Comment: Un título alternativo para el siguiente artículo en profundidad podría ser:

De cómo la "Guerra Global contra el Terrorismo" fue concebida en Israel

El autor revisa un libro muy discutido sobre el "manejo" del terrorismo por parte de Israel. Increíblemente, aunque todo queda al descubierto en el best-seller, nadie está hablando de detalles clave del mismo, detalles que muestran que Israel inventó la "Guerra contra el Terror" y llevó a cabo docenas de atentados con bombas en el Líbano a principios de la década de 1980, que fueron atribuidos a la OLP, el movimiento de resistencia palestina de Yasser Arafat.

Su objetivo estratégico era incitar a la organización de Arafat, que se había refugiado en el Líbano, a responder atacando objetivos israelíes. Finalmente lo hicieron, proporcionando así a Israel una "justificación" para invadir el Líbano en 1982.

Pero este episodio también arroja mucha luz sobre lo que sucedió después. Como ha escrito Joe Quinn, el terrorismo en Oriente Medio, tal y como lo reportan los medios de comunicación a nivel mundial, ha sido constantemente mitificado hasta nuestros días. Aunque no pondríamos en tela de juicio que alguna parte de los ataques terroristas perpetrados desde el 11 de septiembre (tanto en Occidente como en Oriente Medio) han sido llevados a cabo por auténticos "terroristas musulmanes", se puede percibir una "mano invisible" de la participación estatal en muchas atrocidades a lo largo de este período.


Ariel Sharon Rafael Eitan
© David Rubinger/CORBISEl Ministro de Defensa israelí Ariel Sharon y el Jefe de Estado Mayor de las FDI Rafael Eitan en Líbano en 1982.
De qué (no) hablamos cuando hablamos de "terrorismo".
"Con el apoyo de Sharon se hicieron cosas terribles. No soy vegetariano, y apoyé e incluso participé en algunas de las operaciones de asesinato que Israel llevó a cabo. Pero estamos hablando aquí de matar en masa por matar, para sembrar el caos y la zozobra, también entre los civiles. ¿Desde cuándo enviamos burros con bombas para que exploten en los mercados?"

~ Oficial del Mossad, citado en el libro de Ronen Bergman Rise and Kill First: The Secret History of Israel's Targeted Assassinations ("Levántate y mata primero: La historia secreta de los asesinatos selectivos de Israel")
El 29 de agosto de 1982, Ariel Sharon acudió a las páginas de opinión del New York Times para argumentar que el "logro más inmediato" de Israel tras su invasión del Líbano había sido la "aplastante derrota" de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Como resultado, explicó el Ministro de Defensa israelí, los cohetes Katyusha habían dejado de caer sobre las aldeas israelíes "desde santuarios terroristas en el Líbano". El "reino del terror" establecido por la organización de Yasser Arafat en suelo libanés "ya no existía", y las tropas israelíes habían sido "saludadas como liberadoras por expulsar a los terroristas que los habían asediado, saqueado y devastado". Este había sido el caso, insistió Sharon, "a pesar de las bajas que fueron el resultado inevitable de la lucha contra los terroristas de la OLP que utilizaron a civiles como escudos humanos y que deliberadamente colocaron sus armas y municiones en medio de apartamentos residenciales, escuelas, campos de refugiados y hospitales".

En efecto, "Ningún ejército en la historia de la guerra moderna se ha esforzado tanto por evitar víctimas civiles como las Fuerzas de Defensa de Israel". Una expresión hebrea, tohar haneshek, expresaba perfectamente esta noción, añadió el Ministro de Defensa. Significa "la conducta moral de la guerra" y todos los israelíes estaban "orgullosos de que nuestros soldados siguieran escrupulosamente esta doctrina judía". Habían advertido a los civiles que vendrían a pesar de los "elevados costos" para ellos mismos, habían atacado "sólo posiciones predeterminadas de la OLP" y bombardeado o atacado con artillería contra "edificios sólo cuando servían como bastiones de la OLP". "Esta política", concluyó Sharon, "contrastaba vívidamente con la práctica de la OLP de atacar sólo a objetivos civiles".

1979-1984: Israel lanza una campaña de propaganda condenando "el Mal del Terrorismo"...

benzion netanyahu
El artículo de opinión de Ariel Sharon fue publicado cuando Israel estaba llevando a cabo una ofensiva de propaganda deliberada y, en última instancia, notablemente exitosa, dirigida a influir en el discurso estadounidense emergente sobre el "terrorismo" de manera que coincidiera con sus propios intereses.

En julio de 1979, en Jerusalén se organizó una importante conferencia sobre el "terrorismo internacional", por el Jonathan Institute, un grupo íntimamente vinculado al gobierno israelí y llamado así en honor de Jonathan Netanyahu, quien perdió la vida durante una famosa incursión de las fuerzas especiales israelíes en Entebbe.

Benzion Netanyahu, historiador del judaísmo y ex secretario personal de Ze'ev Jabotinsky, fue uno de los principales impulsores del instituto y pronunció el discurso de apertura de la conferencia. Este evento, explicó, anunció el comienzo de "un nuevo proceso: el proceso de unir a las democracias del mundo en una lucha contra el terrorismo y los peligros que representa". El padre de Jonathan y Benjamin argumentó: "Contra el frente internacional del terrorismo, debemos construir un frente internacional de libertad, el de la opinión pública organizada que mueva a los gobiernos a actuar".


Comentario: Benzion Netanyahu (nacido con el apellido Mileikowsky, en lo que hoy es Polonia) fue el padre de Benjamin Netanyahu. El padre de Benzion era Nathan Mileikowsky, un rabino sionista que recorrió Inglaterra y los Estados Unidos para recaudar fondos y promover el incipiente movimiento sionista. Esta entrada de Wikipedia (en inglés) sobre Benzion le dará una idea de dónde proviene la política de su hijo:
Durante sus estudios, Netanyahu se involucró activamente en el sionismo revisionista, un movimiento de personas que se habían separado de sus homólogos sionistas de la corriente principal, creyendo que los de la corriente principal eran demasiado conciliadores con las autoridades británicas que gobernaban Palestina, y abrazando una versión más militante y derechista del nacionalismo judío que la defendida por los sionistas laboristas que dirigieron Israel en sus primeros años. Los revisionistas estaban dirigidos por Jabotinsky, cuya creencia en la necesidad de un "muro de hierro" entre Israel y sus vecinos árabes había influido en la política israelí desde la década de 1930.



Los oradores en la conferencia de Jerusalén de 1979 representaban una verdadera lista de "quién es quién" entre los líderes políticos, académicos y comentaristas conservadores, en su mayoría de Israel y Estados Unidos. Uno tras otro, insistieron en que adoptar una postura firme contra el "terrorismo" significaba demostrar "claridad moral", y que la "claridad moral" requería claridad en el lenguaje. Por lo tanto, había que definir con precisión el término "terrorismo" y hacer esfuerzos para evitar que los "terroristas... distorsionen el lenguaje" pretendiendo luchar por la libertad.

Benzion Netanyahu condenó así el "relativismo moral fácil que dicta que 'el terrorista de un hombre es el luchador por la libertad de otro hombre'" e insistió en que era "importante establecer desde el principio el hecho de que existe un marco de definición claro, independientemente de la visión política". "El terrorismo", explicó, "es el asesinato deliberado y sistemático de civiles para inspirar temor". Es, "más allá de todo matiz y subterfugio, un mal moral", uno que "infecta no sólo a aquellos que cometen tales crímenes, sino a aquellos que, por malicia, ignorancia o simple negación a pensar, los toleran". Luego fue un paso más allá e insistió en que los medios y fines de los "terroristas" estaban "indisolublemente unidos, y ambos apuntan a una sola dirección: el aborrecimiento de la libertad y la determinación de destruir el modo de vida democrático".

