fue especialmente mortífero para la población indonesia. Este evento fue notablemente el más mortífero en Indonesia desde el devastador terremoto y tsunami de 2018 en Sulawesi, que provocó la trágica pérdida de aproximadamente 4.340 vidas.
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