Los niños de la comunidad palestina de Al Jan al Ahmar, en Cisjordania, se preparan para volver a sus clases dentro de diez días tras las vacaciones estivales.

A pesar de que el curso 2016-2017 no comienza hasta el 28 de agosto, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) lo ha inaugurado oficialmente casi dos semanas antes en la escuela de esta localidad beduina.

El motivo ha sido denunciar que Israel quiere demolerla porque considera ilegal su construcción, no autorizada por la administración israelí.

Niños palestina
© REUTERS/ Mohammed Salem
El centro, al que asisten 160 niños y niñas beduinos de Al Jan al Ahmar y comunidades vecinas, se encuentra en Área C, una parte de Cisjordania que Israel controla a nivel administrativo y de seguridad.

Para construir en esta zona, los palestinos necesitan un permiso de Israel que casi siempre se les deniega.

"El gobierno militar no permite construir a los palestinos, bajo el pretexto de que no hay planes urbanos y de que, por lo tanto, no les puede dar permiso", explica a Spútnik-Nóvosti el director del Centro para el Avance de Iniciativas de Paz, Meir Margalit.

"Ponen a los palestinos en una situación imposible, se ven obligados a construir sin permiso y viene el gobierno militar y les destruye la casa", denuncia Margalit, ex-concejal encargado de Jerusalén este y miembro del partido israelí de izquierdas Meretz.


Comentario: Lo absurdo es que están bloqueando las construcciones en propio territorio palestino que fue OCUPADO por Israel. No olvidemos el detalle de que se trata de una OCUPACIÓN y que no permitir que los palestinos construyan infraestructuras tan necesitadas como las escuelas, es una clara violación de los derechos humanos. Pero bueno, ¿qué más podemos esperar de Israel? Vea: Dejen de vivir en la negación - Israel es un Estado perverso


El colegio de Al Jan al Ahmar, un proyecto de la ONG italiana Vento di Terra, es una obra de 2009 de la cooperativa de arquitectos ARCÒ, con sede en Milán, que apuesta por la bioarquitectura y la construcción natural.

Se levantó con neumáticos llenos de tierra comprimida, con un revoco de barro y cal, que mantienen la estructura del edificio. No hay cemento, es posible sacar los neumáticos y el techo es desmontable.

La posible movilidad del edificio podría ser, en principio, un buen argumento para intentar convencer al Tribunal Supremo de Israel de que no es una construcción permanente y, por lo tanto, no es objeto de demolición.

No obstante, las excavadoras israelíes han derribado numerosos contenedores y barracones factibles de moverse.

Las autoridades israelíes han amenazado varias veces con derribar el colegio, financiado mayoritariamente con fondos públicos de la Cooperación al Desarrollo de Italia.

En 2014, Israel confiscó los columpios que se iban a instalar para uso de los niños en el recreo.

La de Al Jan al Ahmar no es la única escuela con orden de demolición en Cisjordania. Hay varias que corren el mismo riesgo.

Desde hace dos años, las excavadoras han destruido estructuras en Al Jan al Ahmar seis veces y también en otras comunidades beduinas de la zona.

Israel pretende desplazar forzosamente a casi 3.000 beduinos de la periferia de Jerusalén.

"No se trata de destruir una casa sino de la destrucción de una familia entera. Demoler una casa es como una pena de muerte para una familia palestina", señala Margalit.

"Para el palestino, la casa es el mundo entero y destruirla es destruirle el mundo entero. (Las demoliciones) son una de las cosas más inmorales y más terribles que hay en la ocupación palestina", afirma Margalit.

En la primera mitad de 2016 se han demolido más casas y estructuras en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este que en todo 2015.

Según la ONU, Israel ha derribado más de 700 casas y estructuras desde el pasado enero y ha dejado en la calle a miles de palestinos. Varias edificaciones arrasadas estaban financiadas con dinero público europeo.

Las últimas demoliciones se efectuaron hace dos días en Jerusalén Este y zonas cercanas a Hebrón y Belén. Más de 70 personas perdieron su hogar.