Por su parte, el Primer Ministro Menachem Beguín afirmó que la OLP era "la organización armada más vil desde los tiempos de los nazis". La gravedad de la amenaza "terrorista" planteada por los palestinos y sus aliados árabes era tal que justificaba el uso preventivo de la fuerza militar. "¿Qué debemos hacer?", preguntó Beguín. "¿Usar sólo las llamadas represalias, esperar entre ataques contra la población civil judía en nuestro país, en otras palabras, condenar a un sinnúmero de nuestros ciudadanos a morir?" No, contestó: " Los atacamos, y ésta es la más sublime y legítima defensa nacional".

El Instituto organizó una segunda conferencia en Washington DC en junio de 1984. Sus actas fueron editadas posteriormente por Benjamin Netanyahu y publicadas bajo el título Terrorism: How the West Can Win ("Terrorismo: Cómo puede ganar Occidente"). El libro obtuvo excelentes críticas de los principales periódicos estadounidenses, fue leído con gran interés por el propio presidente Reagan y se convirtió en un éxito editorial notable. Como explicó Netanyahu, la conferencia de 1979 representó "un punto de inflexión en la comprensión del terrorismo internacional" y "ayudó a centrar la atención de los círculos influyentes de Occidente en la naturaleza real de la amenaza terrorista". Sin embargo, esto "no era suficiente", ya que todavía no había una "respuesta internacional coherente y unida". "Abogar por esa política unificada y sugerir en qué podría consistir", concluyó Netanyahu, había sido "el principal objetivo de la segunda reunión internacional del Jonathan Institute".

Al igual que su padre unos años antes, el embajador israelí ante las Naciones Unidas insistió en que "el terrorismo siempre es injustificable, independientemente de sus objetivos declarados o reales" y añadió que "los verdaderos objetivos de los terroristas están en la práctica relacionados con sus métodos". "La historia nos ha avisado repetidamente con antelación", explicó. La gente que "mata deliberadamente a mujeres y niños no tiene en mente la liberación", declaró con confianza, antes de añadir: "No es sólo que los fines de los terroristas no justifiquen los medios que eligen. Es que la elección de los medios indica cuáles son los verdaderos fines. Lejos de ser luchadores por la libertad, los terroristas son precursores de la tiranía".

Al final del primer mandato de Ronald Reagan, los funcionarios electos estadounidenses habían llegado a aceptar y adoptar las principales afirmaciones y suposiciones que, durante años, habían estado en el centro del discurso israelí sobre el "terrorismo". El "terrorista" es el "otro" no occidental. "Él" usa medios malvados e inmorales, al servicio de fines malvados e inmorales. En ese sentido, "el terrorista" pertenece al mundo precivilizado. Por el contrario, "nosotros" nos oponemos, condenamos y rechazamos "todo terrorismo". "Nosotros" representamos la claridad moral y tenemos un profundo respeto por la santidad de la vida civil inocente. Tanto "nuestros" fines, como nuestros medios, son puros. "Nuestros" usos de la fuerza son legítimos, y siempre defensivos. Vienen en respuesta o autodefensa contra la "amenaza terrorista", y siempre apuntan a limitar la pérdida de vidas civiles.

El artículo de opinión de Ariel Sharon representa uno de los ejemplos más claros de hasta qué punto este discurso es pura ideología desmedida.

...mientras sus altos funcionarios dirigían una campaña "terrorista" de coches bomba en el Líbano

Efectivamente, de 1979 a 1983, es decir, precisamente en el período comprendido entre las conferencias de Jerusalén y Washington, altos funcionarios israelíes llevaron a cabo una campaña a gran escala de atentados con coches bomba que causaron la muerte de cientos de palestinos y libaneses, la mayoría de ellos civiles. De hecho, cuando se publicó su artículo de opinión en el New York Times, Sharon había estado dirigiendo personalmente esta operación "terrorista" durante un año entero. Aún más notablemente, uno de los objetivos de esta operación encubierta era precisamente incitar a la OLP a recurrir al 'terrorismo' para dar a Israel una justificación para invadir el Líbano.

Estas afirmaciones no son producto de una mente febril y conspirativa. El 23 de enero de 2018, Ronen Bergman, un respetado periodista israelí, publicó una descripción detallada de esta operación secreta en la revista New York Times. Este artículo fue adaptado de Rise and Kill First: The Secret History of Israel's Targeted Assassinations ("Levántate y mata primero: Historia secreta de los asesinatos selectivos de Israel"), donde se ofrece un relato mucho más detallado de la operación, basado enteramente en entrevistas con funcionarios israelíes implicados en la operación o conscientes de ella en ese momento.

Como explica Richard Jackson en Writing the War on Terrorism ("Escribiendo la guerra contra el terrorismo"), un discurso político es una forma de hablar que intenta dar sentido a los acontecimientos y experiencias desde una perspectiva particular. Analizar el discurso sobre el "terrorismo", argumenta Jackson, implica "apreciar las reglas que guían lo que se puede y lo que no se puede decir y saber lo que se ha dejado de lado, así como lo que se ha incluido". "Los silencios de un texto," añade, "son a menudo tan importantes como sus inclusiones".

La operación secreta de coches bomba llevada a cabo por funcionarios israelíes en el Líbano a principios de los años ochenta representa un notable ejemplo histórico de tales "silencios" y de las "reglas" que subyacen en el discurso sobre el "terrorismo" y aseguran que ciertas cosas simplemente "no se pueden decir", que ciertos hechos simplemente no se mencionan nunca. Rise and Kill First ha recibido los elogios más altos de los críticos de la prensa estadounidense. Durante los últimos tres meses, su autor ha participado en innumerables entrevistas con los medios de comunicación y ha dado conferencias públicas de alto perfil en todo el país. Y sin embargo, en estas reseñas, entrevistas y charlas públicas no se ha mencionado ni una sola vez esta operación secreta. De hecho, la discusión pública que ha rodeado la publicación de Rise and Kill First ha tenido lugar como si las revelaciones contenidas en ese libro nunca hubieran sido publicadas.

"Nuestra" oposición al "terrorismo" está basada en principios y es absoluta. "Nosotros" por definición no recurrimos al "terrorismo". Si y cuando se presentan pruebas de lo contrario, la reacción es: silencio.

La revista New York Times: La operación secreta de Israel en el Líbano y la creación del Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros

ronen bergman
© Ronen Bergman
En la revista New York Times, Ronen Bergman, corresponsal principal de asuntos militares y de inteligencia del periódico israelí Yedioth Ahronoth, describe cómo el 22 de abril de 1979 un "escuadrón terrorista" del Frente de Liberación de Palestina aterrizó en la playa de Naharyia, una ciudad israelí a pocos kilómetros al sur de la frontera con Líbano. Irrumpieron en una casa y, para cuando terminó la situación con los rehenes, un padre y dos de sus hijas, de cuatro y dos años de edad, habían sido brutalmente asesinados.

"Tras la atrocidad de Nahariya", explica el autor, el general Rafael Eitan "dio al comandante regional Avigdor Ben-Gal una simple orden: "Mátenlos a todos", es decir, a todos los miembros de la OLP y a cualquiera relacionado con la organización en el Líbano. Con la aprobación de Eitan, Ben-Gal eligió a Meir Dagan, el "máximo experto en operaciones especiales" de las FDI y, según el autor, "los tres crearon el Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros". A continuación, Bergman cita a David Agmon, jefe del Estado Mayor del Comando Norte de las FDI y uno de los pocos hombres que han tenido conocimiento de la operación, explicando su objetivo de la siguiente manera: "El objetivo era causar el caos entre los palestinos y los sirios en el Líbano, sin dejar una huella dactilar israelí, darles la sensación de que estaban constantemente bajo ataque e inculcarles una sensación de inseguridad". Para ello, Eitan, Ben-Gal y Dagan "reclutaron a libaneses locales: drusos, cristianos y musulmanes chiítas que estaban resentidos con los palestinos y los querían fuera del Líbano". Entre 1979 y 1983, "el Frente mató a cientos de personas".

