Traducido por el equipo de SOTT.net
plasma ufo
© Vandenberg UAP - credit to Andrew Pearce
Era febrero de 2023.

El mes comenzó con un globo de vigilancia chino que sorprendió y desconcertó a políticos y civiles por igual.

Era simbólico: los chinos habían irrumpido en el patio trasero de Estados Unidos.


La presión política y de los medios de comunicación no se hizo esperar y fue rápidamente derribado cuando se alejó de las zonas urbanizadas.

Luego, en rápida sucesión, se derribaron tres objetos desconocidos más pequeños, considerados una amenaza potencial para el tráfico aéreo.

Todos fueron derribados a las órdenes del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD).

Los acontecimientos fueron una gran llamada de atención: no sólo los chinos operaban en el patio trasero de Estados Unidos, sino que también lo hacían desconocidos.

¿Su origen? Desconocido. ¿Sus operadores? Desconocidos.

Cuando se trata de la guerra del siglo XXI, Estados Unidos, como superpotencia dominante del mundo, puede hacer frente a la mayoría de las amenazas globales potenciales. Desde debajo del océano hasta dentro de la atmósfera terrestre, no hay ningún lugar donde no pueda proyectar su inmenso poder.

A excepción de los Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI), objetos que parecen actuar de manera impune sin consecuencia alguna en zonas de alcance militar. Como una portería de fútbol abierta de par en par sin portero a la vista, estos sucesos son como ruidosas invitaciones públicas a desconocidos y enemigos para marcar un gol contra el aparato de defensa más sofisticado y mejor financiado del planeta.

El suceso de Eglin

A principios de este año se produjo otro suceso del que la prensa no se hizo tanto eco.

Fue sintomático de la enorme vulnerabilidad que se había ocultado bajo la alfombra durante décadas.

El suceso del que no se informó fue el de un piloto de las Fuerza Aérea de Estados Unidos de la base aérea de Eglin, en Florida, cuya vida dio un vuelco mientras sobrevolaba un día el Golfo de México.

El representante de Florida Matt Gaetz, que habló del incidente en la audiencia sobre FANI en julio en el Congreso y que había hablado con el piloto y visto el objeto desconocido captado por su cámara, explicó:
"Uno de los pilotos va a comprobar esa formación en diamante [vista en el radar] y ve uno grande flotando, lo que sólo puedo describir como un orbe, de nuevo, como he dicho, no tienen ninguna capacidad humana que yo sepa".
Y añadió:
"Y cuando se acercó, dijo que su radar se apagó. Dijo que su sistema FLIR (cámara de infrarrojos) funcionó mal y que tuvo que tomar manualmente esta imagen de una de las lentes".
Las fuentes han informado a Liberation Times que el objeto visto sobre el Golfo de México parecía acoplarse a un objeto situado bajo el agua, estableciendo un paralelismo con el incidente "tic-tac" de 2004, en el que se vio una interacción similar.

A diferencia del globo de vigilancia chino y de al menos dos de los tres objetos desconocidos derribados por el NORAD, el objeto cometió algo que podría interpretarse como un acto hostil, al parecer interferir los sistemas de sensores de su avión.

Se podría argüir que este objeto suponía una amenaza mucho mayor que los derribados por el NORAD.

Pero en lugar de traer refuerzos y derribar el objeto, parece que no hubo respuesta, salvo un intento de encubrir el incidente por la vía del estigma.

La situación a la que se enfrentan los campos de pruebas militares estadounidenses es alarmante y explica en gran medida por qué el Congreso creó la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO).

Pero quizá el problema más importante que hay que abordar en relación con los FANI es la respuesta incoherente y descoordinada a las incursiones.

Un portavoz del NORAD declaró a Liberation Time que no conserva "ninguna información sobre ningún rastro de radar cerca de la base aérea de Eglin (Florida), ni actualmente ni a principios de este año.

Como los aviones que operan fuera de Eglin lo hacen bajo el control de la Fuerza Aérea de EEUU, les remito a ellos para obtener más información si está disponible".

