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¿Toyotas del EI con chapas diplomáticas?
El 2 de agosto, el periódico británico UK's Express informó que las fuerzas especiales británicas se estuvieron disfrazando como yihadistas del Estado Islámico (EI) y que condujeron operaciones en Irak y Siria. Describiendo estúpidamente la táctica como "poco ortodoxa", los periodistas del Express dijeron que "más de 120 miembros del regimiento de élite se encuentran actualmente en el país devastado por la guerra". Esta estrategia puede parecer justificada para quienes sólo tienen la versión oficial sobre el conflicto de Oriente Medio - en donde los del EI son los "malos" y los operativos occidentales son los "buenos" - además de una creencia irremediablemente ingenua en la benevolencia de los militares británicos. Pero cuando se ve en el contexto de la actual historia militar británica en "zonas de conflicto" en el transcurso del siglo 20, esta historia adquiere una forma mucho más siniestra.

Enfocándonos en el presente por un momento, la afirmación de que las fuerzas especiales británicas están en Irak y Siria para "luchar contra el EI" no es creíble. Hace más de cuatro años los belicistas angloamericanos han dejado muy claro que ellos, en asociación con sus amigos cortacabezas de la realeza en Arabia Saudita, están decididos a derrocar a Assad, incluso yendo tan lejos como para fabricar supuestas pruebas de armas de destrucción masiva (al estilo de Saddam Hussein ) para justificar un ataque de la OTAN. Cuando la diplomacia rusa frustró ese esfuerzo, EE.UU. y la "élite" británica se apoyaron en la probada y comprobada "guerra civil" de desgaste llevada a cabo por fuerzas mercenarias, en un esfuerzo por derrocar a Assad.

Pero Assad, quien fue democráticamente elegido por el pueblo sirio, se resiste a salir sólo porque Washington, Riad, Whitehall y también Tel Aviv así lo quieran. Y mientras que la ayuda rusa, iraní y libanesa esté todavía disponibles, parece que el ejército de mercenarios de Occidente, también conocido como los "rebeldes sirios", están condenados a luchar y morir para siempre, o hasta que se agote la oferta de Occidente de pistoleros a sueldo (o de dinero).

Al ser genéticamente reacios a aceptar la dura realidad de cualquier situación, EE.UU. y la "élite" británica han declarado recientemente su derecho a "atacar posiciones del EI" directamente, a través de ataques aéreos estadounidenses tripulados desde bases turcas. Sin embargo, el motivo real de estos ataques aéreos se revela en el hecho de que EE.UU. se adjudicó el derecho de atacar a cualquier persona que amenace a los "rebeldes sirios" entrenados por el Pentágono, que luchan principalmente contra Assad, en nombre de EE.UU., Gran Bretaña y el régimen saudí. Ése, por supuesto, es el punto principal de estos ataques aéreos, es decir, un intento furtivo para justificar los ataques militares estadounidenses contra el Gobierno sirio y su Ejército, en lugar de "una lucha contra el EI". Por lo tanto, es razonable concluir que esas fuerzas especiales británicas disfrazadas como el EI, parten de la misma estrategia y están proporcionando tropas terrestres para apoyar ataques aéreos estadounidenses en posiciones sirias.

Pero un grupo de las fuerzas especiales de Reino Unido disfrazados de yihadistas, presenta también otras oportunidades. Podrían, por ejemplo, llevar a cabo ataques contra cualquier persona, incluidos los civiles si se considera conveniente, y echarle la culpa al EI.

Ayer mismo, un camión bomba explotó en el área de la ciudad chiíta de Sadr en Bagdad, matando a 54 personas. El "EI" se atribuyó la responsabilidad por medio de un mensaje en línea no verificable, pero el ataque reforzó los planes a largo plazo de los gobiernos occidentales para dividir Irak en tres estados separados. El Pentágono recientemente "se resignó" a esta política que ha estado presionando durante años, y el ex jefe de las fuerzas armadas estadounidenses en Irak, el general Raymond Odierno, también dijo lo mismo en comentarios recientes que fueron denunciados por el Gobierno iraquí.

Pero cualquier cosa que estén tramando estos "yihadistas" occidentales, la amplia experiencia de los militares británicos para vestir a sus reclutas como el enemigo y enviarlos a un conflicto para "agitar las cosas", asegurará que lo realicen admirablemente, sin ninguna duda.

