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La "paz" que los países miembros de la OTAN querían llevar a Libia, sigue sin aparecer. Como contrapartida, la muerte sigue mostrando sus peores caras en esa tierra arrasada tal cual denuncia el diario inglés The Guardian al dar cuenta de que docenas de inmigrantes africanos murieron en el Mediterráneo después de que militares de ese organismo ignorasen sus pedidos de ayuda.

La embarcación con 72 personas; mujeres, niños y refugiados políticos, había zarpado de Tripolí con destino a la isla italiana de Lampedusa el pasado marzo. A pesar de las señales de alarma de los integrantes de la embarcación, que entablaron contacto con unidades militares y un helicóptero de la OTAN, nada pasó y solo 11 sobrevivieron luego de quedar a la deriva 16 días. Todos los inmigrantes menos 11 murieron de sed y hambre.

"Cada mañana nos levantamos y encontrábamos más cuerpos, los cuales tirábamos al mar", relató Abu Kurke, uno de los sobrevivientes.

Los barcos que debieron acudir en su ayuda los ignoraron e incluso un helicóptero de la OTAN, que según la investigación del periódico británico correspondía al Ejército francés, no atendió a su rescate. Después de días a la deriva en el mar, la embarcación acabó llegando el 10 de abril a una ciudad costera cerca de Misrata.

Más allá de las promesas de "cuidar" a la población civil realizadas por la OTAN y enunciadas por el "pacífico" Barack Obama, la ley internacional marítima obliga a todos los buques, incluyendo los militares, a dar respuesta a la angustia y llamadas de ayuda de embarcaciones cercanas que así lo soliciten.

La barcaza del horror llegó al puerto de la isla italiana guiada por tres miembros de la Guardia de Finanzas que habían subido a bordo. Fuerzas de seguridad, voluntarios de organizaciones humanitarias ciudadanos e incluso periodistas se organizaron para ayudar en el sombrío desembarco.

Desde que se iniciaron las revueltas en los países árabes, 660.000 personas han huido de Libia por las fronteras de Egipto y Túnez, según los datos de ACNUR. A Italia han llegado por mar casi 10.000, si se suman los 2.000 de este fin de semana. La paz no existe y la muerte sigue jugando a los dados en Libia.