Decenas de miles de personas realizaron el miércoles manifestaciones de protesta en la capital de México, en las principales ciudades del país y algunas de EEUU, Europa y Sudamérica, para exigir la aparición de 43 estudiantes rurales de magisterio desparecidos desde hace 12 días en la ciudad de Iguala, estado de Guerrero, entre temores de que hayan sido asesinados.
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© REUTERS / Jorge Dan Lopez
Otras manifestaciones de protesta en grupos de decenas de personas reclamaron justicia ante embajadas de México en Buenos Aires, La Paz, Los Ángeles, Madrid, Berlín y Oslo, de acuerdo con reportes de la prensa mexicana.

"¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!" es la consiga de una marcha de varios miles que partió portando fotos en blanco y negro de los jóvenes, desde el monumento al Ángel de la Independencia hasta el Centro Histórico de la Ciudad de México, encabezada por los conmovidos familiares.

Los padres, madres y familiares de los estudiantes desaparecidos encabezaron la marcha de unas 10.000 personas sobre la mayor arteria de la capital, el Paseo de la Reforma, para exigir justicia a las autoridades y la aparición de los jóvenes.

En un momento de la marcha algunas mujeres con vestidos tradicionales de las montañas de Guerrero se acostaron frente al Palacio de Bellas Artes, en una representación de la masacre de los estudiantes.

El mitin principal fue ante la sede de la Suprema Corte de Justicia, a un costado de Palacio Nacional, en la plaza principal de la Constitución conocido como el Zócalo, frente a la catedral de la megalópolis.

Las demandas de los manifestantes leídas son: la presentación con vida de los 43 desaparecidos; "castigo a los responsables intelectuales y materiales de la muerte extrajudicial de tres estudiantes" caídos entre las seis víctimas del viernes 26, cuando el cadáver de uno de ellos apareció desollado y sin ojos.

Además exigen: "juicio político y destitución del alcalde de Iguala, José Luis Abarca - prófugo e investigado por narcotráfico-; juicio político y castigo al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre (del Partido de la Revolución Democrática, centroizquierda, que ya ha pedido perdón por postular a ese alcalde), y castigo al secretario de Seguridad Pública de la ciudad de Iguala, Felipe Flores".

La noche de violencia

Los ataques fueron cometidos la noche del viernes 26 de septiembre hasta la madrugada siguiente contra unos 80 estudiantes que viajaban en tres autobuses ocupados, hacia la Ciudad de México, a conmemorar la matanza de unos 200 estudiantes el 2 de octubre de 1968.

Aquella noche, policías municipales en unas cinco patrullas y civiles armados, mataron a seis personas, tres de ellas estudiantes. hirieron a otras 20 y se llevaron al menos a 25 estudiantes en cinco patrullas, según testigos; y luego la cifra de desaparecidos subió a 43.

Los estudiantes y familiares de los desaparecidos exigen que el Equipo Argentino de Antropología Forense - que ha examinado resto de víctimas de las dictaduras latinoamericanas de los años 70s y 80s participe en la investigación.

Esos forenses argentinos pueden realizar "de manera independiente las investigaciones para determinar la identidad de los 28 cuerpos que fueron encontrados" en las fosas clandestinas, "los cuales se encontraron en diversos estados de descomposición y su identidad se desconoce hasta ahora", dice el pronunciamiento.

El domingo fueron encontrados 28 cuerpos calcinados en seis fosas clandestinas en un cerro de Iguala, que están siendo objetos de análisis de ADN para identificarlos, entre temores de que se trate de los estudiantes, pero los familiares tienen la esperanza de que algunos aún estén secuestrados vivos.

Marchas emblemáticas

Una marcha de cientos de personas y periodistas subió en esta jornada de protestas a un cerro cercano a Iguala, 200 km al occidente de la capital - según reportes de radio Imagen-, donde ocurrió el macabro hallazgo de los cuerpos mutilados y quemados, pero las autoridades les impidieron el acceso a las fosas comunes, entre forcejeos que no causaron incidentes mayores.

Otra marcha muy simbólica ocurrió en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el sureño estado de Chiapas, donde reaparecieron en una marcha silenciosa cientos de bases indígenas con capuchas negras y desarmadas del denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que se alzó en armas en 1994, hace 20 años, y ahora mantiene cinco remotos municipios bajo su control en las montañas del sureste.
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© Raul Isidro Borjes El EZLN se solidarizó con los deudos de los estudiantes asesinados y con los normalistas de la escuela.
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena del EZLN - del cual se ha retirado el célebre subcomandante Marcos- dijo en un comunicado que los estudiantes y sus familiares "No se encuentran solos (...). Su dolor es nuestro dolor, nuestra es también su digna rabia (...) ¡Democracia, libertad, justicia!".

Amnistía Internacional, Human Rights Watch y decenas de organizaciones mexicanas defensoras de Derechos Humanos exigen juicio y castigo a los responsables de parte del gobierno del presidente Enrique Peña, que ha prometido que no permitirá la impunidad, en medio de su mayor crisis política.

La ONU, la OEA y el departamento de Estado de EEUU también han exigido al presidente Peña una investigación rápida y transparente, hasta dar con los culpables.

Testimonios de algunos policías de una veintena de uniformados municipales detenidos, indicaron que atacaron a por órdenes de narcotraficantes vinculados al alcalde de Iguala -José Luis Abarca, quien está prófugo-, a los estudiantes de la Escuela Normal de Maestros del municipio rural de Ayotzinapa, cercano a la ciudad de Iguala.

Esas declaraciones permitieron ese hallazgo de 28 cuerpos, aunque las autoridades esperan tener los resultados genéticos entre 15 días y un mes, porque los cuerpos fueron quemados con leña.