Un perro de asistencia alerto a su dueña acerca de un tumor maligno que tenia en el pecho izquierdo y gracias a ello le salvo la vida.Los animales tienen mucho más que enseñarnos de lo que les permitimos. Pueden ver lo que ignoramos,
como las explosiones de luz ultravioleta en los cables eléctricos o
la línea del campo electromagnético de la Tierra. No es sorprendente, entonces, que también puedan detectar el cáncer.
La veterinaria Emilie Clark
relata la impresionante historia de su perra Mia que, entre otras cosas, detectó un cáncer en su pecho izquierdo. Mia es un perro de asistencia; es decir, un perro entrenado para alertar a su dueña de ciertas cosas. Debido a que Clark sufre de taquicardia ventricular y sordera parcial, Mia la alerta cuando su ritmo cardiaco aumenta (y le lleva sus medicinas), cuando suena el teléfono o cuando llaman a la puerta.
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"Una noche de noviembre de 2011, estaba en mi computadora cuando Mia saltó a mi regazo y olfateó la parte de arriba de mi pecho izquierdo. Cerró los ojos y lamió furiosamente. Ello me asustó porque es lo que hace cuando tengo una herida o una cortada", cuenta Clark.
La determinación de Mia de que había algo mal en su pecho convenció a la dueña a ir al hospital al día siguiente a que le revisaran el pecho. Con todo y que los doctores le comentaron a Clark que era casi imposible que tuviera cáncer de pecho porque sólo tenía 24 años, Clark ordenó una mamografía.
Los resultados fueron positivos y los doctores le diagnosticaron cáncer grado 2a. Dos días después entró a cirugía y le quitaron el tumor, seguido ello de un intenso tratamiento de radioterapia.
"Ninguno de los oncólogos que conocí durante mi experiencia fue escéptico acerca del papel de Mia en diagnosticar mi cáncer; lo habían escuchado antes", apunta Clark. De hecho, hay una organización caritativa llamada
Medical Detection Dogs que entrena a los perros a oler el cáncer y está respaldada por el
Cancer Research UK.
Comentario: Podría ser gracioso, pero cuando sabemos el poder que EE.UU. tiene en el mundo, dan más bien ganas de llorar...