En este artículo, Bergman no entra en los detalles de los métodos utilizados durante esta operación secreta. También es bastante vago en cuanto a la identidad ("gente") de sus víctimas.

Sin embargo, para quienes conocen el conflicto del Líbano, la referencia al Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros [FLLF por sus siglas en inglés] es extraordinariamente significativa, ya que este grupo era, a principios de los años ochenta, famoso (más bien infame) por reivindicar la responsabilidad de docenas de atentados con coches bomba extremadamente violentos y destructivos contra palestinos y sus aliados libaneses. Estos atentados fueron ampliamente cubiertos por la prensa estadounidense en ese momento. La mayoría de las veces, los periodistas estadounidenses describieron al FLLF como un "misterioso" o "evasivo grupo de derechas". En ocasiones, observaron que los palestinos y sus aliados libaneses estaban convencidos de que este grupo era puramente ficticio, una invención de Israel para ocultar su mano en tales actividades.

En lo que se refiere al libro en sí, no se requiere ningún conocimiento previo del conflicto libanés para entender la magnitud y el significado de la revelación de Bergman.

Levántate y mata primero: Relatos de primera mano sobre el papel de Israel en una amplia campaña de atentados con coches (y bicicletas y burros) en el Líbano

ronen bergman
Desde el principio, explica Bergman, la operación utilizó principalmente "explosivos ocultos en latas de aceite o conservas" construidas en un taller de metal del kibbutz Mahanayim donde vivía Ben-Gal. Los propios explosivos procedían de la unidad de desactivación de bombas de las FDI para "minimizar en gran medida la posibilidad de que se revelara cualquier conexión con Israel si los artefactos explosivos caían en manos del enemigo". "Íbamos allí por la noche", le dijo Ben-Gal a Bergman, "Meir[Dagan] y yo y el resto de los muchachos, con el ingeniero jefe del Comando Norte, quien llevaba los explosivos, y llenábamos esos pequeños tambores y conectábamos las mechas".

Estos "pequeños tambores" eran entonces "enviados a los transportistas en grandes mochilas o, si eran demasiado grandes, en motocicletas, bicicletas o burros". Como dice Bergman: "Pronto comenzaron a explotar las bombas en las casas de los colaboradores de la OLP en el sur del Líbano, matando a todos allí, así como en posiciones y oficinas de la OLP, sobre todo en Tiro, Sidón y los campos de refugiados palestinos que les rodeaban, causando cuantiosos daños y bajas".

La operación se llevó a cabo en completo secreto, según Bergman. Nunca fue aprobada por el propio gobierno, y "no hay forma de saber" hasta qué punto Ezer Weizman, el Ministro de Defensa cuando se lanzó la operación, lo sabía.

A pesar de sus esfuerzos, Eitan, Ben-Gal y Dagan fueron incapaces de mantener su operación completamente hermética, lo que llevó a varios oficiales superiores del AMAN (el acrónimo hebreo del Departamento de Inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel) a rechazarla y oponerse enérgicamente.

El jefe de la División de Investigación de AMAN, Amos Gilboa, le describió a Bergman lo que él llamó una "lucha constante" entre el AMAN y el Comando Norte. "Yanosh [Ben-Gal] nos mintió todo el tiempo. No creímos en ninguno de sus informes", dijo Gilboa. "Este fue uno de los períodos más feos de la historia del país." Más tarde, AMAN se enteró "de sus fuentes en el Líbano" sobre los "coches y burros bomba" pero, escribe Bergman, finalmente decidieron abandonar el tema.

El rechazo también provino del propio gobierno, como cuando el Viceministro de Defensa Mordechai Zippori se enteró de un ataque que tuvo lugar en abril de 1980 y durante el cual murieron mujeres y niños tras la explosión de un coche bomba en el sur del Líbano. El objetivo había sido, según Bergman, atacar al "personal de la OLP". En junio, se convocó una reunión en la oficina de Beguín, en la que Zippori acusó a Ben-Gal de "llevar a cabo acciones no autorizadas en el Líbano" y de que "en estas actividades, mujeres y niños fueron asesinados". Este último respondió: "No es correcto. Cuatro o cinco terroristas fueron asesinados. ¿Quién conduce por el Líbano en un Mercedes a las dos de la madrugada? Sólo terroristas".

Beguín aceptó la garantía de Ben-Gal de que de hecho había recibido permiso para la acción y pidió el fin de la reunión. Según Bergman, el grado de conocimiento del Primer Ministro sobre estas actividades es incierto. A partir de ese momento, sin embargo, "los altos mandos se dieron cuenta de que no tenía sentido pedirle al primer ministro que rectificara la situación". La reunión de Tel Aviv marcó así el final de cualquier tipo de oposición interna a la operación encubierta llevada a cabo por Eitan, Ben-Gal y Dagan, un acontecimiento fatídico puesto que la operación estaba a punto de entrar en su segunda (e incluso más violenta) etapa tras el nombramiento de un nuevo Ministro de Defensa.

El 16 de julio de 1981, los cohetes Katyushah palestinos mataron a tres civiles israelíes en la aldea de Kiryat Shmonah. Al día siguiente, la fuerza aérea israelí respondió con un bombardeo masivo contra el cuartel general de la OLP en el centro de Beirut, así como contra varios puentes alrededor de Sidón, en el que murieron entre 200 y 300 personas, en su mayoría civiles libaneses, y más de 800 resultaron heridas.

Philip Habib, enviado especial del presidente Ronald Reagan en la región, fue mediador en un alto el fuego en el que se exigía a la OLP que detuviera cualquier ataque dentro de Israel. Para los dirigentes israelíes, ese acuerdo era inaceptable. La OLP era una organización "terrorista", y la decisión norteamericana de considerar a Arafat como socio en un alto el fuego era una auténtica ofensa. En cuanto a los detalles del acuerdo, argumentaron que la OLP debería poner fin a todos los ataques contra Israel y los intereses israelíes, incluidos los ataques que tuvieron lugar en los territorios ocupados o en lugares como Europa. Como señala Bergman, sin embargo, "el mundo exterior veía las cosas de manera diferente, y Habib dejó claro a los israelíes que Estados Unidos apoyaría una incursión terrestre en el Líbano sólo en respuesta a una grave provocación de la OLP".

El 5 de agosto de 1981, Beguín escogió a Ariel Sharon para reemplazarlo como Ministro de Defensa. Durante los próximos 10 meses, más o menos, como han documentado desde hace tiempo historiadores israelíes como Zeev Schiff y Ehud Yaari, Benni Morris, Avi Shlaim o Zeev Maoz, Israel emprendió numerosas operaciones militares con el claro propósito de incitar a los palestinos a algún tipo de respuesta militar, que Israel podría entonces condenar como un ataque "terrorista" que justificaría una ofensiva importante en el Líbano.

Agosto de 1981: Ariel Sharon se convierte en Ministro de Defensa e intensifica la campaña de bombardeos del FLLF para incitar a la OLP a recurrir al "terrorismo"

Rise and Kill First representa una importante contribución a nuestra comprensión de este momento histórico, ya que demuestra, sobre la base de relatos de primera mano de los oficiales israelíes que participaron en la operación, que la campaña de atentados con coches bomba, que se intensificó enormemente una vez que Sharon se convirtió en Ministro de Defensa, debe entenderse precisamente como un elemento de esta estrategia más amplia de provocación.

