Las islas surgidas del mar a fuerza de erupciones han sufrido colapsos laterales capaces no solo de derrumbar de golpe la mitad de su volumen emergido (como le pasó a El Hierro hace 80.000 años), sino también de mover varios kilómetros el foco de volcanes del tamaño del Teide o el Strómboli.
© IACObservatorio del Teide
El Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ) publica este mes en 'Nature Communications' un estudio sobre el efecto que producen en los volcanes los megadeslizamientos laterales, basado en el pasado geológico de las islas de Fogo, en Cabo Verde; El Hierro, Tenerife y La Palma, en Canarias; San Vicente y Martinica, en Las Antillas; La Reunión, en el Índico; y Strómboli, en el Mediterráneo.
La historia de la Tierra está llena de ejemplos de colapsos que hacen desaparecer de golpe laderas enteras de una isla volcánica y que movilizan cantidades de terreno gigantescas: de hecho,
en Canarias hay ejemplos de hasta 650 kilómetros cúbicos de material desplazado, el equivalente a llenar con rocas, a rebosar, el embalse de La Serena (Badajoz), el mayor de España, más de 200 veces.
Los más conocidos quizás sean los de Hawai y Canarias, donde se han producido 70 y 20 megadeslizamientos, respectivamente (ninguno en periodo histórico), pero se trata de un fenómeno común a todas las islas volcánicas, que crecen de manera muy vertical y rápida.
Los estudios realizados sobre este tipo de colapsos ya indicaban que
pueden llegar a intensificar la actividad volcánica de la isla afectada. Canarias está llena de ejemplos en los que el enorme agujero dejado por el colapso de un volcán ha sido rellenado al cabo de los siglos o milenios por otro cono de igual o mayor tamaño.
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