Saben que ninguno de los que tiene posibilidades reales de ser presidente del Gobierno podrá cumplir siquiera lo mínimo de lo prometido en su programa electoral.
Mario Draghi
© EFEEl ministro de Economía español, Luis de Guindos (d), y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi (i).
Palabras, palabras, palabras. Frente a hechos, cifras, números y realidades. Cualquier ciudadano que sepa utilizar la calculadora, aunque sea con dos dedos, sabe que sea cual sea el Gobierno próximo, no le quedará más remedio que tragarse su programa y sus promesas.

El déficit aumenta peligrosamente. En Bruselas y en Fráncfort no saben cómo meter mano a un socio importante de la zona que, de repente, se ha desmandado hasta situarse justamente después de la "bicha" Grecia. Lo peor para los guardianes de la ortodoxia es que al no haber Gobierno, los 'hombres de negro' no saben muy bien a quién dirigirse.

Lo que se malician en Europa es que, como unas terceras elecciones son algo más que una posibilidad, el Ejecutivo (en funciones) no utiliza la guadaña al cáncer del déficit tal y como Luis de Guindos les lleva prometiendo desde que se quedó sin pelo.

La irresponsabilidad de los que están impidiendo la formación de un gobierno es de tal naturaleza que no sobrevivirán a su propia estulticia; ni pueden sobrevivir.

Saben que ninguno de los que tiene posibilidades reales de ser presidente del Gobierno podrá cumplir siquiera lo mínimo de lo prometido en su programa electoral primigenio en la campaña para las primeras elecciones.

Porque España viene obligada por la UE a ahorrar 24.000 millones de euros en cuatro años. Si no se hace se congelarán los fondos europeos (1.000 millones de euros), además de tener que abonar la consiguiente multa de casi 6.000 millones.

¡Menudo panorama! Real y babeante como la vida misma. Por eso y por muchas cosas más los 'hombres de negro' han vuelto a la casa hispana para quedarse como mínimo hasta Navidad.

Aquí se sigue gastando a manos llenas lo que no se tiene. Les invito a comprobarlo en cualquiera de las miles y miles de oficinas administrativas/políticas de las cinco administraciones que padecemos. ¿Alguien dijo que iba a bajar los impuestos? ¡Me 'descarallo' de risa!