Inmediatamente después de asumir sus nuevas funciones, Sharon decidió "activar el aparato secreto de Dagan en el Comando Norte". Eligió a Eitan como un "emisario personal" que "vigilaría las actividades clandestinas en el norte" y, explica Bergman, "a mediados de septiembre de 1981, los coches bomba explotaban regularmente en los barrios palestinos de Beirut y otras ciudades libanesas".

A continuación, el autor menciona específicamente los bombardeos en Beirut y Sidón a principios de octubre, señala que "sólo en diciembre de 1981, dieciocho bombas en automóviles o motocicletas, bicicletas o asnos estallaron cerca de las oficinas de la OLP o en concentraciones palestinas, causando muchas decenas de muertos" y añade que "una organización nueva y desconocida que se llamaba a sí misma Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros asumió la responsabilidad de todos estos incidentes". Como escribe Bergman: "Sharon esperaba que estas operaciones provocaran a Arafat para atacar Israel, que entonces podría responder invadiendo el Líbano, o al menos hacer que la OLP tomara represalias contra la Falange, con lo cual Israel podría saltar a la defensa de los cristianos con gran fuerza".

El autor añade detalles operativos notables. Durante esa etapa de la operación, los explosivos fueron "empacados en bolsas de polvo para lavandería Ariel" para que parecieran "mercancías inocentes" al pasar por los controles de carretera. A veces se reclutaba a mujeres para que condujeran "para reducir la probabilidad de que los coches fueran capturados de camino a la zona objetivo". Los propios coches "fueron desarrollados en el Ejecutivo de Operaciones Especiales de las FDI (Maarach Ha-Mivtsaim Ha-Meyuchadim)". Estas operaciones involucraron una generación temprana de aviones teledirigidos, usados para vigilar mientras los agentes de Dagan conducían y aparcaban los coches, y luego para activar remotamente los dispositivos. El FLLF también "comenzó a atacar instalaciones sirias en el Líbano", añade Bergman, e incluso "reivindicó la responsabilidad de las operaciones contra unidades de las FDI". Según Dagan, el FLLF nunca estuvo detrás de tales ataques, pero "asumió la responsabilidad para crear credibilidad, como si estuviera operando contra todas las fuerzas extranjeras en el Líbano".

La prensa estadounidense y su cobertura contemporánea de los coches bomba del FLLF
NYT bombing Israel 1983
Si bien el relato de Bergman ofrece detalles notables sobre la parte israelí de esta operación secreta, sigue siendo muy vago en lo que respecta a los ataques en sí y, lo que es más importante, a sus víctimas. Los relatos de los medios de comunicación contemporáneos sobre los atentados de octubre de 1981 en Beirut y Sidón, a los que se refiere específicamente, dan una idea más clara de la violencia y la destrucción que conllevaron.

El 1 de octubre, un coche "trampa con 220 libras de TNT y 20 galones de gasolina" explotó cerca de las oficinas de la OLP, en lo que un periodista de la UPI describió como "una calle muy concurrida en el oeste musulmán de Beirut, repleta de vendedores de frutas y verduras y amas de casa haciendo sus compras matutinas". La bomba "derribó la fachada de los edificios, destruyó 50 coches y dejó la calle llena de escombros y cuerpos desmembrados". Inmediatamente después de la explosión, expertos en desactivación de bombas encontraron y desmantelaron una segunda bomba, que pesaba 330 libras y que había sido colocada en otro automóvil estacionado en la misma calle. Más tarde ese mismo día, "otros seis coches cargados con cientos de libras de explosivos fueron encontrados y desactivados en Beirut y Sidón en lo que pretendía ser un devastador bombardeo contra palestinos y milicianos libaneses de izquierda por terroristas de derecha".

Como Barbara Slavin y Milt Freudenheim informaron en las páginas del New York Times, una "llamada anónima" del FLLF había dicho a "agencias de noticias extranjeras que los ataques estaban dirigidos contra objetivos palestinos y sirios en el Líbano y que continuarían "hasta que no queden extranjeros"". Añadieron que tanto Mahmoud Labadi, portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina, como el primer ministro libanés Chafik Wazzan "culparon a Israel y a sus aliados cristianos en el Líbano por el coche bomba", mientras que "Israel atribuyó el bombardeo a la guerra interna de la OLP".

Olympia y Olympia 2: Dos operaciones del FLLF que no fueron implementadas

Sin embargo, Arafat pudo darse cuenta de la estrategia de Israel y se aseguró de que los miembros de la OLP no respondieran. Como escribe el historiador israelí Benni Morris en Righteous Victims, "la OLP se esforzó mucho por no violar el acuerdo de julio de 1981". "En efecto", añade, "a pesar de la posterior propaganda israelí, entre julio de 1981 y junio de 1982 la frontera disfrutó de un estado de calma sin precedentes desde 1968".

Sharon estaba perdiendo la paciencia. Como escribe Bergman, "frente a esta moderación palestina, los líderes del frente decidieron subir de nivel". En 1974, el Mossad había decidido retirar a Arafat de su lista de personas buscadas y había llegado a la conclusión de que debía ser considerado una figura política y, por lo tanto, no debía ser asesinado. El Ministro de Defensa reincorporó al presidente de la OLP a la lista y, junto con Ben-Gal y Eitan, comenzó a planificar la Operación Olympia, que esperaban que "cambiara el curso de la historia de Oriente Medio".

New York Times 1981
2 de octubre de 1981: Artículo de primera plana de John Kifner en el New York Times sobre el atentado del 1 de octubre.
Según el plan, varios camiones cargados con unas dos toneladas de explosivos iban a ser estacionados alrededor de un teatro de Beirut donde los dirigentes de la OLP planeaban cenar en diciembre. "Una explosión masiva eliminaría a toda la dirigencia de la OLP", escribe Bergman. La idea fue abandonada (Bergman no explica por qué) e inmediatamente reemplazada por un esquema aún más ambicioso (y potencialmente destructivo). Se llamaría Olympia 2 y tendría lugar el 1 de enero de 1982. El objetivo: un estadio de Beirut donde la OLP planeaba celebrar el aniversario de su fundación.

Diez días antes del ataque, agentes reclutados por Dagan colocaron grandes cantidades de explosivos bajo el estrado VIP donde estarían sentados los líderes palestinos, todos ellos con "detonadores controlados a distancia". Sin embargo, esto no es todo. "En una de las bases de la unidad, a tres millas de la frontera", explica Bergman, "se habían preparado tres vehículos: un camión cargado con una tonelada y media de explosivos y dos sedanes Mercedes con 550 libras cada uno". El día de la celebración, "tres miembros chiítas del Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros" conducirían estos vehículos y los aparcarían fuera del estadio. "Serían detonados por control remoto alrededor de un minuto después de los explosivos bajo el estrado", escribe el autor, "cuando el pánico estuviera en su apogeo y la gente que había sobrevivido estuviera tratando de escapar", antes de añadir: "Se esperaba que la muerte y la destrucción fueran "de proporciones sin precedentes, incluso en términos del Líbano", en palabras de un oficial de alto rango del Comando Norte".


Comment: Más tarde, Israel hizo algo así cuando asesinó al ex primer ministro libanés Rafik Hariri en 2005 mediante un coche bomba detonado a distancia en el centro de Beirut. Se le atribuyó la culpa a Bashar al-Assad, de Siria, y a partir de ese momento, se ha convertido en "un dictador malvado" en las narrativas de los medios de comunicación occidentales.