Dos bombarderos de Basora muy británicos

El martes 20 de septiembre de 2005, fue un día extraordinario en los medios de comunicación occidentales convencionales. Durando los pocos minutos que se necesitaban para leer los informes sobre el rescate de dos operativos militares británicos en una cárcel de Basora el día anterior, la esencia de la naturaleza del Estado británico moderno estaba en exhibición para que todo el mundo la pudiera ver, si el mundo estuviera dispuesto. La mayoría de la gente no lo estuvo, y no lo está, por supuesto. ¿Y quién puede culparlos? Es una imagen desagradable.

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Lo mejor de los británicos - dos "yihadistas" de los servicios especiales ingleses atrapados en Basora
La imagen de arriba muestra a dos "desafortunados" miembros británicos de los Servicios Especiales después de su detención por la policía iraquí en Basora. Los hombres dispararon contra civiles y policías antes de tratar de huir de la escena, vestidos completamente con atuendo árabe y conduciendo un coche civil lleno de explosivos. Si todo hubiera ido conforme al plan, poco después una bomba hubiera estallado en algún lugar de Basora matando a decenas de civiles, "al-Qaeda" habría tenido la culpa, y la imagen de los militares británicos como "defensores de la paz" y "combatientes contra terroristas" en Irak se abría asegurado.

Pero esta era una de esas raras ocasiones en que las cosas no van según lo previsto. De hecho, se pusieron muy mal.

Los dos aspirantes a terroristas fueron detenidos, confesaron quienes eran y admitieron estar llevando a cabo una "tarea especial de seguridad". Las autoridades iraquíes cometieron luego el gran error de informar a los comandantes británicos que los hombres fueron detenidos en la comisaría Jamiat de Basora. Poco después, llegaron hasta 10 tanques británicos y varios vehículos blindados y helicópteros de apoyo, rompieron el muro del centro de detención y extrajeron a los hombres. Después, los miembros de la milicia del Ejército Mehdi de Irak se enfrentaron a las fuerzas británicas alrededor de la instalación, y quemaron un transporte de personal y un vehículo blindado. Un vídeo del incidente mostró decenas de iraquíes rodeando a los vehículos británicos blindados y lanzando bombas de gasolina, rocas y otros escombros hacia ellos. Al menos siete civiles iraquíes murieron y decenas resultaron heridos como resultado.
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Uno de las APCs británicos implicados en la extracción de los dos yihadistas de los servicios especiales ingleses
No hay necesidad de explicar lo que estaban haciendo los dos hombres, además de citar a las autoridades británicas, quienes dijeron a sus contrapartes iraquíes que los dos soldados estaban "realizando una misión oficial". Sin embargo, la pregunta interesante es ¿cuántos de los cientos de ataques terroristas y atentados similares de "Al Qaeda", que marchitaron a Irak durante los años de ocupación occidental, también eran el trabajo de agentes secretos británicos o estadounidenses llevando a cabo "misiones oficiales" como éstas?

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Kenneth Masters - 'suicidado'
Ken Masters fue enviado a Irak en abril de 2005 como el oficial al mando en la Investigación Especial Branch (SIB por sus singlas en inglés) de la Policía Militar Real. Estuvo encargado de la investigación de cualquier posible delito cometido por las fuerzas británicas, desde homicidios ilegítimos hasta robos o embriaguez en servicio. En esta capacidad, el capitán Masters era responsable de investigar las circunstancias de la detención de los yihadistas de los servicios especiales ingleses en Basora el 19 de septiembre.

A las 5:20 de la mañana del 14 de octubre, cinco días antes de que finalizara su período de servicio, el capitán Masters envió un correo electrónico a su esposa. "No puedo extenderme mucho ahora. Tú y las niñas me mantenéis hacia delante, te lo puedo asegurar. Os amo mucho a todas. Muchos abrazos y besos, papá." Al parecer estas fueron sus últimas palabras. A las 7:00 horas de la noche siguiente, sus compañeros oficiales lo encontraron ahorcado en su habitación. AIG, la aseguradora estadounidense contratada para la prestación de seguros de vida a los soldados británicos en Irak, se negó a aceptar la responsabilidad por muerte de Masters, ya que "no se aceptó que su muerte ocurriera durante el servicio". Claramente Masters murió de servicio pero no para la política británica de atentados terroristas falsos y otros crímenes de lesa humanidad en Irak.

