Periodismo crítico, según Mario Munera, "es la comunidad y la forma en que se teje. Es el periodismo que afronta la labor informativa como una metodología descentralizada y a la vez propositiva". Se trata de una metodología que escarba, husmea, construye y reconstruye, analiza, revisa documentos, extrae opiniones, testimonios de personas implícitas y explícitas en los fenómenos que se aborden. Un periodismo que no trae línea, sino que obedece a la búsqueda de la verdad, a la denuncia de hechos que se ocultan en la presentación de realidades que se simulan.

periodismo México
© Variopinto
En México este periodismo ha estado presente siempre, desde la colonia hasta la actualidad neoliberal del México de hoy. Las bases del periodismo en nuestro país se remontan a la época colonial, en el siglo XVI, cuando circularon por las calles de la capital de la Nueva España los famosos pregoneros, que a pulmón abierto gritaban en plazas públicas o sitios de gran concurrencia, como los mercados, las noticias de actualidad. Obviamente, esta labor era realizada bajo la supervisión de las autoridades coloniales, que a través del cabildo otorgaban permiso expreso a estos ingeniosos hombres.

Posterior a la etapa del periodismo colonial en México, el inicio del periodismo político en México se inauguró con la aparición del Despertador Americano, fundado por Miguel Hidalgo en Guadalajara el 20 de diciembre de 1810. Ya con la Constitución de 1824 se instauró el régimen de libertad de prensa y con ello se amplió el marco jurídico para el desarrollo de la actividad periodística en todo el país.

La prensa jugó un papel relevante durante la invasión francesa, en la que participaron los periodistas liberales perseguidos por el imperio: Francisco Zarco, Guillermo Prieto e Ignacio Ramírez, quienes destacaron dentro del periodismo crítico. También fueron importantes El Hijo del Ahuizote, heredero de El Ahuizote, fundado diez años antes por Vicente Riva Palacio; Filomeno Mata con Diario del Hogar; Félix F. Palavicini con El Anti Reeleccionista, donde colaboraron José Vasconcelos y el caricaturista José Guadalupe Posada. Este último ilustró en distintos diarios de la capital y provincia, con su punto de vista humorístico y a través de sus famosos grabados, la situación que primaba en las clases desprotegidas de la población.

Por su parte, Belisario Domínguez creó el periódico VATE, al cual definió: "[...] sus cuatro letras representan los elementos fundamentales de la dicha humana en cuanto depende del hombre: Virtud, Alegría, Trabajo, Estoicismo". En uno de sus discursos ante el Senado, dejó asentado que "el periodismo liberal, al que el oficialismo de la época quiso silenciar, se ha convertido en timbre de gloria para México, en ejemplo de valor civil, y se ha reproducido muchísimas veces, aunque en su momento sólo circuló en unas copias que pasaban de mano en mano".

