Traducido por el equipo de SOTT.net

Los adultos tienen un riesgo mucho mayor de ser diagnosticados con afecciones cardíacas, cutáneas y psiquiátricas durante al menos 90 días después de recibir inyecciones Covid, según ha mostrado un estudio revisado por pares de casi 300.000 personas en California.
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Los investigadores examinaron los nuevos diagnósticos dados a las mismas personas antes y después de ser vacunadas para ver si las inyecciones modificaban el riesgo de nuevos problemas de salud.

Descubrieron que las personas tenían un 21% más de probabilidades de recibir un nuevo diagnóstico en los tres meses posteriores a la vacunación, en comparación con los tres meses anteriores. Con casi 240 millones de adultos estadounidenses inyectados, el aumento se traduce en millones de nuevos problemas médicos adicionales detectados en los meses posteriores a la vacunación, y decenas de millones en todo el mundo.

Los investigadores hallaron que era un 25% más probable que se diagnosticaran enfermedades graves como la hipertensión en los tres meses posteriores a la vacunación que en los tres meses anteriores.

La depresión, el eccema, la diabetes y la celulitis tenían entre un 10 y un 20 por ciento más de probabilidades.

Los diagnósticos de miocarditis presentaban el mayor riesgo adicional. La probabilidad era 2,6 veces mayor en general, con un riesgo aún mayor en los hombres. La miocarditis es un efecto secundario conocido de los ARNm, por lo que el hecho de que presentara una tasa especialmente elevada de diagnósticos adicionales constituye una prueba sólida de que la señal hallada por los investigadores era real.

En general, los investigadores informaron que los 284.000 adultos vacunados con Covid que examinaron recibieron casi 6.000 diagnósticos adicionales de enfermedades en los 90 días posteriores a la vacunación, en comparación con los 90 días anteriores.



En el gráfico siguiente, la columna azul indica el riesgo de que a alguien se le diagnostique una nueva enfermedad tras la vacunación, en comparación con el riesgo anterior.

Por ejemplo, a unas 2.560 de las 284.000 personas se les diagnosticó hipertensión hasta tres meses después de la vacunación, en comparación con 2.080 de las mismas personas hasta tres meses antes. Los 480 casos adicionales se tradujeron en un 23% de mayor riesgo de hipertensión tras la vacunación. Como el número de casos era tan elevado, el riesgo era altamente significativo desde el punto de vista estadístico, lo que significa que el hallazgo probablemente no se debió al azar.

(Disculpas por la captura de pantalla del ordenador portátil)
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Los investigadores del estudio son un grupo del Centro Médico Cedars-Sinai, un gran sistema hospitalario de Los Ángeles. Sus conclusiones se publicaron en Nature Cardiovascular Research en diciembre. Pero el artículo apenas ha recibido atención, una respuesta habitual a los informes que plantean dudas sobre la seguridad de las vacunas.

Los investigadores también observaron que en una muestra más pequeña de adultos infectados con Covid, los nuevos diagnósticos de afecciones de salud aumentaron aproximadamente un 40% en los tres meses posteriores a la infección en comparación con los tres meses anteriores.

Este hecho no es ninguna sorpresa. Las infecciones víricas son a la vez un indicador y una causa potencial de mala salud. Además, las personas suelen visitar a sus médicos tanto mientras están enfermas de Covid como poco después de recuperarse. Esos contactos les brindan la oportunidad de recibir nuevos diagnósticos.

En cambio, las personas suelen recibir las inyecciones de Covid en clínicas o farmacias, no de sus médicos, por lo que la posibilidad de que el proceso de recibir una nueva inyección conduzca a un diagnóstico es mínima.

Así pues, si las inyecciones de Covid no son perjudiciales, las vacunaciones masivas no deberían influir en el momento de aparición de las enfermedades ni en sus diagnósticos. Los nuevos diagnósticos deberían dispersarse aleatoriamente antes y después de las inyecciones.

De hecho, es probable que las personas que se sientan mal cuando deban vacunarse retrasen el pinchazo y acudan al médico en su lugar. Entonces podrían recibir un diagnóstico que se contabilizaría como anterior a la vacuna, no como posterior.

Este "sesgo del vacunado sano" debería significar que los diagnósticos de nuevas enfermedades son menos probables durante unos días después de la vacunación que antes, incluso si las vacunas no tienen ningún efecto. Como resultado, el aumento del 20% en los diagnósticos comunes después de la vacunación es particularmente sorprendente.



Mientras tanto, investigadores de Hong Kong descubrieron de forma independiente un aumento aún mayor de los "brotes" autoinmunes tras las inyecciones Covid.

El riesgo de nuevos episodios de lupus, artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes graves prácticamente se duplicó después de las inyecciones en un grupo de 562 pacientes con esas enfermedades a los que se realizó un seguimiento, en comparación con los 1.055 que no recibieron la vacuna. El trabajo se publicó el 17 de febrero en la revista Journal of Clinical Rheumatology and Immunology.

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Pero no todas las vacunas conllevaron un riesgo autoinmune.

Sólo las vacunas de ARNm lo presentaron. No así las vacunas de virus inactivados de tipo chino. En Hong Kong se utilizaron ambos tipos de vacunas, lo que permitió realizar una comparación directa. Los investigadores sugirieron que las vacunas de ARNm causan los brotes al estimular un receptor inmunitario específico que provoca la liberación de citoquinas inflamatorias.

Los investigadores escribieron: "Las consideraciones de riesgo-beneficio en pacientes con enfermedad reumática activa pueden favorecer las vacunas de virus inactivados en lugar de las de ARNm para evitar el riesgo de reagudizaciones de cualquier gravedad".

Los estadounidenses no tienen esa opción, ya que Estados Unidos no permite el uso de vacunas Covid chinas inactivadas.