Traducido al castellano por
Ciencia KanijaLas colaboraciones entre profesionales y aficionados están cambiando la naturaleza de la astronomía, y cualquiera puede participar.
La astronomía de aficionados tiene una larga historia de descubrimientos. De hecho, no fue hace mucho tiempo que los aficionados vivían un mejor momento que los profesionales.
© Desconocido
En los siglos XVIII y XIX, los astrónomos profesionales trabajaban en el cálculo de información importante, como la hora de la puesta del sol y del amanecer y en proporcionar a las flotas navales militares y comerciales los datos astronómicos que necesitaban para la navegación.
Los aficionados, como Caroline y William Herschel y otros, tenían la tarea de explorar los cielos en busca de objetos exóticos, tales como galaxias, asteroides, cometas y a veces nuevos planetas. (William descubrió Urano en 1781). Desde entonces, los profesionales han comenzado a acaparar la atención de todo el mundo. Eso es debido, principalmente, al acceso que tienen a los muy costosos equipos de observación, financiados por el erario público. Pero en los últimos diez años o así, ciertos trabajos se han vuelto mucho más difíciles de realizar para los profesionales, que están limitados en el tiempo de observación se pueden conseguir.
Aquí es donde los aficionados empiezan el suyo, dice Johan Knapen del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en Tenerife. Hoy explica cómo los aficionados están teniendo un impacto cada vez más importante, en gran parte debido a la cantidad de tiempo que pueden dedicar y el gran número de observaciones independientes o los cálculos que generan.
No hay escasez de ejemplos. Knapen señala al trabajo de Jay Gabany, un astrónomo aficionado consumado y David D. Martínez-Delgado, un astrónomo del IAC y otros. En un ejemplo, Gabany usó un telescopio de 50 cm. para hacer una foto de la galaxia NGC 5907. La imagen se creó durante más de dos meses mediante la superposición de numerosas imágenes de larga exposición, de 5 horas o más.
Ése es el tipo de trabajo para el que los profesionales simplemente no tienen tiempo. El resultado es una imagen que muestra detalles diez veces más tenues que la que está disponible en el Sloan Digital Sky Survey. La imagen y la corriente estelar que revela ha dado una nueva perspectiva sobre el comportamiento de las galaxias: se cree que las corrientes son el resultado de una interacción por un encuentro cercano con otra galaxia más pequeña y esto impone restricciones importantes sobre la forma en que se han desarrollado las galaxias.
Otro ejemplo de una extraordinaria colaboración profesional-aficionado es la cartografía del asteroide Tercidina. Más de 100 astrónomos aficionados de toda Europa observaron Tercidina pasar por delante de la estrella HIP19388 en la noche del 17 de septiembre de 2002. Al comparar el momento en que cada observador vio la ocultación, los astrónomos profesionales fueron capaces de calcular el tamaño y la forma del asteroide (ver imagen arriba).
Se trata de piezas de trabajo impresionantes a las que podría contribuir cualquier aficionado dedicado. La dificultad, por supuesto, es la vinculación de aficionados con profesionales idóneos que puedan coordinar el esfuerzo, procesar los datos que se generan y publicar los resultados.
Es extraño. Parece sorprendente que hoy en día no fuera posible vincular a personas con intereses comunes, quizás de diferentes partes del mundo, para trabajar en colaboración a gran escala. Eso es algo que hemos aprendido a hacer muy bien en los últimos años. Internet está llena de ejemplos.
Parece como si hubiera un nicho de mercado que un diseñador de páginas web emprendedor podría llenar.
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