Tortura y traición: los deberes oficiales de los operativos británicos militares y de inteligencia

La idea de una campaña de sanciones oficiales por la masacre de civiles en Irak causada por personal británico militar y de inteligencia, es pura fantasía para el ciudadano promedio británico. Sin embargo, para muchos ciudadanos de Kenia, Chipre, Malasia e Irlanda del Norte ésta es la realidad constante y sonante. En todos estos países (y otros), el Gobierno británico aprobó la tortura directa o indirecta y el asesinato de civiles inocentes por parte de militares y activos de inteligencia británicos, quienes a menudo mandaban escuadrones de la muerte para llevar a cabo su trabajo. El propósito siempre fue para justificar un control político, militar y económico continuo sobre el país en cuestión por parte de los británicos.
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¿Quién es el yihadista ahora? Un soldado británico muestra con orgullo las cabezas de dos aldeanos malayos a quienes había decapitado personalmente. Alrededor del año 1950.
En su profunda implicación en los "problemas" de Irlanda del Norte, hay una gran cantidad de datos sólidos que sugieren fuertemente que, lejos de intentar luchar contra el IRA, el MI5 y el MI6 se centraron en iniciar y perpetuar 30 años de conflicto "sectario" como un campo de entrenamiento de guerras urbanas y tortura para el personal militar y de inteligencia británico. Las tácticas británicas incluyeron el uso de grupos paramilitares y de fuerzas de la policía de Irlanda del Norte - la Real Policía del Ulster - para asesinar tanto a civiles católicos como protestantes. Muchos de los ataques con bombas que fueron obra de agentes británicos, se atribuyeron falsamente al IRA e incluso a los paramilitares "leales" pro británicos. Ocasionalmente, los soldados británicos regulares cometieron abiertamente asesinatos en masa.

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William McGrath - pedófilo del MI5 en Irlanda del Norte
Las terribles revelaciones de los últimos años sobre las redes de pedofilia de alto nivel en la élite británica, tienen enlaces directos con Irlanda del Norte. El centro de estas acusaciones es el hogar para niños Kincora en Belfast, que operó desde 1958 hasta 1980. Uno de los patrones de la casa Kincora, William McGrath, fue condenado a cuatro años de cárcel en 1981 por el abuso sexual sistemático a los niños que se encontraban en su cuidado. McGrath fue miembro de la Orden de Orange y de un grupo "leal" de extrema derecha conocido como "Tara" que trataba de radicalizar el protestantismo norirlandés en preparación para lo que él llamó un "escenario del día del juicio final' de la guerra civil definitiva contra los católicos.

Sin embargo, las actividades de McGrath deben colocarse en el contexto de su papel como un agente del MI5. La evidencia sugiere que a finales de 1960 la pedofilia de McGrath se hizo conocida en el MI5, y desde entonces sirvió a un sólo maestro. Es probable que el nombramiento de McGrath como patrón de la casa Kincora en 1971 también haya sido bajo instancias de sus superiores del MI5, quienes utilizaron a McGrath y el hogar Kincora (entre otros hogares para niños) para proveerles de su propio placer sádico y el de muchos personajes prominentes de Irlanda del Norte, así como figuras políticas y paramilitares británicas. Según una víctima, Richard Kerr, los chicos de Kincora (y de otros hogares) fueron regularmente objetos de trata con destino a Londres para el disfrute de los políticos británicos en lugares como Dolphin Square y el Elm Guest House. Probablemente, el objetivo principal era el control de estos individuos a través del conocimiento y la evidencia de sus crímenes, junto con el impulso de la agenda del MI5 conocida como: "guerra civil de bajo nivel".

John McKeague, por ejemplo, fue uno de los fundadores del Red Hand Commando [Comando Mano Roja - NdT] un grupo paramilitar unionista que fue responsable de decenas de asesinatos a católicos inocentes en Irlanda del Norte en los años 70, 80 y 90. McKeague era al parecer un participante regular en las sesiones de violación a los niños del hogar Kincora. Poco después de ser entrevistado en 1982 por los detectives que investigaban su participación en Kincora, recibió un disparo por parte del INLA, un grupo paramilitar nacionalista católico. Sin embargo, dos periodistas, uno irlandés y otro británico, Jack Holanda y Henry McDonald, han afirmado que McKeague fue asesinado por agentes del MI5 para evitar que nombrara a los asiduos de Kincora.

