Traducido por el equipo de SOTT.net

Destacados médicos ponen de relieve un misterioso aumento mundial de los casos de cáncer entre pacientes menores de 50 años.
princess catherine cancer cell
© Adobe Stock Images / Dr. Rath Health Foundation
La noticia, ampliamente difundida por los principales medios de comunicación, se produce tras el reciente anuncio de la princesa Catherine de Gran Bretaña de que ella misma ha sido diagnosticada de la enfermedad. La causa de este aumento mundial, que ha desatado la alarma entre los científicos, es objeto de acalorados debates. Pero, aunque la mejora de los métodos de diagnóstico, las predisposiciones genéticas, los estilos de vida y factores ambientales aún desconocidos se han propuesto como posibles razones, el papel de algunas otras posibles influencias está siendo esencialmente ignorado.

Para ilustrar la magnitud del problema, la tasa anual de incidencia del cáncer entre los británicos de 25 a 49 años ha alcanzado 162,4 casos por cada 100.000 habitantes. Esto representa un aumento del 22% respecto a la cifra de los años noventa. A nivel mundial, un estudio publicado el año pasado en la revista BMJ Oncology reveló que, entre 1990 y 2019, se produjo un aumento del 79% en la incidencia de cáncer de aparición temprana y un incremento del 27% en el número de muertes por cáncer de aparición temprana.

Los cánceres que antes se consideraban más comunes en los grupos de mayor edad se diagnostican cada vez más en adultos jóvenes. Algunos ejemplos son los cánceres de mama, colorrectal, esofágico, gástrico y pancreático, entre otros. Dado que los sistemas sanitarios aún luchan por recuperarse del impacto de las políticas impuestas durante la pandemia de COVID-19, existe una creciente preocupación de que en los próximos años la carga sobre las economías nacionales aumente aún más.

La caída del contenido en nutrientes del suministro mundial de alimentos

Mientras se habla de la dieta como causa contribuyente al aumento de los casos de cáncer, parece que se ignoran importantes pruebas científicas que podrían ayudar a explicar el fenómeno. De especial relevancia son los estudios realizados en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Finlandia y otros países, que demuestran que el contenido en nutrientes del suministro mundial de alimentos ha disminuido considerablemente en los últimos 70 u 80 años. Entre las causas que se sospecha que lo han provocado se encuentra el creciente cambio mundial hacia formas industriales de agricultura.

En algunos casos, la reducción de los niveles de nutrientes ha sido drástica. Entre 1951 y 1999, por ejemplo, el contenido de calcio del brócoli en Canadá descendió casi un 63%. Del mismo modo, el contenido de vitamina A del brócoli canadiense descendió casi un 56%, el de vitamina B2 casi un 43% y el de vitamina B1 un 40%. Los cambios en los niveles de nutrientes de las patatas también fueron preocupantes: el contenido de hierro y vitamina C descendió más de un 57%, el de vitamina B2 un 50%, el de vitamina B3 un 45% y, lo que es más preocupante, el de vitamina A un 100%. Con reducciones similares observadas en otros países, es impensable que esto no tenga consecuencias negativas para la salud.

Significativamente, por tanto, la investigación en Medicina Celular del Dr. Matthias Rath ha revelado que las deficiencias a largo plazo de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales son la causa principal de enfermedades crónicas como el cáncer. Basándose en este descubrimiento, se ha probado con éxito una combinación patentada de nutrientes contra más de 55 tipos diferentes de células cancerosas. Estudios científicos de vanguardia llevados a cabo en el Instituto de Investigación Dr. Rath han demostrado que estos nutrientes son capaces de inhibir la invasión y la metástasis de las células cancerosas, su multiplicación y el crecimiento tumoral, la formación de nuevos vasos sanguíneos para alimentar los tumores (angiogénesis), así como inducir la muerte natural de las células cancerosas (apoptosis).

Para invertir el aumento mundial de casos de cáncer será necesario mejorar la ingesta global de nutrientes. Conseguirlo en personas de todas las edades podría suponer una reducción significativa del número total de casos, incluidos los que se observan ahora en personas más jóvenes. Para lograr este objetivo, además de fomentar y facilitar el uso de suplementos nutricionales con base científica, los gobiernos también deberían considerar la promoción de la agricultura ecológica. Las investigaciones demuestran que los alimentos producidos orgánicamente contienen niveles más altos de nutrientes.

Vacunas COVID-19 y "turbo cánceres"

También es necesario tomar medidas en relación con el uso de vacunas COVID-19 basadas en ARNm. Una investigación publicada en la revista Viruses sugiere que estas inyecciones experimentales podrían inhibir significativamente la reparación del daño en el ADN. La reparación eficaz del ADN -el software biológico de cada célula- es esencial para mantener una defensa inmunitaria adecuada y proteger contra multitud de enfermedades, entre ellas el cáncer.

En los próximos años, lejos de conseguir invertir el aumento de la incidencia del cáncer, el uso continuado de estas vacunas podría incluso aumentar el número de casos. De hecho, algunos observadores ya están relacionando las vacunas con el rápido desarrollo de los llamados "turbo-cánceres". A este respecto, el especulador de las vacunas de ARNm Pfizer ha apostado recientemente 43.000 millones de dólares a que el cáncer será más frecuente en el futuro, por lo que cabe preguntarse si sabe algo que no ha revelado. En lugar de tratar a la industria farmacéutica como salvadores benévolos de la humanidad, es hora de que los gobiernos se den cuenta de que para revertir la "epidemia" de cáncer también es necesario enfrentarse a las entidades que se están beneficiando de ella.