Este tipo de declaraciones tiene dos casos recientes: Miguel Ángel Granados Chapa, fiel exponente del periodismo crítico, expresó lo siguiente ante el Senado, que le otorgó la medalla Belisario Domínguez el 7 de octubre del 2008:
Aunque mi oficio, parte de él consiste en tejer palabras, no encuentro las que revelen con precisión los sentimientos con que hoy recibo la Medalla de Honor que lleva el nombre del doctor Belisario Domínguez. La entiendo como un reconocimiento a la tarea de informar y de suscitar opiniones, un reconocimiento al periodismo en general y en particular al que se ha afanado por promover y dar cuenta del cambio democrático en nuestro país, el periodismo que sin falsa objetividad se propone contribuir en comunión con sus lectores y oyentes, a la construcción de una sociedad fundada en la equidad y la justicia, una sociedad donde, como humildemente quiso Morelos, queden moderadas la opulencia y la miseria. El poder del dinero y el poder criminal de las armas sustraen ya ahora con marcas crecientes de la vida en común al imperio de la ley y la capacidad rectora del Estado. El ímpetu feroz de la delincuencia organizada parece no reconocer límites, los rompe todos; sorprende cada día con su ubicuidad y sus desplantes osados y crueles... Los poderes fácticos, los que gobiernan sin haber sido elegidos, los que buscan y obtienen ganancia de negocios que atentan contra el interés general, gobiernan en mayor medida que los gobiernos; la lucha de unos y otros poderes ilegítimos contra la sociedad, su éxito en el propósito de dominarla es favorecida por una situación económica, material, cada vez más adversa, menos propiciatoria que la prosperidad y la expansión de la potencialidad humana. No nos deslicemos a la desgracia, menos aún caigamos de súbito en su abismo, cada quien desde su sitio, sin perder sus convicciones, pero sin convertirlas en dogma que impidan el diálogo, impidamos que la sociedad se disuelva. No es un desenlace inexorable, podemos frenarla, hagámoslo, y con la misma fuerza reconstruyamos la casa que nos albergue a todos o erijámosla si es que nunca la hemos tenido.
Por su parte, Carmen Aristegui, respecto a su despido de MVS, expresó:
El propósito de esta batalla es impedir que el golpe autoritario prospere. Es por nosotros y por los demás. Defendemos lo que construimos con mucho trabajo, pero también queremos defender nuestra conexión con un público, con muchos mexicanos que encuentran en nosotros lo que quieren saber. Nuestra vida va por ello. Los empresarios en México, y en particular los de las concesiones, han estado históricamente bajo el yugo y condicionamiento del gobierno que sigue afectando la libertad de expresión y los contenidos de la radio y la televisión. Yo les planteo que no podía aceptar censura y menos en un reportaje de esa naturaleza, que la sociedad tenía derecho a saber eso y que no la íbamos a meter en un cajón. Entonces les digo que, para no generar ruptura con ellos, la salida para nosotros es que la divulgaríamos de otra manera. No nos comprometimos a no hablar de eso en MVS, sino que la estación no fuera la señal de origen del reportaje. Salió en La Jornada y en Proceso un domingo, fue retomado en medios internacionales de manera muy fuerte y en Reforma un poco más adelante.
En México han sido asesinados 105 periodistas, además de decenas de levantones, secuestros, asaltos a casa habitación de los comunicadores para extraer material estratégico guardado en celulares, tabletas, laptops o computadoras de escritorio, sin considerar los despidos de medios de comunicación disciplinados y exilios en zonas distintas del país y del extranjero.


Comentario: Los 105 asesinados son un aproximado que nos dan a conocer las autoridades. Sin embargo, pueden existir más, ya que el periodismo crítico en el país es muy perseguido.


Tan sólo en el caso de Veracruz, van 16 asesinatos a reporteros y fotógrafos. De ellos, seis son egresados de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (exalumnos míos). En esa entidad se han registrado, del 5 de julio de 2010 al 30 de agosto de 2015, 15 homicidios de periodistas, seis desapariciones y 74 averiguaciones previas por agresiones a periodistas veracruzanos. Hasta ahora ninguno de los crímenes ha sido resuelto y las agresiones contra periodistas por parte de entes oficiales continúan. De los 11 consignados sólo uno ha recibido una sentencia condenatoria firme por parte de un juez. En tres de tres asesinatos, los principales sospechosos aún no han sido detenidos, juzgados ni condenados, muchas veces ni siquiera plenamente identificados. En los tres casos se documentaron deficiencias graves en las labores de investigación de las autoridades para resolverlas (según Periodistas sin Frontera).

De agosto a noviembre de este año, otro reportero gráfico fue asesinado, seis reporteros y fotógrafos de distintos medios estatales fueron golpeados y despojados de sus equipos de trabajo en la evaluación educativa en Xalapa, Veracruz, y cuatro periodistas volvieron a ser despojados en sus casas habitación.

Todo ello posterior al anuncio de Javier Duarte de la creación del Mecanismo Federal de Protección a personas defensoras de derechos humanos y periodistas. "¡Pura simulación!", gritaron los comunicadores en el acto oficial.