Zoólogos estadounidenses han descubierto que diferentes especies de lagartos verdes cambiaron el color de la sangre de rojo carmesí a verde, al menos cuatro veces en el proceso de evolución. En un artículo publicado en Science Advances, los científicos hablan sobre los resultados del análisis filogenético de 51 especies de lagartijas y seis de ellas, con sangre verde, del género Prasinohaema.
lagartos de sangre verde
© Chris AustinPrasinohaema virens es otro lagarto de sangre verde de las tierras bajas de Papúa Nueva Guinea. Es la única especie que pone huevos, todas las demás especies de sangre verde dan a luz a crías vivas.
No está claro cuál es la ventaja de tener la sangre de este color en particular, porque el color verde se debe a los altos niveles de una toxina llamada biliverdina. "Los lagartos deberían estar muertos", dice Christopher Austin en la Universidad Estatal de Louisiana en Baton Rouge, quien los estudió durante décadas.

Dado que la sangre verde es tan inusual y se encuentra solo en unas pocas especies de lagartos que viven en la isla de Nueva Guinea, se asumió que evolucionó solo una vez. Se pensaba que todas las lagartijas de sangre verde vivientes derivaban de una sola especie ancestral. Pero no. El equipo de Austin ahora ha analizado el ADN de dos nuevas especies que acaban de descubrir, así como las cinco especies ya conocidas. Para su sorpresa, los resultados muestran que la sangre verde evolucionó independientemente en al menos cuatro ocasiones distintas.

Aunque todas las especies de sangre verde han sido asignadas a un único género, hubo signos de que no están estrechamente relacionados. Algunas especies ponen huevos mientras que otras dan a luz, dice Austin. Además, se encuentran en todas partes, desde bosques de tierras bajas hasta montañas de 3000 metros de altura.

Un enigma sin resolver

El hallazgo plantea un enigma: si este rasgo no es único, ¿por qué no es más común? Este grupo particular de lagartos de alguna manera podría estar predispuesto a evolucionar sangre verde, afirma Austin. Su equipo ahora está tratando de identificar los cambios genéticos precisos y los mecanismos involucrados en cada especie.

Por ahora, ya conocemos el mecanismo amplio. En la mayoría de los animales, la hemoglobina (de color rojo) de los glóbulos viejos se descompone rápidamente para formar un pigmento verde tóxico llamado biliverdina. Este luego se convierte en otra toxina, la bilirrubina, un pigmento amarillo que el hígado elimina de la sangre. Los colores verde y amarillo en los moretones se deben a estos pigmentos.

Sin embargo, en los lagartos de sangre verde, el colapso de la biliverdina está bloqueado de alguna manera. Como resultado, se acumula dándole a los músculos, huesos, lenguas y el interior de sus bocas. Lo más resaltante de todo es que se concentra en proporciones 40 veces mayores que la dosis letal para humanos.

"Todavía no sabemos la respuesta", dice Austin. "Debe haber alguna ventaja selectiva", y la principal hipótesis del equipo es que la sangre verde tóxica proporciona cierta protección contra la malaria, ya que se sabe que los niveles más altos de biliverdina en la sangre humana matan a los parásitos de la malaria. Hay cientos de especies de parásitos de la malaria que infectan a los lagartos, dice Austin, por lo que necesitan cualquier ayuda que puedan obtener.

Sin embargo, los lagartos de sangre verde todavía tienen malaria. Por lo que se sospecha puede haber ocurrido una carrera armamentista evolutiva, durante la cual los lagartos siguieron aumentando los niveles de biliverdina, mientras que los parásitos se volvieron más resistentes a esta.

Hace aproximadamente un año, la prensa sensacionalista publicó la historia de un cachorro de labrador con un pronunciado color verde en Gran Bretaña. Sin embargo, todo se debió a que el perrito estuvo en contacto prolongado con el biliverdin, el cual está contenido en la placenta. Unas semanas después del nacimiento, los perros "verdes" adquieren su color natural.