Las inundaciones en Tailandia del año pasado, que paralizaron numerosas fábricas en ese país, recortarán en unos 700.000 millones de yenes (casi 7.000 millones de euros) el beneficio operativo de las empresas japonesas este año fiscal, según cálculos publicados hoy por el diario económico Nikkei.

Según el rotativo, el cierre temporal de muchas factorías niponas en Tailandia por el desastre se reflejará en un 20 por ciento menos del beneficio operativo que calculaban para el ejercicio 2011, que en Japón concluye el 31 de marzo.

Las riadas, que afectaron al país desde julio a noviembre, están consideradas las peores en Tailandia en el último medio siglo y provocaron la muerte de unas 800 personas y el cierre temporal de siete polígonos industriales.

Entre las firmas niponas más afectadas estuvo el fabricante Toyota Motor, que según Nikkei dejará de ganar 120.000 millones de yenes (1.195 millones de euros) por las interrupciones en la cadena de suministro y la escasez de componentes.

Honda Motor, que cuenta con una planta en la provincia de Ayutthaya, a unos 150 kilómetros al norte de Bangkok, detuvo sus operaciones en octubre, lo que le supondrá perder 260.000 vehículos y dañará en 110.000 millones de yenes (unos 1.000 millones de euros) su beneficio operativo.

El gigante de la tecnología Sony tuvo que retrasar el lanzamiento de nuevos productos, lo que le privó de poder comercializarlos en la campaña de Navidad y le supuso dejar de ganar unos 70.000 millones de yenes (697 millones de euros), según el rotativo.

Por su parte, Panasonic se vio afectado por la paralización de plantas de componentes de aparatos digitales para el hogar, lo que se reflejará, según los cálculos, en unos 60.000 millones menos de beneficio operativo (unos 600 millones de euros).

Además de las inundaciones, las empresas japonesas han tenido que lidiar este año con la fortaleza del yen, que reduce sus beneficios en el exterior, y las consecuencias del terremoto, tsunami y crisis nuclear que asolaron el noreste de Japón en marzo de 2011.

De este modo, por primera vez en 31 años Japón, uno de los mayores exportadores del mundo, cerró 2011 con una balanza comercial negativa al registrar un déficit de 2,49 billones de yenes (24.793 millones de euros).