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Un funcionario de Naciones Unidas pidió al Gobierno sirio y a los rebeldes que permitan el reinicio de entrega de alimentos y medicina en un distrito asediado de Damasco donde viven refugiados palestinos.

Chris Gunnes, de la agencia de ayuda para refugiados palestinos de Naciones Unidas (UNRWA, por sus siglas en inglés), urgió a los bandos a facilitar un acceso seguro y sin obstáculos a miles de civiles atrapados en el campo de refugiados de Yarmouk.

La petición siguió al llamado que hizo el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, al Gobierno sirio para autorizar un mayor trabajo de equipos humanitarios en el país devastado por la guerra civil que ya dura casi tres años.

TEl director de la UNRWA habló tras su inusual visita a Yarmouk del lunes.

El campamento fue originalmente establecido en 1957 para albergar a la mayoría de los refugiados palestinos que se desplazaron a Siria para escapar de la limpieza étnica israelí producida en 1948. A lo largo de la historia, el número de palestinos en Yarmouk no ha hecho más que aumentar, convirtiéndose en un distrito de la ciudad de Damasco densamente poblado con casas fabricadas con cemento y calles estrechas.

Desde que comenzó la guerra civil en Siria, Yarmouk se ha convertido en el escenario de cruentos enfrentamientos entre el brazo palestino del Ejército de Siria Libre y el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG), aliado del régimen de Bashar Al-Assad.

Los incesantes episodios violentos en el campamento han provocado una grave escasez de comida y la hambruna generalizada.