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© DesconocidoLiliana Quintanar y su equipo del Cinvestav sintetizan moléculas que podrían detener la progresión de la enfermedad.
Científicos del Cinvestav, encabezados por Liliana Quintanar Vera, se encuentran diseñando y sintetizando varias moléculas, que pueden contribuir al desarrollo de herramientas para detener la progresión del enfermedad del Alzheimer.

Una de las características principales del padecimiento es la formación de agregados de proteínas en el cerebro de los enfermos. En estos agregados o placas, las proteínas se encuentran en una conformación distinta de la que normalmente tienen, porque adoptan un plegamiento que se llama "hoja beta", que les permite apilarse para formar fibras amiloides, informó el Centro de Investigaciones en un comunicado.

La presencia de estas fibras amiloides o placas, explicó la científica, se asocian al desarrollo de la enfermedad y la muerte neuronal, y presentan relativamente altas concentraciones de metales como cobre, hierro y zinc.

Quintanar Vera detalló que la interacción metal-proteína ha sido asociada a especies oxidantes que dañan a las células. Por tanto, prevenir la interacción metal-proteína beta-amiloide podría ayudar a prevenir este tipo de especies oxidantes.

"En el laboratorio, nos interesa en particular entender cómo algunos iones metálicos como el cobre se coordinan, ó se "pegan", a la proteína beta-amiloide y pueden afectar sus propiedades de agregación y formación de fibras amiloides".

La investigadora del Cinvestav aseguró que a medida que se entienda ese fenómeno, se podrán diseñar moléculas que sean capaces de quitarle el metal a la proteína beta-amiloide, y de modular la agregación de esta proteína.

"Si logramos prevenir la formación de oligómeros tóxicos, agregados pequeños y fibras amiloides, quizá podremos detener el avance de la enfermedad", dijo.

Relacionan corazón y cerebro

Hasta el momento no se tiene una fórmula de prevención del Alzheimer. Sin embargo, algunos estudios han revelado que 80% de los pacientes con la enfermedad también presentaban enfermedades cardiovasculares.

Esto establece una relación entre la salud del corazón y la del cerebro, lo cual no es sorprendente ya que el cerebro consume al menos el 20% de los nutrientes y el oxígeno que carga la sangre; con cada latido el corazón bombea entre el 20 y el 25 % de sangre a la cabeza.

Cada vez hay más evidencia de que los factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, como diabetes, presión arterial alta y altos niveles de colesterol, podrían ser también factores de riesgo para desarrollar Alzheimer.

El Alzheimer es la enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia en el mundo; es un tipo de demencia senil que implica la pérdida de memoria y varias otras funciones cognitivas; es una enfermedad progresiva y actualmente no existe un tratamiento eficaz para detener su progresión o curarla.

Resolver crucigramas, jugar juegos de mesa que estimulen el intelecto y leer son actividades que mantendrán activa nuestra mente, son divertidas y podrían protegernos de desarrollar enfermedades como el Alzheimer, explicó la investigadora del Cinvestav, con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Alzheimer, que se realiza el 21 de septiembre.