Las calles de Bangkok han amanecido este martes con menos movimiento de lo habitual, en el segundo día de campaña de los antigubernamentales de Tailandia para paralizar la actividad en la capital y forzar la caída del Gobierno interino.


Miles de manifestantes continúan en diversas intersecciones céntricas donde han montado sus tiendas de campaña, carpas y escenarios con la intención de alargar las protestas hasta que también se suspendan las elecciones del 2 de febrero.

El gobierno de Tailandia ha asegurado que ha fortalecido la seguridad alrededor de los ministerios y que una facción opositora ha amenazado con asaltar la bolsa de valores.

Distintos grupos de manifestantes han marchado pacíficamente desde los siete grandes campamentos de protesta a los ministerios, el Departamento de Aduanas y otros organismos estatales con el objetivo de paralizar el funcionamiento del gobierno.

Un portavoz del PDRC ha asegurado en un mitin que la bolsa no es uno de sus objetivos. "No vamos al bloquear los lugares que prestan servicios al público en general, incluyendo los aeropuertos, la bolsa de valores y trenes. Sin embargo, vamos a bloquear las oficinas del gobierno para detener su funcionamiento".

Jarumporn Chotikasathien, presidente de la Bolsa de Valores de Tailandia, ha afirmado a Reuters que habían tomado medidas de emergencia para asegurar las instalaciones y los sistemas comerciales.

"Cerraremos la ciudad. Lo haremos todos los días hasta que ganemos", declaró el pasado lunes el líder de las protestas, el ex viceprimer ministro Suthep Thaugsuban, en uno de los lugares tomados por los opositores.

A última hora del lunes, Thaugsuban instó a sus seguidores a "rodear los edificios del gobierno, cerrándolos por la mañana y dejándolos por la tarde" durante los días que dure el bloqueo.

Cancelada la reunión del Gabinete

A pesar de la presencia de decenas de miles de manifestantes y del cierre de decenas de oficinas y centros educativos, los principales centros comerciales se mantuvieron el pasado lunes abiertos, aunque con horarios reducidos.

Todos aquellos que tenían que llegar al trabajo utilizaron el metro, el tren elevado o a través de los canales para llegar a sus destinos, sobre todo los empleados más vulnerables que no pueden permitirse perder un día de salario.

La primera ministra en funciones, Yingluck Shinawatra, que trabaja desde el lunes en las instalaciones del Ministerio de Defensa a las afueras de Bangkok ha cancelado la reunión regular que el gabinete mantiene los martes según han anunciado las autoridades.

Shinawatra ha convocado para el próximo miércoles a representantes del opositor Partido Demócrata, al Tribunal Constitucional, la Fiscalía y otras instituciones estatales para abordar el posible retraso de los comicios.

La oposición rechaza el diálogo con el Ejecutivo

Sin embargo, los manifestantes, que cuentan con el apoyo de la oposición, han rechazado cualquier diálogo con el Ejecutivo.

Su plan es que un consejo no electo acometa reformas en el sistema político, que consideran corrompido, antes de celebrar elecciones, un paréntesis no democrático que podría durar entre 12 y 14 meses.

Más de veinte partidos se presentan a los comicios a pesar del boicot del opositor Partido Demócrata, que no participará en las elecciones, y de los antigubernamentales, que impidieron el registro de candidatos en circunscripciones del sur de Tailandia, feudo de la oposición. La Comisión Electoral prevé pedir este lunes al Gobierno que aplace la convocatoria electoral ante el riesgo de que, por culpa del boicot, no salgan elegidos un número suficiente de diputados para formar el próximo Parlamento.

Las protestas, que arrancaron en octubre y cobraron fuerza en noviembre, cuando Suthep se puso al frente y ordenó la ocupación de ministerios, han conseguido que se disuelva el Parlamento y se convoque elecciones anticipadas.

Los seguidores de Suthep culpan de los males del país a Thaksin Shinawatra, el ex primer ministro depuesto en un golpe de Estado en 2006 al que acusan de dirigir el país desde el exilio, en Dubai, donde elude una condena por corrupción.

Pocas vías para una solución pacífica

Thaksin y sus aliados han ganado todas las elecciones desde 2001 y cuentan con un respaldo mayoritario en las zonas rurales del norte y noreste, pero sus detractores también tienen capacidad para movilizar a decenas de miles de manifestantes, tal como han demostrado en repetidas ocasiones.

La ONG International Crisis Group ha advertido de que se están agotando las vías para una solución pacífica a la crisis y que la suspensión de las elecciones puede generar una espiral de violencia en el país.

"Las élites tailandesas enfrentadas -con apoyos multitudinarios- disienten fundamentalmente en cómo se debería adquirir y ejercer el poder", ha indicado el organismo internacional.

Desde el golpe de Estado contra Thaksin, sus simpatizantes y detractores han tomado las calles de Bangkok en diversas ocasiones para exigir la dimisión del Gobierno de turno en manifestaciones que a menudo han terminado en violencia.