En una entrevista con la cadena Telesur, el analista destacó que los planes del Gobierno colombiano de firmar un acuerdo de cooperación militar con la OTAN contradicen los principios proclamados por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
El objetivo principal que persiguen estas dos organizaciones internacionales es convertir a América Latina en una zona de paz.
"Es muy claro Unasur cuando dice que América del Sur debe ser una zona de paz y eso lo está apartando Colombia", declaró Rondón.En cuanto a la actitud que debe tomar Venezuela ante la eventual firma de este acuerdo, aunque el politólogo subrayó que no afectará a las relaciones comerciales entre ambos países, así que sugirió que Caracas debería propiciar que este tema se discutiera en el seno de la UNASUR.
Además, el experto opina que a través de su cooperación con Bogotá, la OTAN busca sostener su enfrentamiento con Rusia y China, países cuyos vínculos con América Latina se estrechan día a día.
Recientemente, el Gobierno de Colombia y la OTAN iniciaron las conversaciones para poner en marcha un programa de cooperación militar centrado en el intercambio de información y la resolución de problemas como el narcotráfico y el terrorismo.
Comentario: La última vez que la OTAN intentó solucionar el problema del "terrorismo" en Libia, el país quedó en ruinas. Es natural imaginar que la entrada de la OTAN en Colombia vaya a tener consecuencias desastrosas para la región. Tal y como la eterna guerra contra el terrorismo de Washington, la forma en la que se aplica este termino a grupos alrededor del mundo que tienen intereses no alineados con Occidente, es extremadamente flexible. Tanto así, que en ocasiones resulta contradictorio. Por ejemplo, en Yemen los revolucionarios que buscan derechos son terroristas; mientras en Ucrania o Siria, los terroristas que atacan los derechos del pueblo son revolucionarios que merecen apoyo.