Este mes estuvo marcado por cantidades increíbles de agua precipitándose a un ritmo vertiginoso en todo el mundo, lo que causó la muerte de miles de personas, desplazó a otros millones... y dañó más cultivos.
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China, Corea del Sur, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Sudáfrica, Nepal, Pakistán, India, Suecia, Rusia, Italia y EE.UU. fueron los más afectados por las cortinas de lluvia y las inundaciones repentinas resultantes durante el mes de julio. Japón también sufrió una inundación histórica que causó daños generalizados, 200 muertos y miles de desplazados.
Italia, Brasil y Sudáfrica tuvieron su cuota de nieve fuera de estación o "inusual" este mes, por lo que la población local quedó bastante sorprendida.
Al "abrirse el cielo" en muchos lugares, las altas temperaturas, las sequías y los incendios azotaron California, Suecia, Noruega y Grecia; siendo esta última la más afectada, con 94 muertos, cientos de desplazados, 2.500 kilómetros cuadrados devastados y cientos de personas obligadas a huir a las playas.
Hubo incendios significativos en California, pero no se batió ningún récord; hasta ahora, el incendio de 1937 mantiene el récord con casi 90.000 kilómetros cuadrados quemados. Ni siquiera la suma de todas las hectáreas incendiadas en California en los últimos cinco años es suficiente para batir ese récord de 1937. Además, desde la década de 1930 ha habido una disminución neta en la incidencia de incendios en el estado.
Lo mismo se aplica a los incendios que se produjeron en Europa, no se batieron récords y se ha producido un descenso significativo de la incidencia de incendios desde los años ochenta, como ha afirmado Adapt 2030. Las altas temperaturas registradas en julio en Europa no se comparan con las de la década de 1930, por no mencionar el calor extremo experimentado en Europa y gran parte de los Estados Unidos durante varios años a finales del siglo XIX.
Una vez más, vemos cómo los medios de comunicación enfocan y magnifican las ocurrencias localizadas de altas temperaturas e incendios forestales; un titular incluso afirmaba que el mundo no ha experimentado temperaturas tan altas desde el surgimiento de nuestra civilización (hace 10.000 años), una afirmación que está totalmente equivocada.
Las temperaturas de la superficie de la Tierra están aumentando debido a la actividad geológica y volcánica, y la incidencia más directa de los rayos solares debido al debilitamiento de la magnetósfera. Pero en medio de las exageraciones se olvida que las temperaturas en las capas superiores de la atmósfera han estado cayendo en picado. Prueba de ello es la creciente incidencia de halos solares y lunares, nubes noctilucentes, estelas multicolores, tormentas de granizo cada vez mayores y, por supuesto, nevadas inestables. Y no olvidemos que tuvimos eventos de nevadas inusuales en los hemisferios norte y sur tanto en junio como en julio de este año.
Así que no se engañen, muchos de los cambios planetarios que estamos viendo ahora se deben a la baja actividad solar, al debilitamiento de la magnetósfera, así como al nivel máximo de radiación cósmica. Y todos estos cambios no son exclusivos de nuestra Tierra, estamos encontrando paralelismos en otros planetas de nuestro sistema solar. Como alguien dijo, "no por el fuego, sino por el hielo..."
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