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Veinticuatro personas murieron y más de 200 fueron heridas este domingo en El Cairo en unos enfrentamientos entre las fuerzas del orden y manifestantes cristianos, que protestaban por el incendio de una iglesia, en un Egipto convulsionado por tensiones interconfesionales.
Las autoridades decidieron decretar este domingo un toque de queda durante la madrugada en el centro de la capital, anunció la televisión pública.

La policía militar aseguró en la madrugada del lunes que había vuelto la calma a la zona afectada por los enfrentamientos más violentos desde la caída del presidente Hosni Mubarak en febrero.

Uno de los manifestantes muertos y vistos por un periodista de la AFP tenía la cara tan deformada que era irreconocible. En el hospital donde fueron ingresadas las víctimas, las familias gritaban de cólera.

"Un vehículo del ejército arrolló a cinco manifestantes", dijo a la AFP el padre Daud, un sacerdote cristiano copto.
En algunos de los cadáveres se veían heridas de bala.

El toque de queda fue instaurado de las dos de la mañana a las siete, en el sector de Maspero y hasta la plaza Abasiya, según la televisión pública.

Los enfrentamientos comenzaron en Maspero, ante la sede de la televisión pública, en el centro de la ciudad. La plaza Abasiya, más al este, se encuentra cerca de la principal catedral copta de El Cairo.

Los enfrentamientos entre musulmanes armados de palos y cristianos coptos cerca del hospital donde estaban ingresados la mayoría de los manifestantes hicieron temer un estallido de violencia a mayor escala.

Sin embargo, a la noche, los musulmanes marcharon hacia el hospital gritando "Musulmán, cristiano, una sola mano", poniendo fin a los disturbios en la zona, donde se incendiaron vehículos, constató un periodista de la AFP.

Los coptos (entre el 6 y el 10% de la población egipcia) protestaban por el incendio de una iglesia en la provincia de Asuán, en el Alto Egipto (sur).

Las razones por las que lo que comenzó como una marcha pacífica de miles de coptos del barrio de Shobra hacia Maspero siguen siendo confusas.

La televisión pública indicó que los manifestantes lanzaron piedras contra las fuerzas del orden y, citando a testigos, aseguró que los coptos estaban armados.

Pero en las redes sociales como Twitter, muchos hablan de la participación de provocadores que fueron a perturbar la manifestación. Muchos acusaban también a la prensa oficial de mantener un discurso hostil a la minoría cristiana.

En la marcha de Shobra a Maspero, los manifestantes gritaron "abajo el mariscal", refiriéndose a Husein Tantaui, que dirige el país desde que el presidente Hosni Mubarak dimitió en febrero por presión de un movimiento popular.

Los manifestantes recibieron pedradas por un momento, constató un reportero de la AFP.
El primer ministro Esam Sharaf dijo en una alocución que el país está "en peligro" después de este estallido de violencia, y que "la cosa más peligrosa que puede amenazar la seguridad de la nación es jugar con la cuestión de la unidad nacional y provocar la sedición entre cristianos y musulmanes".

"No cederemos a estas conjuraciones perniciosas, y no aceptaremos retroceder", añadió.
En declaraciones reproducidas previamente por la agencia Mena, el primer ministro consideró que se trata de una "conspiración para alejar a Egipto de las elecciones".

Las primeras legislativas desde la caída de Mubarak están previstas a partir del 28 de noviembre.
Los coptos se consideran discriminados en una sociedad en su gran mayoría musulmana, y sufrieron varios atentados en los últimos meses, entre ellos uno perpetrado el día de Año Nuevo contra una iglesia de Alejandría, donde murieron 23 personas.