Sharon, Dagan y Eitan no pudieron mantener su operación totalmente encubierta. La noticia del plan llegó a Zippori, y el Viceministro llevó el asunto a Beguín, quien convocó una reunión de emergencia el 31 de diciembre, un día antes de que Olympia 2 se pusiera en marcha. A Eitan y Dagan se les pidió que presentaran su plan, y Zippori tuvo la oportunidad de presentar sus objeciones. A Beguín le preocupaba más la posibilidad de que el embajador soviético asistiera al evento. Dagan le aseguró que había una "muy baja probabilidad de que él o cualquier otro diplomático extranjero estuviera allí", mientras que Saguy insistió en que la probabilidad era alta y que "Si algo le sucede, es probable que entremos en una crisis muy grave con la URSS".

Sharon, Dagan y Eitan intentaron convencer a Beguín de que una oportunidad así para destruir el liderazgo de la OLP podría no presentarse nunca más, pero, escribe Bergman, "el primer ministro se tomó en serio el peligro de una amenaza rusa y les ordenó abortar". Como Saguy le diría años después: "Mi deber como jefe de AMAN era ocuparme no sólo de los aspectos operativos-militares, sino también de los aspectos diplomáticos. Le dije a Beguín que era imposible asesinar un estadio entero así como así. ¿Y qué pasaría al día siguiente después de tal masacre? El mundo entero se amontonaría encima de nosotros. No cambiaría nada el hecho de que nunca admitiéramos nuestra responsabilidad. Todo el mundo sabría quién estuvo detrás de esto".

"Abu Nidal, Abu Shmidal": El intento de asesinato de Shlomo Argov y la invasión israelí del Líbano para derrotar al "terrorismo"

El 3 de junio de 1982, Shlomo Argov, embajador de Israel en Inglaterra, fue asesinado a tiros en las calles de Londres. Sobrevivió a sus heridas, pero Sharon y Beguín finalmente tuvieron su pretexto para invadir el Líbano.

Para los servicios de inteligencia de Israel, fue rápidamente evidente que el ataque había sido ordenado por Abu Nidal, un enemigo jurado de Arafat cuyos propios objetivos, la destrucción de la OLP, coincidían con los de Israel. El Gabinete israelí se reunió a la mañana siguiente y, como han documentado varios historiadores israelíes, ni Beguín ni Eitan mostraron mucho interés en el hecho de que la OLP no fuera responsable del intento de asesinato. Cuando Gideon Machanaimi, el asesor de Beguín sobre terrorismo, empezó a explicar la naturaleza de la organización Abu Nidal, su jefe simplemente le interrumpió: "¡Son todos de la OLP!" Unos minutos antes, Eitan había reaccionado de manera muy similar cuando un oficial de inteligencia le había asegurado que los hombres de Abu Nidal estaban claramente detrás del ataque: "Abu Nidal, Abu Shmidal," contestó (in)famosamente, "¡tenemos que atacar a la OLP!"


Comment: Abu Nidal - Terrorista del Mossad (en inglés)


El Gabinete ordenó un bombardeo aéreo masivo de las posiciones de la OLP en Beirut y sus alrededores, en el que murieron 45 personas. Esta vez, Arafat reaccionó, y las comunidades israelíes a lo largo de la frontera norte pronto se encontraron bajo fuego pesado de artillería. El 5 de junio, Sharon presentó su plan al Gabinete, la Operación Paz para Galilea, un nombre "diseñado", como escribe Bergman, "para dar la impresión de que se trataba de una misión de autoprotección casi reacia".

Al día siguiente, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió para discutir la operación militar de Israel.

El representante israelí explicó que si el Líbano "no quería o no podía impedir la acogida, el adiestramiento y la financiación de terroristas de la OLP" que "operaban abiertamente desde territorio libanés con el fin de acosar a Israel, a los israelíes y a los judíos de todo el mundo", entonces ese país debería estar "preparado para afrontar el riesgo de que Israel tome las contramedidas necesarias para detener tales operaciones terroristas".

Los argumentos de Israel fueron rechazados enérgicamente por el Consejo de Seguridad. Como explicó el representante del Reino Unido, el atentado contra el embajador Argov, "por despreciable que sea, no justifica en modo alguno los ataques masivos de la fuerza aérea israelí contra ciudades y pueblos libaneses, ataques que ya han causado importantes pérdidas de vidas, víctimas y daños materiales".

El Consejo de Seguridad aprobó inmediatamente la Resolución 509, en la que se exigía a Israel que retirara sus fuerzas del Líbano y se pedía a todas las partes que pusieran fin a las hostilidades.

Las fuerzas israelíes siguieron avanzando y el 8 de junio el Consejo de Seguridad volvió a reunirse. Se sometió rápidamente a votación un proyecto de resolución en el que se condenaba a Israel por su incumplimiento y se reiteraba el llamamiento a todas las partes para que pusieran fin a las hostilidades. Catorce Estados miembros votaron a favor, pero la resolución fue vetada por Estados Unidos. Las tropas israelíes continuaron su marcha hacia Beirut.

Los coches bomba del FLLF y el "terrorismo"

Los informes periodísticos contemporáneos sobre los bombardeos que el FLLF reivindicó entre 1980 y 1983 sugieren que tales ataques se ajustan a las definiciones más comúnmente aceptadas de "terrorismo", así como a la adoptada en la conferencia de Jerusalén en 1979: "El terrorismo es el asesinato deliberado y sistemático de civiles para inspirar temor".

Una conclusión similar puede sacarse de la afirmación de Bergman de que innumerables bombas israelíes estallaron en "campos de refugiados, " vecindarios palestinos " o " concentraciones palestinas ", sugiriendo objetivos puramente civiles. En el texto de Rise and Kill First, Bergman no utiliza el término "terrorismo" al referirse a esta operación secreta. Sin embargo, en una nota al pie de su prólogo, el autor describe al FLLF como "una organización terrorista que Israel dirigió en el Líbano en los años 1980-83, y que por sí sola atacó a muchos miembros de la OLP y a civiles palestinos".

Sin embargo, es muy probable que, si siguieran vivos, Sharon, Ben-Gal, Dagan y Eitan rechazarían la idea de que su operación fuera equivalente al "terrorismo".

Eitan falleció en 2004 y, como señala Bergman en su artículo del 23 de enero en el New York Times, no habló con él sobre esta operación. El autor escribe, sin embargo, que Ben-Gal y Dagan "negaron rotundamente que el frente tuviera la intención de hacer daño a civiles". Mientras Ben-Gal simplemente le aseguró que "los objetivos siempre fueron objetivos militares", Dagan argumentó que no había alternativa al uso de subsidiarios y pareció culpar a estos últimos por cualquier ataque a civiles. "Se le pueden entregar explosivos y decirle que explote un cuartel general de la OLP en algún lugar", dijo Dagan al autor, "pero él tiene sus propias cuentas, y ahora también tiene una bomba para saldarlas. Así que a veces sucedía que se detonaba en otra parte".

De más está decir que tal argumento es difícil de reconciliar con la insistencia del primer ministro Beguín, en la Conferencia de Jerusalén de 1979, de que el "terrorismo" estaba "más allá de todo matiz y subterfugio, un mal moral" que "infecta no sólo a los que cometen tales crímenes, sino también a los que, por malicia, ignorancia o simple rechazo a pensar, los toleran".

También contradice completamente los argumentos que los funcionarios israelíes han presentado desde la década de 1960 siempre que se ha discutido en el Consejo de Seguridad el uso de la fuerza militar en su país y, específicamente, los expresados por el representante israelí el 6 de junio de 1982. Por su propia lógica, el intento de Dagan de eludir su responsabilidad por las acciones de los subsidiarios a los que no estaba simplemente "poco dispuesto" o "era incapaz" de detener, sino que más bien utilizaba, entrenaba y daba coches-bomba, es claramente absurdo.

