La familia de la fallecida activista estadounidense Rachel Corrie ha recurrido este miércoles ante el tribunal supremo del régimen israelí para apelar una sentencia de primera instancia que absolvió al ejército israelí de cualquier responsabilidad de la muerte de su ser querida en 2003 en Gaza.

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Rachel, de 23 años, de Olympia (Washington, EE.UU.), era miembro de un grupo de activistas internacionales que trataba de impedir la demolición de viviendas palestinas por parte del ejército israelí en Gaza. Pero ella perdió la vida tras ser aplastada por una excavadora del régimen de Tel Aviv.

La familia de Corrie criticó el veredicto de absolución emitido en 2012 por un tribunal israelí, que se basaba en una investigación del propio ejército que alegaba que el conductor de la excavadora no podía ver a Rachel, y que su muerte fue un "accidente".

"Creo que este es un mal día no solo para nuestra familia, sino que es un mal día para los derechos humanos, para la humanidad, para la ley (...)", denunció la madre de Corrie, Cindy, tras conocerse la decisión de la justicia israelí en 2012.

El fallo levantó incluso la indignación de destacados cargos estadounidenses, que cuestionaron la investigación por no haber sido profunda ni creíble.

Amnistía Internacional (AI) también condenó el veredicto, ya que libraba a los militares israelíes de rendir cuentas por los sucedido e ignoraba los profundos errores existentes en la investigación hecha al respecto.

El régimen israelí mantiene un férreo bloqueo contra Gaza desde 2007, impidiendo a los ciudadanos de la zona ejercer sus principales derechos, entre ellos el derecho al trabajo, la salud, la educación y la libertad de circulación.