El fin y renacer de las estrellas pueden llegar de diferentes maneras. Algunas se convierten en agujeros negros, otras literalmente se pulverizan para tomar la forma de una nebulosa. Pero ahora, los científicos sugieren que, por primera vez, han presenciado la muerte de una estrella común y el nacimiento de un sistema de dos estrellas de neutrones.
Supernova
© SDSS/ Caltech/ KeckLos tres paneles representan momentos antes, durante y después de la supernova ligera.
Pues ahora, los científicos parecen haber descifrado un inusual fenómeno astronómico que sucedió a 930 millones de años luz de la Tierra. Se trata del conocido iPTF 14gqr (también SN 2014ft), observado por primera vez en octubre de 2014. El hecho fue catalogado como la explosión de una supernova, pero incluso entonces parecía extremadamente inusual.

Para que una estrella se convierta en una supernova, debe tener una masa que exceda 'ligeramente' la masa de nuestro Sol. Los cálculos aproximados hablan de al menos ocho masas solares. Al final de su vida, la estrella consume todo su combustible, el hidrógeno. Como resultado, se produce un colapso del núcleo, generando una colosal onda de choque que expulsa todas las capas externas de la estrella al espacio abierto. En su lugar queda solo su núcleo, una estrella de neutrones del tamaño de una pequeña ciudad, pero con una densidad tal que una simple cucharita de postre pesaría tanto como toda la montaña Everest.

Sin embargo, el caso de iPTF 14gqr era muy particular. Y es que en vez de expulsar todas sus capas externas, al espacio llegó solo un 20% de la masa de la supernova. Para el momento de la observación los científicos no encontraron explicación para esto.

Compañeras de un sistema binario

Los terrícolas damos por hecho que cada sistema solar tiene una única estrella en su centro. Sin embargo, las observaciones de las últimas décadas sugieren que esto no es necesariamente así. Por ejemplo, el sistema estelar más cercano a nosotros, Alfa Centauri, en realidad está compuesto por dos diferentes estrellas que giran una alrededor de la otra.

Este tipo de sistemas son llamados binarios y de hecho no son tan inusuales como podría parecer. Los astrónomos sugieren que al menos la mitad de todas las estrellas que vemos en el cielo en realidad están compuestas de dos o más astros que orbitan alrededor de un centro de masa común.

Sistema estelar binario
© ESO/M. KORNMESSER/S.E. DE MINKSistema estelar binario (ilustración gráfica)
Basados en los datos sobre la fuerza de la explosión y la masa de la supernova en sí, el equipo de científicos liderado por Kishalay De, del proyecto Global Relay of Observatory Watching Transients Happen (Growth, por sus siglas en inglés), realizó una simulación por computadora del iPTF 14gqr. Resulta que de suponer que el fenómeno se produjo en un sistema binario, con una segunda estrella de neutrones girando alrededor de una supernova explotada, esto podría explicar toda la masa desaparecida.
"Se ha demostrado mediante modelos teóricos que se pueden obtener estas supernovas cuando una estrella masiva pierde masa debido a la separación gravitacional de un compañero compacto cercano. Básicamente, cuando tienes una compañera compacta muy cerca de una estrella masiva, las fuerzas gravitacionales de la estrella compacta pueden desprender toda la capa exterior de la estrella masiva para dejar atrás una estrella ultra-despojada que explota en una supernova", explica De.
En otras palabras, cuando la estrella observada explotó, la mayor parte de su masa no se expandió por el espacio porque fue rápidamente consumida por su vecina binaria. Durante las observaciones de 2014, esta vecina pasó desapercibida para los científicos porque se trata de una pequeña estrella de neutrones. Al sumar la nueva estrella que nació de la explosión de la supernova, los científicos sugieren que por primera vez han presenciado el nacimiento de un sistema binario compacto de dos estrellas de neutrones.