Finalmente, como informa Bergman, Dagan seguía convencido de que la operación Olympia 2 debería haberse llevado a cabo. "Al final, por supuesto, resultó que yo tenía razón", dijo Dagan al autor, "y no había allí ningún embajador soviético ni ningún otro diplomático extranjero". "¿Pero qué podíamos hacer?", se lamentó. "El primer ministro dijo que abortásemos, así que abortamos. Hubo un trabajo muy complicado después, sacando los explosivos".

Esta operación habría sido implementada por operativos israelíes y del FLLF trabajando juntos para detonar una bomba temporizada dentro de un estadio lleno de gente, así como un camión y dos coches llenos de explosivos colocados en el exterior para atacar a los supervivientes, creando muerte y destrucción de "proporciones sin precedentes", incluso para los estándares libaneses. Ciertamente, el hecho de que Dagan lamente que tal operación haya sido finalmente cancelada plantea importantes interrogantes sobre el significado real de los repetidos llamamientos israelíes al "tohar haneshek", la "conducta moral de la guerra" elogiada por Ariel Sharon (el cerebro detrás de Olympia 2) en su artículo de opinión de 1982.

Las declaraciones que dos oficiales del Mossad le hicieron anónimamente a Bergman también confirman que muchos de los bombardeos del FLLF claramente equivalían a "terrorismo". El primero se cita al principio de este artículo. En cuanto al segundo, le explicó a Bergman cómo "vio a lo lejos uno de los coches volando y demoliendo una calle entera", añadiendo: "Les estábamos enseñando a los libaneses lo efectivo que puede ser un coche bomba. Todo lo que vimos después con Hezbolá surgió de lo que ellos vieron que había sucedido después de estas operaciones".

Aún más obviamente, es difícil imaginar que los funcionarios electos, comentaristas políticos o "expertos en terrorismo" israelíes o estadounidenses no etiqueten (y condenen) ataques similares como "terrorismo" si hubieran tenido lugar en Israel (o en Estados Unidos) y hubieran sido perpetrados por palestinos u otros actores regionales. Después de todo, en aquel momento los ataques con coches bomba contra las fuerzas militares israelíes estacionadas en Tiro y los infantes de marina estadounidenses en Beirut fueron claramente condenados como actos de "terrorismo" desmesurados por estos gobiernos. Por último, once y quince atentados reivindicados por el Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros entre 1980 y 1983 están incluidos en las bases de datos RAND y START respectivamente, dos de las bases de datos de "terrorismo" más prestigiosas y fiables.

Eliminación de la campaña de coches bomba del FLLF y construcción del "terrorismo" en el Líbano: el papel desempeñado por la RAND y los expertos en "terrorismo"

De hecho, el FLLF fue mencionado extensamente en una nota de abril de 1983 sobre "Tendencias recientes en el terrorismo internacional" producida por la RAND y que se centró en los ataques de los años 1980 y 1981.

En sus comentarios introductorios, sus autores, Brian Michael Jenkins y Gail Bass, señalaron que se habían producido 24 incidentes con múltiples víctimas mortales en 1980 y 25 en 1981, que el número de víctimas mortales había aumentado considerablemente, de 159 en 1980 a 295 en 1981, y añadieron: "Una serie de sangrientos bombardeos en Beirut causaron la mayoría de las víctimas mortales".

En una sección siguiente titulada "Los terroristas", Jenkins y Bass dedicaron dos páginas a los "terroristas palestinos", señalando que habían "continuado sus ataques contra Israel y objetivos israelíes en el extranjero", que "los pequeños bombardeos y los ataques con granadas, a menudo mortales, abarcaron la mayor parte de la actividad terrorista dentro de Israel y los territorios ocupados" y que entre 1980 y 1981 "16 personas murieron y 136 resultaron heridas en 19 bombardeos, ataques con granadas y emboscadas".

Los autores dedicaron una página al Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros, un "nuevo grupo misterioso" que había "aparecido en 1980 para reivindicar el mérito de una serie de sangrientos bombardeos en el Líbano". Luego describieron en detalle los bombardeos que tuvieron lugar entre el 17 de septiembre y el 1 de octubre de 1981, y que causaron 122 muertos y cientos de heridos. Estos ataques del FLLF por sí solos representaron más del 40% de todas las muertes debidas al "terrorismo" en todo el mundo durante todo el año, y causaron 8 veces más muertes que todos los ataques de "terroristas palestinos" durante los dos años anteriores.

Sin embargo, el hecho de que varios coches bomba del FLLF estén incluidos en la base de datos RAND y fueron discutidos en esa nota de 1983 no significa que estos actos tuvieran ningún impacto en la forma en que los investigadores de la RAND escribirían sobre el "terrorismo" en los años siguientes en sus informes sobre el Líbano o el conflicto entre Israel y los palestinos.

De hecho, desde esta nota de abril de 1983, ni un solo informe o análisis producido por la RAND ha mencionado al FLLF.

Además, este "acto de desaparición" por parte del FLLF coincidió con la publicación de informes y análisis que describían inmediatamente, a mediados de los años ochenta, la invasión israelí del Líbano en el contexto de la lucha más amplia que este país estaba librando contra el "terrorismo internacional", y que equiparaban claramente la "amenaza terrorista" en el Líbano y la región con los palestinos y sus aliados árabes. La eliminación del FLLF coincidió así con la construcción de una narrativa que retrataba a los israelíes únicamente como víctimas (y nunca perpetradores) del "terrorismo" y describía a los palestinos (y a sus aliados árabes) como ejemplos de la esencia misma de la amenaza "terrorista".

Del mismo modo, la campaña de atentados con coches bomba del FLLF nunca ha sido mencionada en artículos publicados en las principales revistas de "estudios sobre el terrorismo", a saber, en Terrorism (publicada de 1979 a 1992), Studies in Conflict and Terrorism (durante el período 1992-2018) y Terrorism and Political Violence (entre 1997 y 2018).

La discusión pública sobre "Rise and Kill First": La continua eliminación del FLLF y la continua construcción del "terrorismo"

Después de la publicación de Rise and Kill First (Levántate y mata primero), Ronen Bergman dio importantes charlas públicas, especialmente en el 92nd Street Y y en el Centro de Seguridad Nacional de la Universidad de Fordham (una charla transmitida en vivo por C-Span). Apareció en Fresh Air de NPR y Newshour de PBS, fue entrevistado en CBSN, MSNBC, CNN así como en GQ Magazine y en el podcast de STRATFOR.

El autor escribió un artículo de opinión en la National Review, una historia de primera plana para Newsweek. La revista Foreign Policy publicó un largo artículo adaptado de su libro y lo entrevistó en su podcast. Finalmente, el libro fue reseñado por la mayoría de los principales periódicos del país, desde el New York Times (dos veces, la segunda reseña acompañada de una entrevista en podcast) hasta el Washington Post, Newsweek, el Washington Times, Bloomberg News o el New Yorker, y por Lawfare, un blog muy celebrado sobre derecho y seguridad internacional. También fue mencionado y reseñado en el The Guardian, el London Times, el Independent y la BBC.

El debate público en torno a Rise and Kill First se ha centrado en la historia, la eficacia, la legalidad y la moralidad del llamado programa israelí de "asesinatos selectivos" o "matanzas selectivas". Este programa, y todos los usos de la fuerza israelíes, han sido discutidos únicamente en el contexto de la lucha de este país contra el "terrorismo". Sorprendentemente, y muy reveladoramente, esta discusión ha procedido, en su totalidad y sin excepción alguna, como si la campaña de bombardeo del FLLF nunca hubiera ocurrido, como si los palestinos nunca hubieran sido víctimas de una amplia campaña de "terrorismo", como si esta campaña no hubiera sido dirigida por algunos de los más altos líderes israelíes de las últimas décadas, es decir, como si las revelaciones contenidas en Rise and Kill First simplemente nunca hubieran sido publicadas.