Añadiendo el portavoz:
"Específicamente dentro del espacio aéreo del campo de entrenamiento militar de EEUU, el servicio militar que opera el campo de entrenamiento trabaja en estrecha colaboración con la Autoridad Federal de Aviación (FAA) para garantizar el conocimiento y la seguridad del campo".
Tanto la FAA como la base aérea de Eglin han declinado hacer comentarios sobre el aparente incidente.

El portavoz del NORAD también comentó:
"El NORAD no es el único responsable del espacio aéreo dentro de EEUU y trabaja en estrecha colaboración con la FAA y otras autoridades del espacio aéreo, como los servicios militares que controlan su propio espacio aéreo del campo de entrenamiento".
El NORAD tiende a desentenderse (hasta cierto punto) de los asuntos de los campos de pruebas militares. La coordinación y la coherencia de la respuesta son cruciales, y los campos de pruebas militares no parecen tener control sobre los FANI que operan sobre su espacio aéreo.

El Pentágono ha reconocido el problema desde 2021, tras el informe del Grupo de Trabajo sobre FANI, y el portavoz John Kirby comentó en aquel momento:
"Las incursiones en nuestros campos de entrenamiento y espacio aéreo designado plantean problemas de seguridad de vuelo y seguridad de las operaciones, y pueden plantear desafíos de seguridad nacional. El Departamento de Defensa se toma muy en serio los informes sobre incursiones (de cualquier objeto aéreo, identificado o no) e investiga cada una de ellas".
Investigar, sí. ¿Pero derribar tales naves? No había ninguna referencia a esto.

¿Por qué? Se ha anunciado ampliamente que el derribo del globo espía chino supuso un importante golpe de inteligencia para EEUU.

Procedan o no de China, su mera presencia supone una amenaza directa para los intereses estadounidenses, especialmente si ambas potencias se enfrentan por Taiwán.

Una situación en la que China, Rusia y naves realmente inexplicables pueden prosperar en el patio trasero de Estados Unidos

Se podría argumentar que la USAF, la Armada y el Ejército son muy conscientes de que algunos FANI simplemente superan sus capacidades. Por ejemplo, en 2019, la Armada fue incapaz de derribar un único objeto desconocido que acosó a múltiples buques de guerra.

Y los aviadores navales que se han topado con inexplicables FANI (probablemente no atribuibles a China) admiten que serían incapaces de defenderse si se mostraran abiertamente hostiles.

Así que en muchos casos, al no querer agravar la situación, los militares se quedan de brazos cruzados y no hacen nada. Con la escalada llega la amenaza de pérdidas y la creciente toma de conciencia de que la mayor superpotencia del mundo no tiene supremacía sobre sus cielos.

Y al no hacer nada, en parte por el estigma institucionalizado, el ejército brinda oportunidades a la vigilancia china y rusa.

Las dos cosas van de la mano: el FANI realmente inexplicable y las actividades de vigilancia adversaria.

Si no se toman medidas, tanto los inexplicables como los explicables FANI pueden prosperar en el patio trasero de Estados Unidos sobre sus activos más preciados.

Ya se trate de disfrazar plataformas de inteligencia como objetos civiles, como globos, o de enviar objetos que imiten a los FANI más extraños que se hayan visto, existe un potencial de explotación para los enemigos.

Falta de coordinación

En la actualidad, existe un batiburrillo de organizaciones responsables de mantener los cielos seguros.

No existe una verdadera coordinación, liderazgo o responsabilidad cuando se trata de hacer frente a los FANI a un nivel más amplio.

Vamos a explicar el problema volviendo al caso del FANI de Eglin.

Aunque el NORAD estaba al corriente de la situación, no podía decirlo públicamente.

¿Por qué? Es posible que aún no haya llevado un registro, especialmente si era atribuible a una pista desconocida.

A pesar de la aparente amenaza planteada, el portavoz del NORAD confirmó a Liberation Times que "no mantiene registros de sucesos no correlacionados", que se refieren a pistas desconocidas que no coinciden con ningún objeto aéreo conocido en el catálogo del NORAD.

Para contextualizar la forma en que se evalúan las amenazas, el funcionario del NORAD añadió:
"Nuestro equipo de operaciones utiliza el término 'pista no identificada' durante la fase de 'detección' de nuestra misión de alerta aeroespacial; una 'pista no identificada' se correlaciona o no con un objeto aéreo identificado, y los líderes del NORAD realizan una evaluación de la amenaza sobre la pista.

