Comentario: Por los antecedentes delictivos y la cruel actitud del gobierno títere de Kiev hacia su pueblo, tenemos serias dudas de que este dinero vaya a destinarse al apoyo social. No sería de extrañar que una parte de este dinero termine en los bolsillos del puñado de políticos corruptos que gobiernan Ucrania, y el resto sea "invertido" en armamento que seguramente será comprado al propio EE.UU. de modo tal que el dinero, como debe ser, vuelva a casa.
En 2014 y 2015, Ucrania emitió dos veces los eurobonos soberanos de 1.000 millones de dólares. Entonces, los títulos fueron colocados gracias al respaldo de EEUU, dado que los inversores no querían comprar las obligaciones del país eslavo, que se hallaba al borde de la quiebra.
Washington y Kiev llevaban varios meses discutiendo la asignación del tercer tramo. A mediados de abril, Petró Poroshenko visitó Estados Unidos, donde se reunió con el presidente Barack Obama y el vicepresidente Joseph Biden. Los mandatarios norteamericanos se comprometieron a dar las garantías después de la formación del gobierno, dispuesto a trabajar con el FMI.
Las negociaciones se reanudaron el 14 de abril, cuando se designó el nuevo gabinete, encabezado por Vladímir Groisman.
Comentario: Esta bocanada de aire
frescopútrido para el gobierno ucraniano le da un respiro mientras que a EE.UU. le permite seguir adelante con su plan de mantener la tensión con Rusia y someterla al aislamiento. Ante una eventual quiebra del estado ucraniano, el actual gobierno y su alianza con EE.UU. podrían ser muy mal vistas por el pueblo y, ante la desesperación y la miseria, éstos podrían empezar a mirar de un modo diferente a Rusia. No es difícil imaginar que ante una situación como esta posiblemente sea Vladimir Putin el primero en asistir al pueblo ucraniano con quien comparte un pasado común y en buen grado una singular afinidad cultural. La amistad entre Ucrania y Rusia sin duda sería un golpe letal para EE.UU. y sus objetivos de aislación de Rusia.