Los volcanes Momotombo y Apoyeque, situados en el "cordón de fuego" del Pacífico y en la llamada "cordillera de los volcanes" de Nicaragua, por su condición de activos y creciente actividad sísmica, sumado a una eventual amenaza eruptiva, mantienen en vilo y vigilia a los habitantes de Managua y sus municipios vecinos.
Los colosos, ubicados en la zona del Pacífico de Nicaragua, cerca de Managua, se han convertido en los focos de estudio y de estrecha vigilancia para los expertos después de que tres temblores de magnitudes 6,2, 6,7 y 5,6 en la escala abierta de Richter dejaran dos muertos, decenas de heridos, más de 2.300 viviendas dañadas y cientos de damnificados desde el 10 de abril.
Los epicentros de los últimos días han sido localizados entre los volcanes Momotombo y Apoyeque, éste último en el extremo norte de Managua, a pocos kilómetros del punto en que se originó el terremoto que devastó la capital en 1972.
"Tenemos que decir la verdad. Tenemos un poquito de miedo que sea posible esto, que una de las muchas fallas de Managua se active. Pensamos que la probabilidad es muy baja, no creemos que sea tan probable, pero tenemos que decir la verdad, que es posible", advirtió el director técnico de geofísica del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), Wilfred Straus.Hacia el centro de Managua
De origen alemán, Straus explicó que la experiencia indica que es posible una migración de los epicentros, "porque la sismicidad puede pasar de una zona a la otra" y la actual se está trasladando de oeste a este, buscando el centro de Managua.
"Es bien posible. No tenemos una prueba de que pueda ocurrir mañana. Solo tenemos esta tendencia, que vimos con la migración de los sismos (que comenzaron en Momotombo y Apoyeque, y en algunos casos en el malecón de Managua) y decimos que puede ser que ocurran sismos ahora también" en la capital, alertó.
"Vemos que algo ha cambiado, que algo está acercándose a Managua. No podemos predecir nada, pero la situación es extraña, no es normal. No sabemos cuándo, ni cómo, pero debemos estar preparados, porque un terremoto grande es esperado", remarcó Straus.El Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega decretó el lunes pasado una "alerta roja nacional extrema" ante el temor de que ocurra un gran sismo en Managua, donde las autoridades temen se active una vieja falla.
Nicaragua vive la más fuerte actividad sísmica registrada desde el devastador terremoto de 1972, que costó la vida a unas 10.000 personas. La actual actividad sísmica comenzó el 10 de abril pasado, cuando un temblor de magnitud 4 en la escala Richter sacudió las inmediaciones del volcán Momotombo.
Sin embargo, casi cinco horas después, un terremoto de magnitud 6,2 con epicentro bajo el lago Xolotlán, frente a las costas del municipio de Nagarote y el Momotombo, golpeó a esa zona ubicada a unos 40 kilómetros al noroeste de Managua.
El volcán más peligroso
El Momotombo, un cono volcánico de 1.297 metros de altura, y uno de siete volcanes activos, es el segundo más amenazante de Nicaragua, con un nivel de peligrosidad 11, de un máximo de 12.
Los expertos encontraron grietas y fallas geológicas en las faldas del Momotombo, que las autoridades consideran como causas del terremoto de magnitud 6,2.
Tres días después de ese terremoto, un fuerte temblor de magnitud 5,6 en la escala abierta de Richter, a 5,4 kilómetros de profundidad y con epicentro cerca del volcán Apoyeque, en el borde de Managua, sacudió el Pacífico y tomó en las calles a miles de capitalinos, que desde el primer sismo fuerte se encuentran en alerta roja.
El geomorfólogo de origen checo Jorge Sebesta sostuvo que el Apoyeque es joven y cada coloso pasa por un proceso de destrucción.
"Apoyeque está en el estado de desarrollo de su superficie, podemos ver que pasan un montón de fallas sobre la estructura volcánica de Apoyeque, eso lo convierte en una zona complicada", anotó el experto.Apoyeque está a solo 10 kms de Managua Observó que Managua está ubicada en un sistema de calderas que van hasta el volcán Masaya (sur), cuyo sistema está compuesto por cuatro calderas y está conectado con el alineamiento Nejapa-Miraflores, que son fallas que cruzan la capital.
No se conoce el año de la última erupción del Apoyeque, ubicado a unos 10 kilómetros del centro de Managua y de 420 metros de altura, pero se han encontrado huellas humanas en estratos debajo de depósitos de pómez originados en ese lugar o de una fuente cercana, ahora cubierta por el lago de Managua, según el Ineter.
Las expertos y especialistas auguran que la intensa actividad sísmica continuará los próximos días y que irá disminuyendo de forma paulatina hasta desaparecer. Mientras tanto, miles de habitantes de Managua y sus municipios vecinos continúan en vilo y en vigilia ante la amenaza de un sismo mayor.
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