Pasamos a procedimientos operativos adicionales para cualquier cosa que se considere una amenaza. No continuamos vigilando las pistas que no suponen una amenaza".
El NORAD no pudo proporcionar más información cuando se le presionó sobre si los datos relativos a las pistas desconocidas son recogidos por alguna otra organización, comentando que no podía responder por otras organizaciones y cuáles son sus responsabilidades y procesos.

Sin embargo, Liberation Times entiende que fuera del NORAD se mantienen registros relativos a las pistas desconocidas. Las fuentes han indicado a Liberation Times que los datos sobre pistas desconocidas se mantienen a través de un sistema militar y de inteligencia llamado Talon THRESHER, que es ampliamente accesible a la comunidad de inteligencia.

Talon THRESHER es un sistema de programas informáticos basado en la nube que ayuda a las agencias militares y de inteligencia a vigilar y comprender lo que ocurre en el aire, incluidos los movimientos de las aeronaves y las posibles amenazas. Puede rastrear aeronaves casi en tiempo real, lo que significa que proporciona información actualizada al minuto sobre miles de aeronaves simultáneamente.

Esto garantiza que las personas importantes tengan acceso a la información.

Sin embargo, es necesaria una mayor misión coordinada para acceder a los datos y rastrear pistas desconocidas en tiempo real sobre todo el espacio aéreo estadounidense, incluidos los rangos militares. La misión debe dedicarse a los FANI.

Las pistas, como las describiría el NORAD, deben seguirse continuamente a medida que se acercan a los campos de pruebas y no caer en el agujero negro de la responsabilidad de la Marina, la USAF o el Ejército.

Sin embargo, hay avances. El NORAD levantó los filtros de sus sensores para detectar más pistas Su portavoz confirmó que tanto el NORAD como el Mando Norte de Estados Unidos (USNORTHCOM) se están coordinando con la AARO.
"El Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD) y el Mando Norte de los Estados Unidos (USNORTHCOM) trabajan con la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios a través de los procesos normales de personal de la Oficina del Secretario de Defensa en el Pentágono.

El NORAD y el USNORTHCOM han compartido datos e información con la AARO para apoyar el trabajo de esa oficina, y el NORAD y el USNORTHCOM incorporan datos de la AARO en las actividades y operaciones de los comandos según proceda".
Sin embargo, el intercambio de dicha información sólo ayuda a investigar los incidentes después de que hayan tenido lugar, sin que se tomen medidas asertivas.

El NORAD es incomprendido

La forma en que el NORAD y otras agencias y cuerpos militares realizan el seguimiento de los FANI sigue siendo compleja e incomprendida.

Recientemente, un memorando canadiense relativo a los derribos de febrero fue publicado por CTV News. Según el memorando "secreto", un objeto derribado sobre territorio de Yukón fue el 23º "FANI" rastreado sobre Norteamérica en las primeras semanas de 2023.

Sin embargo, el portavoz del NORAD, dijo a Liberation Times que el número no se refiere a la secuenciación y en su lugar se utiliza como un punto de referencia común, y añadió:
"La designación proporciona una referencia común para cualquier requisito operativo".
Se entiende que los sucesos de febrero supusieron una curva de aprendizaje para el gobierno canadiense y su comprensión de los procesos del NORAD.

Eso no debería ocurrir. Si el gobierno canadiense y el estadounidense no tienen un conocimiento firme de cómo se coordina la defensa de sus reinos ni de cuántos FANI han aparecido sobre sus cielos en el último año, entonces hay un gran problema.

Desde los sucesos de los derribos, el NORAD sigue sin poder descartar que alguno de los tres objetos no identificados derribados fuera de origen no humano.

Los tres objetos no eran pistas desconocidas y estaban correlacionados con objetos (aunque sigue sin saberse qué eran), lo que significa que no eran aves ni atribuibles a fenómenos meteorológicos.

