autista
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Las mujeres que sufrieron abuso físico, emocional o sexual en la infancia son más propensas a engendrar un niño autista que las mujeres que no fueron objeto de abuso, según un nuevo estudio en el que se examinaron datos de más de 50.000 mujeres.

Las que sufrieron los abusos más graves fueron las más propensas a tener un hijo autista, específicamente 3,5 veces más propensas que las mujeres que no fueron víctimas de abuso.

El estudio realizado por el equipo de Andrea Roberts, Alberto Ascherio, Marc Weisskopf, y Kristen Lyall, de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Harvard, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, es el primero en el que se ha explorado a fondo la relación entre la exposición de la madre a abusos en su infancia y el riesgo de autismo en sus hijos. Los resultados de la investigación identifican un factor de riesgo para el autismo completamente nuevo y denotan que el abuso infantil no sólo es muy perjudicial para la persona que lo sufre directamente, sino que también puede aumentar el riesgo de discapacidades graves en la generación siguiente.

A fin de cerciorarse mejor de esta relación entre la exposición de la madre a abusos en su infancia y el riesgo de autismo en sus hijos, el equipo estudió nueve factores de riesgo asociados al embarazo, para ver si estaban relacionados con un mayor riesgo de tener un niño autista en mujeres que sufrieron abusos en la infancia.

Los investigadores encontraron que las mujeres que habían sufrido abusos en la infancia tenían un riesgo más alto para cada uno de los factores de riesgo asociados al embarazo que fueron examinados.

Una posible explicación para este fenómeno, según el equipo de investigación, es que algunos efectos a largo plazo que el abuso tiene sobre sistemas biológicos de las mujeres, tales como el sistema inmunitario y el sistema de respuesta al estrés, son responsables del aumento en las probabilidades de tener un niño autista. Se sabe que el abuso infantil está asociado con una amplia gama de problemas de salud en la persona que lo sufre, incluyendo problemas en la salud mental tales como depresión y ansiedad.

Sin embargo, se necesita investigar más antes de poder afirmar con rotundidad que esa es la explicación al fenómeno observado, tal como advierten los autores del estudio.

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