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Por nombramiento de su majestad la Reina: el pederasta, racista y todo un buen chico, Lord Mountbatten
El ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa británico y primo de Su Majestad la Reina, Lord Mountbatten, también ha sido acusado de abuso sexual infantil en Kincora y otros hogares al norte y al sur de la frontera irlandesa. En el verano de 1979, mientras disfrutaba de sus vacaciones anuales imperiales en la costa del Condado de Mayo en Irlanda, Mountbatten fue asesinado por una bomba del IRA colocada en su barco. A menos que, por supuesto, el MI5 lo haya hecho para silenciarlo.

El Primer Ministro del gobierno laborista, Harold Wilson (1964-1970 y 1974-1976), había sido el blanco de una trucada campaña sucia que trató de presentarlo como un comunista y simpatizante de IRA. También hay evidencias fuertes que sugiere que la huelga del Consejo de Trabajadores del Ulster de 1974 fue una operación del MI5 para ayudar a desestabilizar el gobierno de Wilson. Ciertamente, la actitud de Wilson hacia Irlanda del Norte no estaba en consonancia con el MI5 y el objetivo del establishment británico de la seguridad de perpetuar la violencia. Wilson, sin duda, provocó la ira de los segurócratas cuando presentó un "plan de día del juicio final" para cortar todos los lazos constitucionales del Reino Unido con el norte de Irlanda y transformar a la provincia en un dominio independiente. Además, a Wilson no le gustaba torturar a niños pequeños, lo que le hizo ser más difícil de controlar.

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Víctima del hogar Kincora, Richard Kerr
En las últimas semanas, el nombre del ex Primer Ministro británico Edward Heath se ha añadido a la larga lista de los británicos de la "élite" que han sido acusados de abuso sexual a menores. Heath fue un primer ministro conservador durante cuatro años (junio 1970-marzo 1974) entre los dos gobiernos de Wilson. Como primer ministro, Heath presidió la introducción de detención arbitraria sin juicio, y el uso de la tortura contra civiles inocentes en Irlanda del Norte en 1971. Esto fue durante el apogeo de Kincora y otros sitios de tortura infantil dirigidos por el MI5. No es inconcebible, por tanto, que por estas fechas, un día en la vida del muy honorable Edward Heath incluyera avalar un memorándum que apruebe la tortura de católicos inocentes por las tardes, y luego participar personalmente en la tortura a niños por las noches en un apartamento del Dolphin Square.

Estos hechos, no sólo están fuera de toda duda para cualquier persona racional, también es seguro que todos estos hechos eran conocidos por la inteligencia británica y los jefes políticos de la época.

En julio de 2014, el ex oficial de la guerra psicológica británica Colin Wallace dijo que él personalmente recibió información de inteligencia en 1973 de que se estaban llevando a cabo abusos a los ​​niños de Kincora, pero que sus superiores le impidieron actuar sobre la información. También dijo que las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre el abuso no habían examinado la evidencia crucial que poseía el MI5. En agosto de 2014, otro ex oficial de inteligencia, Brian Gemmell, dijo que él también había recibido la orden de dejar de investigar las denuncias de abuso en el hogar.

Ante la evidencia clara de que el Estado británico es y ha sido durante mucho tiempo controlado y dirigido por un cabal de psicópatas odiosos y sanguinarios con una fuerte inclinación por la violación de niños y el asesinato, no es de extrañar que la respuesta del gran público británico haya sido un tanto silenciada. El proceso de descubrimiento de estos horribles crímenes se ha limitado casi invariablemente al descubrimiento de un encubrimiento oficial tras otro, que se remonta por décadas. Así que cuando se hace claro para el público que estos mismos violadores de niños y criminales de guerra de "élite" son los que están en el control de las funciones de investigación del Estado (es decir, que ellos efectivamente se investigan a sí mismos) ¿quién sino el más engañado podría alguna vez esperar que la justicia real sea aplicada?

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Este domingo 16 de agosto, en el programa de radio 'Behind the Headlines', voy a hablar sobre éste y otros temas con Robin Ramsay, quizás la principal autoridad en la "política profunda" británica y el Estado de Seguridad en el Reino Unido. Robin es el cofundador y editor de Lobster Magazine, un excelente recurso para aquellas almas audaces que sólo necesitan saber lo que realmente está pasando detrás de las escenas. ¡No te pierdas lo que promete ser un excelente espectáculo!