Durante las décadas de 1960 y 1970, el Pentágono consideró a los grupos de extrema izquierda como la mayor amenaza para Estados Unidos. Sin embargo, tras el aumento de la violencia perpetrada por la derecha durante los años 90, empezó a considerar a los grupos antigubernamentales de esta línea política como la mayor amenaza.
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© AP Photo / David Goldman
Según un informe anual publicado por el Departamento de Defensa del país norteamericano, 78 militares son sospechosos de estar a favor del derrocamiento del Gobierno estadounidense y otros 44 están presuntamente implicados de participar en actividades terroristas o apoyarlas.

El informe, publicado por el inspector general del Departamento de Defensa de Estados Unidos la semana pasada, reportó 183 denuncias de extremismo en todas las ramas militares.

La mayoría de ellas, 130, se encontraron en el Ejército. La Fuerza Aérea tuvo 29 y la Infantería de Marina y la Armada 10 cada una. La Fuerza Espacial, que se contabilizó separadamente del Ejército del Aire, tuvo cuatro señalamientos en esta materia.

La investigación también descubrió 58 denuncias de actividades pandilleriles en todas las ramas. El texto detalla que, en el momento de su publicación, 68 casos habían sido resueltos o considerados infundados.

En marzo, el Pentágono calificó el extremismo violento por motivos raciales y étnicos como "la amenaza más letal" para Estados Unidos en su evaluación anual de amenazas.

Un mes antes, el exintegrante de la Guardia Nacional, Brandon Russell, fundador de un grupo neonazi llamado Atomwaffen, fue detenido por conspirar presuntamente para explotar la red eléctrica de Baltimore tras haber cumplido cinco años de condena por posesión de explosivos. Su juicio está en curso y ha sido calificado como terrorista nacional. Se enfrenta a varias décadas de prisión.

Tras los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, en los que participaron varios militares en activo y exsoldados, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Austin Lloyd, ordenó que se impartiera formación sobre extremismo en todas las ramas del Ejército.

Sin embargo, los medios de comunicación estadounidenses han descrito la formación y otras medidas como "simbólicas", y al menos un oficial alistado ha afirmado que nadie prestó atención durante la conferencia y que el comandante dedicó tiempo a hablar de grupos que consideraba radicales, como Black Lives Matter.


Funcionarios y otros expertos han descubierto que los grupos de extrema derecha y de supremacía blanca son una amenaza mayor y atraen a más miembros del Ejército. También existen informes de que los reclutadores han estado ignorando algunos pasos de selección para filtrar a aquellos con asociaciones extremistas o de pandillas.

La investigación expone que los oficiales militares han tomado medidas al respecto. Afirma que 135 denuncias fueron remitidas a tribunales militares o civiles y que 109 casos fueron enviados a otra organización o funcionario del Departamento de Defensa estadounidense.

También se menciona que 69 denuncias fueron confirmadas. La mayoría se tramitaron por vía administrativa, incluidas 19 bajas involuntarias y tres casos de asesoramiento. Otras 17 fueron tratadas con castigos no judiciales y dos fueron sometidas a consejo de guerra. El informe precisa que no se adoptó ninguna medida en relación con ninguna denuncia justificada de extremismo o actividad vandálica o pandilleril.