No obstante, a pesar de esos incidentes, el NORAD ha confirmado que no tiene ninguna categoría duradera de registros basados en tales objetos. Aunque, de nuevo, es probable que tales incidentes se guarden en sistemas separados, como el Talon THRESHER.

Con registros o sin ellos, el hecho de que el ejército más poderoso del mundo, capaz de proyectar sus capacidades en todo el planeta, ni siquiera pueda contrarrestar la aparición de objetos desconocidos en sus propios campos de entrenamiento es enormemente preocupante.

Es necesario un cambio

El hecho de que los FANI puedan cometer actos hostiles mientras la Fuerza Aérea de EEUU (USAF) trata de encubrirlos a través del estigma es aún más preocupante. Como declaró el representante Gaetz:
"Estos pilotos de pruebas me dijeron explícitamente que si tienes una experiencia FANI, lo mejor que puedes hacer por tu carrera es olvidarlo y no contárselo a nadie.

Porque cualquier tipo de denuncia, ya sea por encima o por debajo de la superficie, tiene una consecuencia percibida por estas personas. Y esa es una cultura que debemos cambiar si queremos llegar a la verdad".
Una fuente del Departamento de Defensa ha afirmado a Liberation Times anteriormente que la USAF ha intentado socavar los esfuerzos de investigación.
"En un caso, cuando el Grupo de Trabajo sobre FANI era todavía la principal vía sobre FANI para el Departamento de Defensa, un oficial de grado medio de la Fuerza Aérea fue reprendido y amonestado por su cadena de mando por acercarse a los miembros del Grupo de Trabajo".
La complacencia y el estigma también son preocupaciones históricas.

Liberation Times también tiene conocimiento de un caso ocurrido junto a la Base de la Fuerza Aérea de Vandenberg (ahora Fuerza Espacial) en 2012, después de que una bola gigante de plasma fuera presenciada sobre la costa.

Según el testigo de la USAF, dos oficiales superiores fueron convocados para observar el evento. ¿Su reacción, según el testigo?
"Lo miraron, dijeron que era extraño y que no sabían lo que era; hubo entonces un breve silencio antes de que simplemente se fueran".
Ahora hace falta un planteamiento coherente, y el camino correcto pasa por reformar la forma de proteger los cielos estadounidenses.

La situación actual es insostenible, muy parecida a un mundo anterior al 11-S en el que las agencias de inteligencia no se coordinaban eficazmente.

Lo mismo, pero a mayor escala, está ocurriendo cuando se trata de un FANI.

Involucra a múltiples agencias de inteligencia, ramas militares, NORAD, NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, muchas de las cuales (según entiende Liberation Times) tienen sus propios programas FANI que operan aislados unos de otros.

Un puesto similar al de Director de Inteligencia Nacional podría cambiar las reglas del juego.

Se trataría de alguien que supervisara y tuviera acceso a toda la información y a todos los programas FANI, garantizando la comunicación y la coordinación. Esa persona formaría parte del gabinete, serviría directamente al Presidente y se aseguraría de que el Comandante en Jefe tuviera un firme control de la situación.

Esto también incluye tener acceso completo al Mando Espacial, la Oficina Nacional de Reconocimiento, la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial, la Fuerza Espacial y todos los sistemas de seguimiento submarino.

Incluso si los FANI no pueden ser contrarrestados por la fuerza, su origen y operadores deben ser conocidos cuando aparecen sobre rangos militares.

Si existen programas de ingeniería inversa, un puesto de este tipo en el gabinete podría encargarse también de trabajar con la industria privada para conseguir objetivos políticos más amplios mediante tecnologías transformadoras que podrían empequeñecer el impacto de la industrialización.

Tanto si la amenaza es china, rusa o no humana, representa una importante laguna en el conocimiento del dominio y un potencial talón de Aquiles en las defensas estadounidenses. Si China y EEUU entraran en guerra por Taiwán, China podría encontrarse en una posición en la que ya ha explotado las deficiencias en la forma de asegurar las instalaciones militares.

Y para los casos que puedan representar inteligencia no humana, es hora de sincerarse con los representantes electos y el público.

Si Estados Unidos no mantiene la supremacía aérea sobre sus cielos y si existe información que muestre naves transmedias procedentes del espacio, debe divulgarse.