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El gobierno de Gran Bretaña comparó la crisis de la eurozona con un edificio en llamas sin salida, y subrayó que la población de Alemania terminará subsidiando a algunos miembros más débiles de la zona euro por el resto de su vida. El ministro de Exteriores británico, el conservador William Hague, afirmó que el grupo de países europeos que cuenta con el euro está sufriendo "como un edificio en llamas sin salida".

Unión EuropeaAsí de crudo pintó el panorama el alto funcionario británico, pero aunque pretenda mostrar al Reino Unido distante de los avatares de la eurozona, nada le garantiza que permanecerá a salvo de las ruedas de la crisis financiera y estructural del capitalismo, que amenaza con no dejar títere con cabeza, y la acertada imagen de "edificio en llamas sin salida", le cae al sistema en su conjunto como anillo al dedo.

Ya en lo que respecta al pacto monetario de la Unión Europea, puesto en tela de juicio por Hague, algunos indicadores divulgados en su sede central en Bruselas resultan harto elocuentes. Se ha señalado, por ejemplo, que la confianza económica en la entidad regional y en la eurozona cayó en un 3,4 por ciento, y país por país, sitúa a Italia al frente seguido por Francia y el Reino Unido.

Este jueves el parlamento alemán acordó por mayoría que el Estado continúe haciéndose cargo del llamado rescate financiero de Grecia, o lo que es lo mismo la aplicación de una férrea e insoportable tenaza que ciñe cada vez más la vida de los griegos, a quienes se les ha impuesto que paguen con sacrificios los disparates de las Iimpunes oligarquías bancarias. Y ahí parece que no parará todo, puesto que hay que reconocer fundamento en el pronostico de Hague, de que el pueblo alemán tendrá que subsidiar a miembros más débiles de la eurozona como Grecia, España y Portugal, por el resto de su vida.

Ni salida para el edificio en llamas, ni bomberos que las apague, sin tocar el fondo estructural del sistema.