Imagen
© Desconocido
La compañía farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) es investigada por la Oficina Antifraude del Reino Unido. Como en otros países, se trata de dirimir si ha incurrido en ilegalidades en su labor comercial, si ha sobornado a los médicos, vaya.

Los responsables de la Oficina Antifraude consideran que "cualquier fuente de información puede ser valiosa" para esclarecer el asunto y por ello animan a "cualquier persona con información privilegiada" a compartirla con las autoridades.

Igualito que hacen los homólogos en las instituciones españolas y no porque no haya indicios de que GSK haga lo mismo en nuestro país. Basta con leer el capítulo de mi libro Laboratorio de médicos que dedico a esta empresa.

Hace poco La Gaceta publicaba que el "capo" (así) de la farmacéutica GlaxoSmithKline ha sido encarcelado en China por los sobornos a médicos de su laboratorio. Además, el diario acusa a Farmaindustria (patronal española de laboratorios farmacéuticos) de ser el "gran operador" de este modo de corrupción en España.

Qué fuerte. Pero las autoridades españolas miran para otro lado, quizá porque están haciendo méritos para pillar un buen puesto en algún laboratorio de Big Pharma cuando cesen como "defensores de lo público". "Puertas giratorias" mandan (eso también lo explica dicha info).

Glaxo, según El Global, tiene procesos similares abiertos en otros estados como Polonia, Irak, Jordania y Líbano.

La importancia de los confidentes, los denominados "gargantas profundas" es clave. En Polonia, por ejemplo, Jarek Wisniewski, ex representante de ventas de GSK en la región polaca de Lodz, reveló que personas relacionadas con la compañía pagaban a médicos para que éstos recetaran el fármaco Seretide.

Si bien las facturas entregadas a los médicos se hacían pasar por unos servicios "educativos", consistentes en unas charlas a los pacientes sobre las medicinas, en realidad el objetivo era que se firmase una cantidad de recetas. Esto también ocurre en España, insisto que en Laboratorio de médicos está documentado.

No es un problema de desconocimiento de los hechos pues, ¡si GlaxoSmithKline reconoce que paga a médicos para que promuevan sus productos! Tampoco es un problema de falta de leyes para actuar, así queda patente en el análisis que hace el fiscal español Valentín José de la Iglesia Palacios. Es problema de la falta de voluntad política que manifiestan los diferentes partidos en el poder.

Las fiscalías deben actuar de oficio.