En todas estas reseñas, entrevistas y charlas públicas, la operación secreta de Eitan, Ben-Gal, Dagan y Sharon no se menciona ni una sola vez. La idea de que los funcionarios israelíes pudieran haber participado en el "terrorismo" a principios de la década de los ochenta ha sido tratada como una mera exageración o, por utilizar la terminología del experto en medios de comunicación Daniel Hallin, como una idea "perversa" que simplemente "no pertenece" al discurso público y que, por lo tanto, debe ser excluida del mismo.

Estas críticas, entrevistas y conversaciones públicas no mencionan ni una sola vez las prácticas israelíes en el Líbano antes y durante la invasión. Cuando se hace referencia al uso de coches bomba, es únicamente en el contexto del uso por parte de Israel de esa táctica para asesinar a un objetivo específico, nunca para bombardear indiscriminadamente objetivos civiles.

Las referencias a los "civiles" ponen aún más de relieve los estrechos límites dentro de los cuales este debate público ha permanecido limitado. Cuando el uso de la fuerza por parte de Israel se discute y, a veces, se critica, es únicamente en el contexto de la respuesta de Israel a la "amenaza terrorista". Cuando se mata o hiere a civiles, siempre es por descuido, y se dice repetidamente que los funcionarios israelíes tienen dificultades con la moralidad y la ética de esos actos.

De hecho, se hacen repetidas referencias a casos concretos en que oficiales israelíes se enfrentaron valientemente a sus superiores y se negaron a seguir órdenes que habrían puesto en peligro la vida de civiles inocentes. Por ejemplo, la negativa del Comandante de la Fuerza Aérea David Ivri a obedecer las órdenes de derribar un avión en el que se suponía que Yasser Arafat estaba a bordo, o la decisión de Uzi Dayan de modificar los informes de inteligencia para garantizar que los ataques aéreos de las Fuerzas de Defensa de Israel sobre Beirut para matar a Arafat no se llevarían a cabo cuando el riesgo para las vidas de los civiles fuera demasiado alto, se han debatido y descrito en numerosas ocasiones desde la publicación de Rise and Kill First.

Estos múltiples relatos, a menudo extraordinariamente detallados y texturizados, de las operaciones ordenadas por Eitan o Sharon que podrían haber matado a muchos civiles pero que nunca lo hicieron debido a la valentía de otros oficiales israelíes, se han presentado en un contexto en el que la campaña a gran escala de atentados con coches bomba dirigida por esos mismos oficiales israelíes y que mataron a cientos de civiles ha sido simple y llanamente eliminada de la historia.

En su libro de 1988 sobre la propaganda y los medios de comunicación, Manufacturing Consent, Edward Herman y Noam Chomsky documentan cómo la prensa tiende a cubrir a las víctimas "dignas" e "indignas" de maneras sorprendentemente diferentes. "Nuestra hipótesis", escriben en la introducción, "es que las víctimas dignas serán destacadas de manera prominente y dramática, que serán humanizadas, y que su victimización recibirá el detalle y el contexto en la construcción de la historia que generará el interés del lector y una emoción comprensiva". "En contraste", añaden, "las víctimas indignas merecerán sólo un pequeño detalle, una mínima humanización y un pequeño contexto que excite y enfurezca".

La discusión pública en torno a Rise and Kill First sigue perfectamente este guion, con un giro. Los civiles palestinos que fueron víctimas reales de la campaña de coches bomba de Israel ordenada por Sharon y otros han sido tratados como "víctimas indignas". Su destino no se ha mencionado en absoluto, mientras que la existencia misma de la operación secreta de la que fueron víctimas se ha eliminado por completo. Los palestinos que podrían haber sido víctimas de operaciones específicas ordenadas por Sharon y otros, pero que no lo fueron gracias a la valentía y los principios de los oficiales israelíes, han sido tratados como "víctimas potenciales" o "posibles víctimas dignas". Su supervivencia ha sido mencionada y celebrada, los oficiales que los "salvaron" fueron elogiados repetidamente como héroes, y sus esfuerzos para asegurar que tales operaciones no fueran implementadas se describieron con el mayor detalle.

Finalmente, un análisis no científico de las comunicaciones de Twitter que hacen referencia al libro de Bergman en los últimos meses muestra que numerosos "expertos en terrorismo" prominentes han elogiado a Rise and Kill First y han guardado silencio sobre las revelaciones con respecto a la campaña de atentados con coche bomba del FLLF. Por ejemplo, Bruce Hoffman (quien, en 1984 y 1985, fue el autor de los informes de la RAND que suprimieron por completo la existencia de los ataques del FLLF al tiempo que se centraban en la medida en que la invasión israelí "perturbó" la infraestructura de las "organizaciones terroristas" palestinas en el Líbano) simplemente tuiteó el 19 de febrero:
Uno de los libros más importantes escritos sobre terrorismo/CT en años. He pasado casi todo el largo fin de semana de vacaciones completamente absorto en este magnífico libro. Una lectura obligada.
En una notable ilustración del proceso de inclusión (de actos que reflejan positivamente las políticas de Israel hacia los civiles) y exclusión (de actos que no lo hacen) descrito anteriormente, Max Boot, un miembro del Consejo de Relaciones Exteriores y columnista del Washington Post, publicó un enlace a la historia de Bergman en el New York Times, y escribió:
Esta es una buena noticia para Israel. Muestra cómo las FDI resistieron repetidamente a la presión civil, especialmente de Ariel Sharon, para asesinar a Arafat por miedo a las víctimas civiles. Demuestra que las FDI respetan las leyes de la guerra.
Thomas Friedman, quien en ese momento cubrió varios bombardeos del FLLF en la primera plana del New York Times, todavía no ha escrito ni una sola palabra sobre las revelaciones de Bergman.

La supresión de las narrativas alternativas

En el complejo y fundamentalmente político proceso a través del cual el "terrorismo" llegó a adquirir su significado muy específico y estrechamente delimitado, ha sido central la supresión de una multiplicidad de narrativas alternativas sobre el "terrorismo" y, específicamente, sobre la identidad de sus perpetradores y víctimas. A lo largo de los años, incluso décadas, la completa eliminación de la campaña de coches bomba del FLLF ha permitido la construcción de la idea de que los palestinos (y sus aliados árabes) sólo son perpetradores, y nunca víctimas, del "terrorismo". A la inversa, este silencio ha permitido la construcción de la idea de que los israelíes son únicamente víctimas, y nunca autores, del "terrorismo".

Actos que son obviamente "terrorismo" (¡coches bomba!), actos que son menos obvios

En Terrorism and Humanitarian Law ("Terrorismo y Derecho Humanitario"), el profesor de derecho internacional Christopher Greenwood sugirió que el "terrorismo" podría "dividirse en un núcleo interno y una región periférica".

En el "núcleo interno" se encuentra "cualquier descripción del terrorismo como actos de violencia que se consideran terroristas a causa de objetivos seleccionados (como civiles, ciudadanos de Estados no directamente implicados o niños) o a causa de los métodos empleados (como el asesinato de prisioneros, la toma de rehenes o el uso de armas inherentemente indiscriminadas)". Todas estas descripciones de "terrorismo" comparten una característica importante: "implicarían violaciones de las leyes de la guerra si fueran llevadas a cabo por las fuerzas armadas de un Estado en tiempo de conflicto armado". Tales actos son, por lo tanto, "intrínsecamente contrarios al derecho internacional".

La dificultad, sin embargo, como explicó, es que " algunas descripciones del terrorismo se quedan cortas en este núcleo interior". "Muchos comentaristas y la mayoría de los políticos", escribió en 1989, "continúan aplicando la etiqueta de "terrorista" a una serie de actos que no serían contrarios al derecho internacional si fueran llevados a cabo por las fuerzas armadas de un Estado involucrado en un conflicto armado", por ejemplo, ataques a objetivos militares. Cuando los actos que pertenecen a esa categoría son llamados y denunciados como "terrorismo", continuó, es "no por alguna ilicitud inherente al acto en sí, sino más bien por la identidad del autor, la condición del grupo al que pertenece o el fin que pretende alcanzar". No es de extrañar que haya "un considerable desacuerdo sobre qué actos de esta categoría periférica se describen correctamente como terroristas".

El atentado de Nahariya de 1979 mencionado en el artículo del New York Times de Bergman fue, sin duda, un acto de "terrorismo" que pertenece a este "núcleo interno", al igual que otros innumerables ataques contra Israel a lo largo de las décadas. Por el contrario, los ataques contra el cuartel general israelí en Tiro o contra la Infantería de Marina estadounidense en Beirut pertenecerían probablemente al "núcleo periférico" y serían descritos (y denunciados) más discutiblemente como "terrorismo".

Contrariamente a las afirmaciones repetidas por los líderes israelíes (y estadounidenses) en aquel momento, no hay nada simple y obvio sobre el "terrorismo" en el contexto de un conflicto tan extraordinariamente complejo como el conflicto libanés de principios de los años ochenta. Todas las partes podrían argumentar (y lo hicieron) que eran víctimas de actos que pertenecían al "núcleo periférico" o el "núcleo interno" descrito por Greenwood, es decir, víctimas del "terrorismo".

Para usar un ejemplo famoso (o infame), los palestinos argumentan que la masacre cometida en Sabra y Shatila por falangistas cristianos aliados con Israel fue un claro ejemplo de "terrorismo". Si tomamos en serio la definición de Benzion Netanyahu de "terrorismo" como "el asesinato deliberado y sistemático de civiles para inspirar temor", parece difícil estar en desacuerdo con ellos. Si aceptamos su lógica sobre el "mal moral" del "terrorismo" "infectando" no sólo a los que cometen tales actos, sino también "a los que, por malicia, ignorancia o simple rechazo a pensar, los toleran", es difícil estar en desacuerdo con los palestinos que ven a Ariel Sharon (quien, según la Comisión Kahan, tenía "responsabilidad personal" por lo ocurrido en los campos) como responsable de este horrible acto de "terrorismo".

El debate sobre el "terrorismo" podría, por supuesto, ampliarse aún más para incluir los bombardeos indiscriminados y los bombardeos aéreos por parte de las fuerzas militares israelíes, prácticas que numerosos países han insistido repetidamente que equivalen a "terrorismo" o "terrorismo de Estado", cada vez que un tema de este tipo se ha discutido en las Naciones Unidas. Cabe señalar que, desde 1972, Estados Unidos ha vetado o amenazado con vetar en repetidas ocasiones cualquier resolución que utilice la terminología de "terrorismo" para referirse al uso de la fuerza por parte de Israel y condenarlo.

Sin embargo, este artículo se ha centrado únicamente en la campaña de coches bomba del FLLF, precisamente porque los coches bomba indiscriminados pertenecen incontrovertiblemente al "núcleo interno" de Greenwood, es decir, a un tipo específico de prácticas que todo el mundo está de acuerdo en que equivalen a "terrorismo". Es precisamente por esta razón, a saber, que no se puede negar que tales ataques fueron "terrorismo", que el silencio absoluto sobre las revelaciones de Bergman es tan revelador y preocupante.

La construcción del "terrorista esencial" y la guerra fallida (y extraordinariamente violenta) contra el "terrorismo"

En 1986, Edward Said escribió una reseña conmovedora de Terrorism: How the West Can Win (Terrorismo: Cómo puede ganar Occidente) de Benjamin Netanyahu, un artículo que hasta la fecha sigue siendo una de las críticas más poderosas del nuevo discurso emergente sobre el "terrorismo".

En este trabajo, titulado The Essential Terrorist (El terrorista esencial), Said describía cómo una característica central de este discurso, ya en ese entonces, era "su selectividad": "'Nosotros' nunca somos terroristas, no importa lo que hayamos hecho", escribió. "Siempre lo son 'ellos' y siempre lo serán." El objetivo principal de este discurso, afirmó, era "aislar al enemigo del tiempo, de la causalidad, de la acción previa, y así presentarlo como alguien ontológicamente y gratuitamente interesado en causar estragos por el propio hecho de hacerlo". De hecho, añadió, "si se puede demostrar que los libios, musulmanes, palestinos y árabes, en general, no tienen otra realidad que la que confirma tautológicamente su esencia terrorista como libios, musulmanes, palestinos y árabes", se hace posible "atacarlos a ellos y a sus Estados "terroristas" en general, y evitar todas las preguntas sobre su propio comportamiento o sobre su participación en su actual situación".

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra la ciudad de Nueva York y Washington DC, el presidente George W. Bush hizo una famosa pregunta: "¿Por qué nos odian?" y respondió argumentando que "ellos" odian nuestra democracia y nuestras libertades. Un objetivo importante, y de hecho central, del discurso sobre el "terrorismo" ha sido excluir cualquier respuesta alternativa a esta pregunta, sobre todo las respuestas que apuntan, al menos en parte, en la dirección de "nuestras" políticas pasadas y actuales.

As'ad Abu Khalil, un libanés-americano que enseña en la Universidad Estatal de California, tiene un blog llamado The Angry Arab News Service. Su reacción a la publicación del artículo de Bergman en el New York Times fue citada en Mondoweiss. Representa, hasta el día de hoy, la única referencia al FLLF que se ha publicado en cualquier sitio desde que Rise and Kill First llegó a las estanterías. Nacido en Tiro y criado en Beirut, Abu Khalil experimentó estos atentados de primera mano. Sus palabras, y lo que dicen sobre la realidad de la violencia política en nuestro mundo, son precisamente las que, más de tres décadas después, siguen siendo sistemáticamente suprimidas y ocultadas:
La historia dice de paso que "cientos de personas fueron asesinadas" por [el "Frente para la Liberación del Líbano de los Extranjeros" creado por Israel]. Pero esto es lo que no te dicen: este frente se especializó en coches bomba en barrios abarrotados. Ellos colocaban coches bomba en el oeste de Beirut con el propósito de sembrar el terror. Yo estimaría que el número de víctimas inocentes asesinadas por este grupo fue de miles y no de cientos. Este es el historial de Israel que muchos árabes libaneses y no libaneses jamás olvidarán. Son parte de los crímenes de guerra de los que los árabes responsabilizan a Israel, además de la ocupación ilegal de Palestina, de toda Palestina.
En The Nation, Edward Said preguntó conmovido (y proféticamente): "¿Acaso nos hemos convencido tanto de la irrelevancia de millones de vidas árabes y musulmanas que asumimos que es un asunto rutinario o sin importancia cuando mueren a manos nuestras o a manos de nuestros aliados judeo-cristianos favoritos? ¿Realmente creemos que los árabes y los musulmanes tienen el terrorismo en sus genes?" Más de tres décadas después, las mismas políticas extraordinariamente violentas en la llamada lucha contra el "terrorismo" han sido implementadas y han fracasado, miserablemente, una y otra vez. El debate serio y honesto sobre la realidad de la violencia política en nuestro mundo, pasado, presente y futuro, está más que atrasado.
Sobre el autor

Remi Brulin obtuvo su doctorado en La Sorbonne Nouvelle (París) en 2011. Su tesis doctoral es un análisis histórico del discurso norteamericano sobre el "terrorismo", y se puede acceder y descargar aquí. Ha enseñado en la Universidad de Nueva York, la Universidad George Washington y, actualmente, en el John Jay College of Criminal Justice. Puede seguirlo en Twitter aquí: @rbrulina.